Dicen que son para siempre, y tan viejos como la Tierra. Los diamantes han sido símbolo de oscuros arcanos, objeto de deseo, móvil de crímenes, precio de vidas, corazón de imperios, botín de aventuras, paradigma de frivolidad, sello del amor más apasionado. Aún así, muchos desconocen los secretos de esta legendaria joya, y de ellos habla precisamente el espacio didáctico que la gemóloga Victoria Anguita acaba de estrenar en su establecimiento Carbono Puro de Puertollano (Avenida Primero de Mayo, 46).
La muestra, que se prolongará hasta finales de octubre, pretende desvelar al público los misterios de la más preciada gema mediante paneles informativos en un lenguaje divulgativo. Así, el visitante podrá conocer la verdadera naturaleza del diamante, cómo y dónde se extrae, qué características presenta, o qué importancia tienen parámetros como el color, la talla, la pureza o el tamaño en una de las obras más extrañas y perfectas que engendra la naturaleza.
