La presidenta de la Comisión de Docencia de la Gerencia de Atención Integrada de Ciudad Real, Marián Montero, sostiene que, independientemente de otros apelativos que aluden al tamaño o especialidades, sólo existen dos tipos de hospitales “los que tienen docencia y los que no”.
En función de esta clasificación, los once años de historia del hospital General Universitario de Ciudad Real se pueden dividir en dos etapas perfectamente diferenciadas, una primera de cinco años en que funcionó como hospital general “a secas” y una segunda que comenzó con la llegada de los alumnos de la Facultad de Medicina en 2010 y que trajo aparejada la incorporación del calificativo de universitario a su denominación.
Lo cierto es que en una década el hospital ciudadrealeño se ha convertido en un lugar de referencia para la formación de profesionales sanitarios, porque, si a los alumnos de la Facultad de Medicina sumamos los de la Facultad de Enfermería y los de los ciclos formativos de grado superior de Formación Profesional, tenemos que este curso que acaba habrán pasado por este recurso asistencial 492 estudiantes, jóvenes que han vivido la mayor parte de su formación en el Hospital General Universitario de Ciudad Real y que han hecho de los profesionales del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha sus maestros y preceptores.
Y es que, como señala Javier Redondo, responsable de Investigación, Docencia, Formación y Calidad de la Gerencia de Atención Integrada, en la formación de los alumnos de Medicina “no intervienen sólo los ochenta y dos profesores asociados clínicos facultativos del hospital, sino que son muchos los profesionales de los diferentes servicios que participan como profesores colaboradores”.
Según Redondo, el hospital de Ciudad Real reúne las condiciones para ofrecer una formación universitaria y de postgrado “óptima”, ya que dispone prácticamente de todas las unidades asistenciales tanto médicas como quirúrgicas y es puntero en técnicas como cirugía de la mama, hepática, quimiohipertermia, lipofilling o hemodinámica. Además, a lo largo del curso lectivo se programan una “ingente” cantidad de actividades formativas relacionadas con cuestiones como la ventilación mecánica no invasiva, la reanimación cardiopulmonar, informática, ecografía o metodología docente y de la investigación. Sólo este curso se han programado más de un centenar de acciones de formación.
Dos tercios de carrera
Este curso han pasado por el HGUCR 229 alumnos de Medicina, sesenta de tercero, cuarto y quinto, respectivamente, y 49 de sexto, de los que 47 celebraron hace unas semanas su acto de graduación en el paraninfo de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. Son los primeros licenciados de la Facultad de Ciudad Real, jóvenes cuyo día a día durante los últimos cuatro años se ha desarrollado en las aulas ubicadas en la torre administrativa del hospital, en las que se les impartía formación teórica y, sobre todo, en las consultas, unidades de pruebas diagnósticas y quirófanos, que han sido su hábitat natural hasta llegar al rotatorio clínico de sexto, que consiste en un conjunto de prácticas en diferentes especialidades hospitalarias a completar a lo largo del curso.
El rotatorio está integrado por ocho especialidades obligatorias –Cardiología, Neurología, Digestivo, Medicina Interna, Cirugía, Traumatología, Ginecología, Psiquiatría, Pediatría y Medicina de Familia- y dos optativas a elección del estudiante. Durante las semanas que permanece en cada servicio, al alumno se le asigna un paciente y se responsabiliza del seguimiento de su evolución. Al término del período en cada especialidad, el jefe de servicio evalúa al estudiante y redacta un informe.
Además de centro de formación teórica y práctica, el hospital es también el lugar donde se realiza la Evaluación Clínica Objetiva Estructural (ECOE). La ECOE tiene lugar en sábado en la zona de consultas externas y consiste en un itinerario a lo largo del cual los estudiantes habrán de demostrar su capacidad para historiar y explorar pacientes, valorar analíticas y exploraciones complementarias, realizar juicios diagnósticos, acceder a información médica, desplegar sus habilidades en procedimientos prácticos y su capacidad para enfrentarse a situaciones de riesgo vital para el paciente.
Los alumnos se sitúan en la puerta de la consulta y disponen de dos minutos para interiorizar las someras explicaciones colgadas en la puerta sobre el caso práctico que se van a encontrar a continuación, y que puede ir desde una sutura a la interpretación de una radiografía u otra prueba diagnóstica a una auscultación pulmonar y/o cardiaca. Transcurrido el tiempo suena un timbre, acceden a la consulta y tienen otros diez minutos para desplegar sus conocimientos y habilidades. Un nuevo timbrazo indica que el tiempo se ha acabado y que tienen que pasar a la consulta de al lado para enfrentarse al siguiente supuesto.
Una decena de especialidades
Pero los estudiantes de Medicina son sólo una parte de los receptores de la formación que proporciona el HGUCR, ya que el curso que termina habrán pasado por el hospital otros 263 alumnos de una decena de especialidades sanitarias no facultativas. De ellos, 157 son de la Facultad de Enfermería, que llegan al hospital en segundo y en tres cursos habrán de completar gracias a las prácticas un tercio de los créditos para obtener la titulación.
Del resto, destacan los 59 técnicos en Cuidados Auxiliares de Enfermería y los 32 de grado superior en Imagen para el Diagnóstico. Las otras siete especialidades son las de técnico superior de Laboratorio, de Radioterapia y de Anatomía Patológica y Citología, auxiliar de Farmacia, máster en Fisioterapia y graduado en Terapia Ocupacional o en Fisioterapia.