Hilario Prieto Benítez hacía cada mañana un nudo con su miedo, quizá enfilando la mina sin pensar en el mañana. Hilario es uno de aquellos peones de la oscuridad que llegaron a Puertollano cuando era una ciudad de aluvión, como una colonia en el Far West, y la hicieron grande. Sus historias hablan de piedras y palos para domar la tierra, de bicicletas en los caminos de barro, del regreso a casa con un hatillo vacío, o del sonido metálico de carburas en la madrugada.
Este fin de semana Puertollano rindió homenaje a Hilario, como protagonista de la proeza colectiva de los auténticos mineros, en un emotivo acto en el Auditorio Municipal durante el Festival Folklórico Homenaje al Minero. Una edición que estuvo dedicada al desaparecido barrio de Asdrúbal y que sirvió para recrear su antigua iglesia y la procesión a Santa Bárbara que se celebra 4 de diciembre.
Hilado, nacido el 24 de mayo de 1925 en Villanueva del Duque, llegó a Puertollano con su familia a los 14 años y comenzó con 18 años a trabajar como ayudante de entibador en la Mina Diógenes, donde estuvo nueve años y adquirió la categoría de primer oficial entibador.
En 1952 se inicia en el Pozo San Francisco hasta el año 1956, cuando ingresa en el Pozo María Isabel. Desde 1956 al 1958 regresa de nuevo a la Mina Diógenes y el 8 de abril de 1958 comienza su actividad en la Mina La Razón de vigilante de primera de interior. Finalizará el 7 de diciembre de 1966 donde termina su carrera como minero por la crisis laboral. Hilario recogió su galardón emocionado con un emotivo agradecimiento: “gracias a todos los que me habéis hecho tan feliz en este día”.
El segundo homenaje de la noche llegó para el primer párroco de la Parroquia del Cristo de las Minas de Asdrúbal, Mariano Mondéjar, quien dedicó tres poemas: uno a los mineros, otro a Puertollano y un tercero a la Virgen de Gracia, arrancando el aplauso de los asistentes.
Noche de jotas y seguidillas
Sobre el escenario el público disfrutó con las llamativas danzas de los paloteros del Grupo de Danzas de San Pedro de Gaillos, de Segovia, y con el folklore andaluz de la Agrupación folklórica Alcazaba de Almería. Como novedad la Agrupación anfitriona, Virgen de Gracia, contó con la colaboración de la Banda Sinfónica en distintas partes de la actuación.
La Agrupación folklórica Virgen de Gracia interpretó el fandango de Villarrubia, seguidillas corridas y las jotas Almadén, Golpea y la de Puertollano. Un acto que contó con la asistencia de la concejal de cultura, Ana Muñoz.