Fermín Gassol Peco.- “Los sentimientos no los elegimos se nos vienen, se crían como la maleza que nadie planta y que inunda la tierra”. Emilia Pardo Bazán. Si algo puede definir de una manera profunda, muy profunda a una persona son sus sentimientos.
Los sentimientos son como la expresión de aquello que se cuece en las entrañas y que las distintas experiencias y avatares de la vida hacen aflorar y crecer de manera espontánea, escapando al control de la inteligencia y voluntad.
Parece evidente que al referirse a los sentimientos como maleza,como yerba de origen y nombre desconocido, la imprescindible escritora naturalista coruñesa no pretendió hacerlo desde una perspectiva moral o ética, siquiera física, sino como fuerza incontrolada conque surgen en el seno de nuestro siquismo más primitivo y radical. Y es que los sentimientos aparecen como las respuestas más instintivas que el ser humano proporciona,tanto ante los imprevistos de la vida como al permanente posicionamiento que toma como su filosofía más vital.
Si nos preguntarán por qué “somos así”, por qué nos comportamos, por qué reaccionamos de una determinada manera… tendríamos que responder con un escéptico encogimiento de hombros: no lo sé y además no sé cómo evitarlo… en caso de disentir con ello.
Sentimientos de odio y de venganza, de irascibilidad e irritabilidad ante lo que acontece, presenciamos y nos afecta… o al contrario, de bondad, comprensión tolerancia o afirmación. Todo o casi todo depende de no entendemos qué, de algo que no sabemos ni como se llama.
Cierto es que la vida nos va domando… o haciendo más salvajes en la expresión de los sentimientos. Quizá sea debido al grado de triunfo o de fracaso con que pasamos por ella… o al nivel de conflictos a los que hemos de hacer frente.
Además, no todos los sentimientos residen en los mismos lugares de nuestras conciencias. Existen aquellos de andar por casa, los cotidianos con que afrontamos las circunstancias del día a día, ante todo en nuestra relación con los demás, quizá con nosotros mismos.
Sin embargo hay dos que están anclados en lo más profundo de nuestro ser: Los sentimientos políticos y religiosos, aquellos que afectan a la totalidad de nuestra edificación más emotiva; sobre todo los segundos por ser los que interesan a nuestra faceta más íntima y esperanzadora, también la más peligrosa a la hora de ejercitarla, ser criticada o contestada. (Podría hacer referencia también de una manera festiva, ahora que estamos inmersos en la copa de Europa de selecciones a los deportivos, cuestión socio-patriótica admirable y no menor).
Se podría decir en fin, que los sentimientos son como bombas incontroladas de emociones que en la mayoría de las ocasiones, por distintas circunstancias activamos sin querer, explotando muy a menudo dentro de nosotros mismos.
Buen artículo Ferín y…con sentimiento!!
Los sentimientos, digamos, con proyección social, como los reigiosos, políticos y deportivos no nacen espontáneamente, sino que son fruto en gran medida de la educación recibida. Si ambos padres asisten a la misa de 12 todos los domingos, es más fácil que el hijo continúe con esa costumbre adquirida a lo largo de su vida. Otro tanto ocurre con el deporte y la política. Al final todo se reduce a mera tradición con un poco de sentimiento innato, pero más bien poco.
No es mi caso.
Si dos paddres son comunistas, posiblemente el hijo salga del PP.
Vamos a ver, yo soy catolico porque lo he elegido.
Mi padre a misa lo justo. Y mi madre, tantas veces hago lo contrario de lo que me dicen…
Es muuuu simple tu argumento.
Ojalá tu único defecto fuese la simpleza, porque tachar de comunista a todo lo que no encaje con tu manera de ver la vida, revela una personalidad extremadamente simple. Pero es que además eres tremendamente malicioso
soberbio,exhibicionista lenguaraz y sin el más mínimo sentido del ridículo. Es una suerte que exista la religión para poner cortapisas a tu tendencia natural a menospreciar a todo aquel que osa contradecirte. Faltón, maleducado y sin criterio ni coherencia. ¿Cómo se explica si no que, ante los artículos que emborronas con tus comentarios, el juicio que emites sea o no favorable dependiendo de si atacan o no a una determinada ideología o credo?
Hermano, alguien no supo ponerte en tu lugar cuando eras pequeño y estas son las consecuencias: creerte la medida de todas las cosas y en posesión de la verdad absoluta.
