Juan Alfonso Ruiz Molina. Consejero de Hacienda y Administraciones Públicas.- Hay efemérides que muchas veces pasan desapercibidas para la opinión pública pero que merecen ser destacadas por su impacto en la mejora de la seguridad y el bienestar de la ciudadanía y una de esas fechas es hoy, día 16 de octubre, porque se cumplen 15 años de la puesta en funcionamiento del teléfono único de emergencias 1-1-2 de Castilla-La Mancha.
Llamar al 1-1-2 se ha convertido casi en un acto reflejo para cualquier ciudadano ante una situación de urgencia o emergencia, lo que pone en valor este servicio público gratuito, que trabaja los 365 días del año, y que facilita un acceso rápido y fácil a todos los cuerpos de intervención existentes para hacer frente a esas incidencias (Sescam, bomberos, Guardia Civil, Policía Local, Policía Nacional, Protección Civil, agentes medioambientales, etc).
En sus quince años de servicio han atendido 31 millones de llamadas de ciudadanos y ciudadanas, es decir una media de 5.600 llamadas diarias, lo que pone de manifiesto el enorme valor que supone disponer de este centro de coordinación de urgencias y emergencias en Castilla-La Mancha.
Por eso, desde el Gobierno de Castilla-La Mancha vamos a seguir impulsando la mejora y modernización del Servicio de Atención y Coordinación de Urgencias y Emergencias (SACUE) 1-1-2, renovando por completo su plataforma tecnológica y potenciando la formación de sus trabajadores y trabajadoras.
También desde estas líneas quiero resaltar y agradecer la espléndida labor desarrollada en estos quince años por los profesionales que atienden el 1-1-2, siempre con unos altos niveles de calidad, como se constata en cada una de las encuestas anuales que se hacen a los usuarios de este servicio sobre su grado de satisfacción, con notas que nunca bajan del sobresaliente.
En ese sentido, quiero aprovechar esta efeméride para destacar de manera específica el gran trabajo que llevaron a cabo todos los profesionales del 1-1-2 de Castilla-La Mancha para hacer frente recientemente a dos siniestros de una gran complejidad y riesgo como fueron los incendios del vertedero de neumáticos de Seseña y de una planta de reciclaje en Chiloeches.
Siniestros en que demostraron su excelente capacidad profesional para coordinar durante un tiempo prolongado un gran número de dispositivos de urgencias y emergencias, lo que permitió abordar con eficacia la extinción de ambos incendios.
Quiero acabar dando las gracias en nombre de los ciudadanos y ciudadanas de esta tierra a todas y cada una de las personas que mantienen operativo cada día del año el teléfono único de emergencias 1-1-2, porque saber que siempre hay alguien al otro lado de la línea ante una urgencia o emergencia genera mucha confianza y seguridad a una población que vive y duerme más tranquila desde hace 15 años.