Hacer ejercicio físico, beber dos litros de agua diarios y no cometer excesos gastronómicos, consejos para disfrutar de un verano saludable

Para muchos la llegada del verano supone libertad y tranquilidad. Las vacaciones permiten abandonar el estricto horario marcado por las obligaciones laborales y, en algunos casos, esa relajación también supone cierto abandono de los saludables hábitos alimenticios.

Es por ello que Mar Navarro, dietista-nutricionista de la Gerencia de Atención Integrada de Villarrobledo y presidenta del Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de Castilla–La Mancha, aboga por seguir haciendo ejercicio físico y no cometer demasiados excesos gastronómicos.

Para mantener nuestro peso ideal y cierto equilibro en nuestro organismo, la experta en nutrición del Área Integrada de Villarrobledo recomienda no variar nuestros hábitos de sueño, de actividad física y de alimentación, siempre y cuando estos sean saludables.

También es importante huir de la tentación y no caer en alguna de las llamadas ‘dietas milagro’. Esas dietas prometen conseguir en poco tiempo una esbelta figura pero tienen un efecto rebote. Es decir, favorecen la recuperación rápida del peso perdido y, cuando eso ocurre, es bastante frecuente que nos invada un sentimiento de frustración.

“Las situaciones de semiayuno ponen en marcha potentes mecanismos neuroendocrinos que se oponen a la pérdida de peso, eso conduce a una rápida recuperación del peso perdido en cuanto se vuelve a comer de forma habitual”, explica Navarro al respecto.

Es por ello que aconseja siempre ponerse en manos de un profesional para tratar de reducir esos centímetros de más sin que eso suponga poner en riesgo nuestra salud.

Verano refrescante

Entonces, ¿qué podemos hacer en verano para mantener una dieta ligera, refrescante y saludable a la vez? En primer lugar, es imprescindible mantener una buena hidratación. Con el calor el organismo pierde mucha agua, por lo que hay que aumentar la ingesta de líquidos. Como mínimo, tenemos que beber dos litros de agua al día. Podemos compaginarlos con otras bebidas refrescantes como zumos, infusiones y refrescos no azucarados.

En cuanto a las comidas, Mar Navarro apuesta por preparaciones culinarias que tengan un elevado contenido en agua, tales como sopas, guisos con caldos, cremas, purés y ensaladas frescas. La idea es evitar, en la medida de lo posible, las cocciones realizadas a elevada temperatura que deshidraten el alimento fresco. También es muy buena opción cocinar a la plancha, parrilla, horno o al vapor.

Precisamente estos meses se hace más importante si cabe la recomendación de comer al menos cinco raciones de frutas y verduras al día. Estos alimentos contienen mucha agua, vitaminas, minerales, fibra y su digestión es muy ligera. “Mejor tomarlas en crudo, ya que de esta manera sus nutrientes se mantienen”, recalca Navarro.

Entre pescado y carne, la presidenta del Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de Castilla–La Mancha, anima a escoger la primera opción. “El pescado contiene más agua que la carne y su digestión es más rápida. Además, los ácidos grasos esenciales del pescado azul ayudan a nutrir la piel desde el interior”, puntualizó.

Otra alternativa muy saludable es preparar barbacoas vegetarianas (escalibada, calabacines, berenjenas, espárragos, champiñones…) “Incluso es posible asar la fruta en la barbacoa, que bien puede servir de guarnición dulce muy original”, sugiere.

En cuanto al postre, lo ideal sería tomar una fruta o un yogur. También son saludables los helados naturales y de frutas. “La propuesta más sana y liviana consiste en preparar helados, granizados, sorbetes, batidos y zumos bien fríos con las frutas de temporada, como las cerezas, el melocotón, las fresas o el albaricoque”, concluye.

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