El escritor, periodista y crítico literario José López Martínez participa el próximo día 22 de noviembre en una mesa redonda en Manzanares, en el marco de los ‘Encuentros con Cervantes’, que organiza la Diputación provincial de Ciudad Real
Pregunta. Como escritor y periodista, usted postula en numerosos trabajos cervantinos una simbiosis entre España y El Quijote, y los fundamenta en el corazón de la Mancha, hábleme de la importancia del paisaje manchego en la obra de Cervantes.
Respuesta. Cervantes crea con El Quijote la incorporación de la imaginación a la novela; la novela y los relatos hasta entonces siempre se tenían como una forma de contar lo que se veía, lo que aparecía alrededor de una historia, y Cervantes incluye la imaginación como elemento principal de su literatura. Esa es la aportación que hace Cervantes principalmente a la novela. Y Cervantes nos invita a que prestemos nuestra imaginación al paisaje manchego, es decir, que el paisaje manchego desde El Quijote es una cosa y antes es otra.
P. Esa percepción del paisaje ¿de qué modo cambia?
R. Anteriormente, la impresión que produce el paisaje manchego es totalmente lineal, es decir, no es subjetiva, es una manera literal de ver el paisaje: las viñas son las viñas, los rastrojos los rastrojos, los olivos los olivos, y después del Quijote y de Cervantes nosotros prestamos nuestra imaginación, y la imaginación de Cervantes, a la versión de ese paisaje, por tanto tenemos una percepción mucho más rica, trascendente.
P. Como director de la Asociación de Escritores y Artistas españoles, ¿cuál cree que era la realidad de los escritores en la época de Cervantes y cuál es la realidad hoy?
R. Los escritores no hemos cambiado tanto, sobre todo, en el aspecto de la situación social del escritor, y no hablo sólo de su situación económica que siempre es penosa, sino del aprecio social hacia el escritor. En aquel tiempo, sin los mecenas no hubiese sido posible nada de todo aquello; todas las obras de Lope, etc., están dedicada a señores principales del reino porque eran los protectores de aquellos grandísimos escritores. Es decir, que el aprecio social del escritor en aquel tiempo y en estos tiempos en lo fundamental ha cambiado poco. Quizá, lo que haya cambiado más es la relación del escritor con la sociedad y su influencia, sobre todo, a través del periodismo literario.
P. Hoy Cervantes ¿cómo sería considerado?
R. Cervantes sería tenido como el hombre que ha escrito la novela total, sobre todo con el Quijote, donde además encontramos poesía; Cervantes sería tenido por el novelista, escritor total, no parecido a ningún otro. Es tan importante Cervantes en la literatura que empieza a influir desde el principio, desde sus novelas ejemplares, Los trabajos de Persiles, y también con el teatro donde también cuenta más la imaginación que el argumento, y eso produce un impacto e influencia en todos los escritores de entonces, y seguramente ese fue uno de los motivos por el que grandes escritores como Lope, Góngora, etc. se dieron cuenta de que el enemigo a abatir era Cervantes.
P. ¿Cree que de alguna manera siguen conviviendo con nosotros algunos de sus personajes?
R. Pues claro que sí, y son una especie de referencia social; han trascendido al lenguaje cotidiano de la gente, el ser un Quijote es un dicho que nos da a entender a qué clase de tipo nos estamos refiriéndonos, y naturalmente que su influencia es enorme en todos los aspectos de la vida social española, de tal modo, que la referencia cultural literaria española está en El Quijote.
Y Sancho Panza también es un personaje a tener en cuenta como contraposición del Quijote; por cierto, que Sancho es el personaje mejor cortado de toda la literatura española, por supuesto.
P. Hablando del impacto e influencia del Quijote y Cervantes, usted como vicepresidente de la Asociación de Corresponsales de Prensa en Iberoamericana, ¿considera que sigue hoy su espíritu vigente? ¿Sigue estando presente su figura?
R. Mucho, muchísimo. Como ejemplo te diré que la asociación me pidió una conferencia sobre el centenario de Cervantes y también sobre el centenario de Rubén Darío, y como no tengo tiempo para tanto, les propuse una conferencia conjunta sobre ambos autores, y en el coloquio los corresponsales me preguntaron muchísimo más por Cervantes que por Rubén Darío. Eso denota la curiosidad e interés que sigue despertando.