Feliz tarde de sábado y buen domingo.
No necesitaba ese refrendo, don Fermín, para saber que es usted uno de esos creyentes que hacen devotos con su buen ejemplo.
Ahí le has dado Shameless. Fermín está hecho de buen material. No como otros, que parecen salidos de un chino…como siempre con mi cariño y respeto a los chinos.
No hay artículo de Fermín que no busque la confluencia, por muy complicado que sea el tema a tratar. Y eso es muy de valorar en estos momentos.
Iba a comentar algo sobre los sentimientos, y más en un día como hoy, pero me quedo con los comentarios de A.R. a ver quien escribe algo después…
Definitivamente eres comunista, me descalificas y no contrargumemtas.
Podia haber dicho hijo de padres quimicos, estudia Filologia hebrea.
Falacia ad hominem.
Es que eres muuu previsible.
Hay formas de descalificar y formas de ridiculizar.
Ya sabes lo que te ha tocado sufrir a ti, la ridiculizacion, para lo que he argumentado.
Existe la conciencia y la libertad religiosa e ideologica pese a la educacion familiar.
Fijate en Stalin, que fue seminarista y su madre profundamente creyente. Y la Pasionaria, que termino su vida confesandose sacramentalmente ante el Padre Llanos.
Soy muy mejor siendo malo, puedo evidenciar las falacias de vuestros simplones juicios.
Qué culpa tengo yo de que seais malos malisimos.
Esto es lo que pretende gobernar España.
«Soy muy mejor…»
«…Sois malos malisimos»
Angel Manuel, domingo 26 de junio de 2016. mostrando su complejo de San Pedro a las puertas del cielo, juzgando quien es el malo y quien es bueno XD
Hemos aprendido mucho de vosotros, solo estas mezquindades. Nada aportais mas.
Se denominan sentimientos, pero en esto como en tantas cosas el lenguaje es engañoso. Cuando dices «sentimientos políticos» y «sentimientos religiosos» un antropólogo te diría «instinto gregario» e «instinto simbólico». En el fondo la religión no es más que una manifestación de nuestra capacidad para encontrar trascendencia o significado en lo que por sí mismo no lo tiene.
Estamos configurados por la evolución para tener creencias religiosas porque son útiles para la especie humana, como estamos configurados para ser gregarios por el mismo motivo. Y, sin embargo, cualquiera que oiga a Bach, por ejemplo el Crucifixus
https://www.youtube.com/watch?v=_ak0yVKJ4l8&index=2&list=FLdljH-Z2KUFZDpGNcAPInfQ
«Sentirá» de un modo fatal e irremediable que Dios existe. Tal es el poder del arte, que se identifica también con ese ansia simbólica que nos caracteriza. Santayana, un materialista radical y convencido, creía que el arte y la religión eran lo más interesante y lo máximo que había «creado» la especie humana y de hecho él se identificó como católico hasta el fin de sus días.
Por demás, copiaré aquí un pequeño poema de nuestro paisano Ángel Crespo, «Dicen los músicos», que puede iluminarnos un poco:
DICEN LOS MÚSICOS
Bach: ¡Creo!
Beethoven: ¡Lucho por creer!
Schumann: ¿Se puede creer?
Debussy: ¿Creyó alguien alguna vez?
Bartok: ¿Qué es creer?
Me quedo con Beethoven, porque ahora mismo no creo en muchas cosas, viendo lo que vemos; pero tampoco creo que no se pueda creer, todo lo contrario, se puede («Tengo un sueño, un solo sueño, seguir soñando. Soñar con la libertad, soñar con la justicia, soñar con la igualdad y ojalá ya no tuviera necesidad de soñarlas»). A este se lo cargaron por creer…
Que alguien creyó alguna vez nos lo dejan claro personajes como Einstein, Pasteur, Barton… y hacerme seguidor de Bartok sería caer en la red del amigo Gonzalo o el escepticismo metódico (que no sé siquiera si él se considera como tal)…o que realmente soy simple de cojones (me inclino por esto segundo).
Dicho lo cual, «presiento» que hoy puede ser el comienzo de una gran aventura…o no…
Al final te voy a pedir ese café que tú me pides a mi a veces, Fermín…
Ya sabes…donde sigo estando.