El manto verde de la Dehesa Boyal se ha visto afectado en los últimos años por la procesionaria del pino y para lucha frente a la plaga el Ayuntamiento de Puertollano ha instalado un centenar de cajas trampa, como indica en nota de prensa el concejal de medio ambiente, Carlos García.
El Ayuntamiento había instado del Gobierno Regional las actuaciones necesarias para el control de plagas centradas en la procesionaria del pino en esa zona, actuación que ahora ha sido realizada a través de la empresa licitadora de aprovechamiento de madera de pino del espacio. Las trampas se colocan a cierta altura para que no sea posible su manipulación y no causan efectos sobre otros insectos o mariposas.
La superficie tratada ha sido de 100 hectáreas, con el fin de realizar un tratamiento de choque que permita reducir de forma considerable la plaga que afecta a la zona recreativa de la Dehesa Boyal.
Control biológico
Carlos García enmarca estas actuaciones en el compromiso de la concejalía de Medio Ambiente con el bienestar y la salud de las personas, además de la preservación del medio ambiente: «y, en este sentido, estamos desarrollando una serie de actuaciones de control biológico para evitar la proliferación de la reproducción de este insecto, por lo que supone de amenaza para animales y cualquier persona que mantenga un contacto directo con los pelos de la oruga que son urticantes, y también por el daño potencial para la masa arbórea».
La procesionaria (Thaumetopoea pityocampa) es el insecto defoliador más importante de los pinares españoles teniendo especial predilección por el Pinus pinaster, pero atacando también de forma considerable al Pinus pinea, especie predominante en el espacio de la Dehesa Boyal.
A pesar de que en muchos casos los pinos pueden perder casi toda la masa foliar, el árbol no llega a morir, y la mayor problemática asociada a la plaga tiene que ver con las urticaciones que se derivan de los pelos de las orugas, y que afectan tanto animales como a personas.
Eliminación de bolsones de orugas
Dentro de los métodos de control existentes se encuentra la eliminación de bolsones de orugas en invierno, tal como se realiza en pequeños rodales o en coníferas de la ciudad por los servicios del Ayuntamiento, o como este caso la utilización de trampas de feromonas, con el fin de atraer a la mariposa macho para su captura e impedir una buena parte de las fecundaciones de las hembras, por lo que la población disminuirá de forma importante en la siguiente generación.