Los españoles se casan hoy menos pero lo hacen con más boato. Es cierto que, según los indicadores, la soledad gana adeptos y el número de matrimonios desciende, consecuencia también del número de parejas que deciden vivir juntas sin pasar por la Iglesia o por los trámites civiles. Antes, la mayoría de las bodas, por lo religioso, claro, terminaban con la tarta, los licores y el puro. Hoy todo se prolonga, con variadas actividades, para intentar asombrar a los invitados. En muchas ocasiones se busca epatar con gastronomía, decoración o animación.
Se gasta mucho más dinero en el evento, entre otras razones porque los matrimonios se celebran más tarde –con medias de casi 33 años en mujeres y cerca de 35 en hombres–, y los novios tienen un mayor poder adquisitivo. La media del gasto de bodas es de 16.534 euros en 2015, según la Federación de Usuarios Consumidores Independientes, cantidad que se ha reducido con la crisis, pues en los años del comienzo de siglo estaba en torno a los 20.000 euros.
Pero no es el único cambio. Hoy, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), cuatro de cada diez nacidos son de madre no casada. Por otra parte, en España se celebran matrimonios entre personas, independientemente de su sexo, un 2 por ciento del total en 2014. Desde 2005, año en que las Cortes aprobaron la llamada ley de matrimonio homosexual (en la jerga oficial Ley 13/2005, de 1 de julio, por la que se modifica el Código Civil en materia de derecho a contraer matrimonio), hasta 2015 más de 31.600 parejas del mismo sexo se han casado en España, 19.410 de hombres y 12.200 de mujeres (El Mundo, 30.6.2015).
Y, cambio, cambio, se ha producido con la eclosión del matrimonio civil, prohibido en España, con la excepción de los años del llamado Sexenio Revolucionario, hasta 1931. Con el franquismo sólo estuvo permitido el religioso y, además, se consideraron nulos los matrimonios civiles celebrados durante la República. Desde 1969 sólo se admitió en el caso de que los contrayentes fuesen de una religión distinta a la católica o si dejaban la Iglesia católica, requisito para iniciar una complicada tramitación. Tras la aprobación de la Constitución de 1978 dejó de ser necesario el certificado de abandono de la Iglesia para contraer matrimonio civil.
No obstante, hasta 2009 las bodas civiles no superan a las religiosas. Según datos del INE, el número de matrimonios habidos durante ese año fue de 177.144, un 54,06 por ciento de ellos civiles, cuando en 1991 eran sólo un 20,89. En una imparable evolución ascendente, en 2015 el porcentaje de matrimonios exclusivamente civiles fue del 69,43 por ciento .
En los tres primeros lugares de matrimonios civiles se sitúan Cataluña (84, 41 por ciento), Baleares (81,45) y País Vasco (78,47). En los últimos Castilla-La Mancha (56,51) y Extremadura (54,14). En Cualquier caso, en todas las comunidades autónomas el número de matrimonios civiles es superior al de religiosos. En cuanto a matrimonios civiles por provincias destacan en los primeros lugares Girona (85,09), Barcelona (84,92) y Tarragona (82,35). En los últimos Córdoba (49,36), Ciudad Real (48,77) y Jaén (42,05).
En nuestra provincia hubo en 2015 un total de 1.661 matrimonios, 793 católicos, 810 civiles, 8 de otras religiones y 50 de los que no constaba tipo. Más civiles, por poca diferencia, que católicos.
Como conclusión se puede observar que el desplome de matrimonios católicos ha sido muy importante, aunque dispar en el territorio español. En las grandes capitales y en las zonas costeras, sobre todo en Cataluña y el País Vasco, es donde el descenso es más acusado. No obstante, en las áreas del interior y rurales el proceso también está presente aunque se desarrolla con más lentitud. Todo un fenómeno sociológico.
