Luis Mario Sobrino Simal.- Ésta es una pequeña gran historia que ha protagonizado la hija de una buena amiga mía. Una niña de intensos ojos azules y una preciosa coleta rubia. Era la primera vez que se iba a cortar el pelo, uno de los bretes más complicados que nos regala la infancia. Su madre le propuso hacer del trance un reto solidario y la niña lo asumió con entusiasmo.
La pequeña, ahora sin su bonita trenza rubia, desborda alegría porque otra niña llevará su pelo. Es posible que no entienda el significado de este gesto, pero sabe que es bueno y le hace feliz.
Su madre, solidaria y humana como ella sola, opina que para tres añitos que tiene la chiquilla es más que suficiente. Otra niña, con cáncer, llevará el pelo de este sol pequeñito sobre su cabeza y creo que sonreirá, un poco más feliz…
Que bonita historia,yo como donante de sangre y órganos, se lo q es donación, y la gente que necesita algo nuestro para vivir o mejorarla,me encanto.Ojala y se vieran mas casos como este.Me alegra leer esto,gracias
¡Gracias!
Qué bonito gesto. Bien por la pequeña y sobre todo, por su madre. Siendo tan pequeña, habrá tenido que explicarle bien como algo tan suyo, podía ser un gran regalo para otra niña.