Programa para no equivocarse (3)

joseRivero2Con los Programas Electorales va pasando lo que ya ocurre con los Manuales de Uso de los electrodomésticos.
Y de tantos otros utensilios inútiles en el ajuar doméstico: manuales que van y caminan hacia su extinción o ya lo han hecho prontamente.

De igual forma que todos los Programas Electorales se parecen más que se diferencian.

La lógica de ofertar lo que todo el cuerpo electoral espera: Bonanza económica, Prosperidad social, Igualdad fiscal y Felicidad repartida, los hace idénticos.

Nadie en su sano juicio y con perspectivas de ganar la contienda, promete Fatalidades rampantes, Despidos sonoros y Catástrofes a mansalva.

Nadie oferta el Final.

Todos apuntan al Principio.

Junto a ellos, junto a esos principios de ‘inviolabilidad del sentido común’, se atisba el ‘copia-y-pega’ de las redacciones clonadas y repetidas.

Lo que es bueno para uno, es bueno para todos.

Pero no siempre es el contrario.

Lo que repugna a uno, repugna a todos.

Por ello, y desde esa decepción de la parodia, subsiste el apego al ‘hágaselo usted mismo’.

Un programa a la medida. Como los trajes de los sastres viejos. Como los memorables menús domésticos.

Hay quien ya ha dicho aquí, que se trata de elegir entre ‘menús baratos de garito infernal’.

Identificando la comida basura con los ‘programas basura’.

Por ello ‘Programas al gusto’. O a la medida.

Y a la carta.

¡Ojo con los programas hipercalóricos!

¡Atención con los programas hipersódicos!

Si de hecho, se predica la bondad de las listas abiertas para las candidaturas en litigio, ¿no podría ofertarse igualmente, el Programa Abierto?

¿No sería ello, una suerte de Bonanza Universal?

De hecho es bien cierto, que nadie suscribe (ni los propios redactores) un Programa electoral al 100% de su contenido.

Y ello pese a que se repita su magnetismo programático hasta tres veces.

De aquí la solemnidad exigida por Julio Anguita, Secretario General que fuera del PCE y luego Coordinador Federal de IU, cuando clamaba en el desierto con su máxima de ‘Programa, Programa, Programa‘.

Máxima tripitida que igual vuelve. A lo visto queda, por el retorno de Anguita a primera línea.

Esa estructura de ‘Programa, Programa, Programa‘, manifiesta el carácter trinitario de la afirmación.

Como si hubiera un Programa Padre (nada que ver con la Agencia Tributaria), un Programa Hijo y un Programa Espíritu Santo.

Lo que parecía ser una afirmación de laicismo, se da la vuelta y gura sobre sí mismo. Para descubrir la ‘vieja música de antaño’.

José Rivero
Divagario

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2 COMENTARIOS

  1. Si es que, la democracia es muy vieja, y las formas «buenas» de gobernar, también…y las malas, of course.

    Gustará o no Anguita, pero si queremos votar de manera responsable hay que hacerlo sobre un programa. Y, si mal no recuerdo, partidos como el PP no lo enseñaron hasta el final de la anterior campaña, incompleto y con propuestas tan generales que se cumplían sin tener que hacer nada.

    ¿Soy un cándido? Seguramente, pero la base es esa, votar un programa y, si no se cumple, en las siguientes se le da un palo al partido en cuestión. Prefiero ser un cándido a ser uno de esos que «erre que erre» van a ir a votar sin reflexionar sobre lo que ha hecho o ha dejado de hacer el partido al que han votado.

    Aquí dejo un enlace con los programas de los 4 principales partidos:

    http://www.infolibre.es/noticias/politica/2016/06/13/consulta_aqui_los_programas_los_principales_partidos_para_j_51186_1012.html

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