Isidro Sánchez
Desde el revés de la inopia
Vamos, que tiene un analisis a grandes rasgos muy sencillo: Se casa la gente con poder adquisitivo para montar una fiesta fastuosa y ostentosa donde se gastan en un dia el sueldo de un año, y se sigue eligiendo la iglesia en las zonas mas garrulas y atrasadas de España, en el resto es ya algo minoritario, muestra de que a pesar de la fuerte(y forzada) herencia católica que tenemos, a la gente le empieza a importar un pimiento y se dan cuenta de lo innecesaria y fuera de lugar que está la religión en una sociedad moderna, avanzada y libre.
Vamos, que tiene un análisis a grandes riesgos muy sencillo:
Nos casamos los de derechas para presumir y hacer ostentación social, y elegimos la Iglesia porque somos unos ignorantes y paletos que consentimos estar sometidos al hetero-patriarcado.
La gente empieza a darse cuenta de que para qué hay que complicarse y mucho menos comprometerse, si mi ideología es la correcta, no me compromete y lo más sencillo simplifica y clasifica a las personas, las prejuzga, para controlarlas.
La realidad me resulta abrumadoramente ininteligible, y además me da miedo, porque puede echarme en cara lo equivocado que estoy, y la mierda de ideología que me he elegido para controlar lo que no entiendo.
Jejejejeje. TRADUZCO.
Este tio es tonto. A grandes rasgos.
Y algo más? Porque insultar ya contaba con ello, pero no es argumento.
Jo, con ese comentario has estado sencillamente SUBLIME.
Difícilmente podías haber dicho mas verdades en menos palabras.
Es cuanto menos curioso, observar que la mayoria de matrimonios de mi generación, que se han casado por la iglesia, en menos de 2 años estaban divorciados. Y al poco tiempo otro bodorrio, éste ya civil porque el cura no les deja hacer otro.
Se lo toman tan en serio, que después del matrimonio religioso se casan una o dos veces mas por lo civil, jajajaj.
Lo extraño no es que se casen, sino que no se divorcien.
PRECISO.
Me parece fantástico que el matrimonio canónico descienda, si es porque la gente se toma en serio su matrimonio religioso.
De hecho, a nosotros lo primero que nos dijeron en el curso para preparar nuestro matrimonio fue que si no lo teníamos claro, el casarnos y hacerlo por la Iglesia, lo mejor era no hacerlo. Y ESTA ES LA POSTURA MAYORITARIA EN LA IGLESIA HOY. LA CAUTELA responsable.
A la noticia le falta la OTRA CARA DE LA MONEDA, CUÁNTOS MATRIMONIOS SE ROMPEN EN ESPAÑA, y de qué tipo (civil o religioso). La elevada cifra de matrimonios rotos sí que es esclarecedora.
Porque ya es meritorio que una pareja quiera legalizar su situación, máxime si tiene hijos, y a falta de Registros efectivos de Parejas de Hecho, juegue limpio.
Y digo ésto porque un matrimonio (civil o religioso) computa para todo como una unidad económica. Y claro de esta manera, el acceso a los beneficios sociales se dificulta porque la renta de ambos se acumula y excede del umbral máximo requerido para su acceso.
Las parejas que no se casan acceden con mayores facilidades a ellas, y compiten por tanto deslealmente con las que se casan por el acceso a los beneficios sociales (ayudas y acceso a viviendas públicas).
Así que, casarse es de gilipollas. LA FAMILIA MATRIMONIADA SUFRE UNA DISCRIMINACIÓN y una indefensión brutales en relación a su subsistencia económica.
El favorecer la seguridad jurídica de cónyuges e hijos, su protección social (pensiones de viudedad y orfandad, anualidades por alimentos), la contribución del matrimonio a la estabilidad de las familias (las que no se casan se rompen más) que beneficia el interés de los hijos…TODO ELLO VALE UN CARAJO, porque LA CRISIS FAMILIAR, y no el descenso del matrimonio canónico, es la auténtica realidad determinante que hace anécdota insustancial lo que se apunta en el artículo.
Lo que es noticia es que dos personas (laicas o religiosas, heterosexuales u homosexuales) pese a los inconvenientes citados y frente a la temporalidad de las relaciones de pareja, decidan comprometerse unidas en lo bueno y lo malo…hasta que la muerte los separe. Porque ése es el sentido del matrimonio, su vocación de permanencia.
Y su contribución positiva a la sociedad, que hoy no se valora, porque el largo plazo no se tiene en cuenta.
Algo parecido a la tasa de natalidad y el sostenimiento de las pensiones.
El caso es que Realidad acaba siempre imponiéndose, y no mira en ser amable.
Me parece más curioso que España sea el tercer país más envejecido DEL MUNDO. ¿Quien va a pagar las pensiones si desde el estado se persigue con saña a las parejas con hijos, arruinadas y sin esperanzas de que alcancen a independizarse con un trabajo?
Cualquiera que se pasee por Ciudad Real verá que lo Real de la Ciudad es la vejez: cafés llenos de viejas y viejos adorables. No me extraña que nos gobierne un setentón.
Esto es, un sesentón.
Así es tocayo. Pero me inquietan los jóvenes que no quieren formar una familia, que es difícil, también lo es entender que se evite por comodidad, imposibilidad o moda, el desear formar una familia.
Nada como formar una familia para darse de bruces con una realidad en este sentido rotundamente injusta.
La política de natalidad es insuficiente, inexistente e injusta.
Los padres o madres a los que se les acaba el paro o no trabajan son para la ley fiscal, parásitos y no merecen ayuda alguna cuando tienen menores de edad.
Esto es uno de los aspectos de la realidad española, como los abusos laborales, más auto-destructivos.
Cierto que el resumen de Jo es bastante interesante y, con permiso del profesor Sánchez y de Jo, me gustaría añadir que esto del matrimonio es una tremenda estupidez, en mi opinión.
Somos animales, algunos incuso racionales, y como creo que estoy entre gente que algo piensa, lo de «hasta que la muerte os separe» es la mayor estupidez del mundo. Una estupidez que ha llevado a depresiones, suicidios, asesinatos, homicidios, agresiones etc etc. Hoy ya van 40 mujeres asesinadas dentro del matrimonio en España.
Puedo entender que haya casos en los que la convivencia sea para toda la vida, y que la muerte de uno de los cónyuges suponga una pérdida irreparable pero, lo que me ha enseñado la vida es que muchas, muuuuchas mujeres y también hombres se quedan muy a gusto a las pocas horas de haber enterrado al cabrón o la bruja que les ha amargado casi toda su vida. Y, lo más triste es que el cabrón no lo era, y la bruja tampoco, pero la convivencia forzada nos lleva a eso.
Si de mi dependiera, jamás se hubiera instituido una figura que tantas vidas ha arruinado. Si dos personas están bien, que lo disfruten hasta que algo lo joda, pero nada más. En el caso de los matrimonios católicos y la dictadura española, la presión era terrible sobre las mujeres, porque los puteros tenían la vida resuelta y la churri esperándoles al salir del trabajo. O al churri, que también existía, aunque se negara.
Ahora no tiene por qué ser así. Estamos en una democracia donde es estúpido (hoy estoy con la palabrita esta) tener que casarse con alguien, cosa que cambia cuando te has casado y eres una mujer que dependes de los ingresos de tu marido (casos conozco a patadas). Esa dependencia que no les permite irse y dejar a un tipo que no las respeta o que simplemente las trata como una chacha coneja que limpia y pare es un auténtico feminicidio (toma palabro).
Consejo: Jóvenes y jóvenas que estáis pensando en casaros, vivid los años que haga falta sin papeles, y si estáis realmente convencidos de querer seguir juntos después de 30 años, tenéis las bodas civiles que se resuelven a la primera sin tener que pagar al tribunal de La Rota. Pero no firméis papeles que os van a pesar como una losa. Sois animales, racionales pero animales promiscuos que quieren probar…
El ser humano se diferencia del animal en que bebe sin sed y ama sin tiempo (Ortega y Gasset).
El animal debe probarlo todo para saber lo que es peligroso y lo que sirve para comer, cobijarse y reproducirse.
Cada cual elige.