Algunos apuntes sobre el mito de la aparición de la Virgen del Prado

conlosojosbienabiertosCada 25 de mayo se conmemora en nuestra ciudad el aniversario de la aparición de la Virgen del Prado. Esta efemérides responde a una leyenda que, como tal, tiene más de ficción que de realidad o, si se quiere, de realidad ficcionada. En el fondo el episodio de la supuesta aparición responde más a los intereses políticos del momento que a un hecho realmente sobrenatural.
Lo primero que debemos preguntarnos es ¿cómo sabemos lo que sabemos sobre los orígenes del vínculo entre Ciudad Real y la Virgen del Prado? Básicamente lo sabemos por una obra redactada en 1587 por el licenciado Juan Mendoza y Porras con el título de “Historia del aparecimiento de Nuestra Señora”. A partir de ella, en siglos posteriores otros escribidores la transcribieron, corrigieron, enmendaron, ampliaron y editaron para mayor difusión entre el pueblo. De esta suerte de fritos y refritos emana cuanto sabemos del relato sobre la fijación en Ciudad Real de la Virgen del Prado. A partir de ahí, debemos preguntarnos quién fue ese licenciado Mendoza, primer redactor de la biografía de la patrona de Ciudad Real y por qué pudo pensar en llevar a cabo su redacción.
pandorga-2El propio Hervás y Buendía califica a Medonza como el “Román de la Higuera de Ciudad Real, aunque sin su erudición, ni talento” (1914, p.339)[1]. ¿Quién fue ese Román de la Higuera con el que compara Hervás al Licenciado Mendoza? Se trataba del jesuita toledano Jerónimo Román de la Higuera que vivió a caballo entre el siglo XVI y XVII. Fue uno de los mayores falseadores e inventores de historias y leyendas del país. Se puede decir que él inicia de manera sistemática y organizada la redacción de falsos Cronicones sobre supuestas antigüedades religiosas y patrióticas. Al calor del espíritu barroco y del hallazgo en Granada de los tan famosos como falsos Plomos de Sacromonte, Román de la Higuera construyó su propia mitología histórico-religiosa de la patria hispana. Sánchez Alonso refiere al respecto:

Fue siempre el interés local, las rivalidades de pueblos y diócesis, lo que sostuvo el interés por los falsos hallazgos, aunque estos se refiriesen a puntos de historia religiosa. Desde el encuentro del pergamino y reliquia en la Torre Turpiana de Granada, en 1588, y de los plomos de Sacromonte, en 1595-1597, basta la condenación definitiva de esta falsificación, dos siglos después, pasando por los repetidos engendros del padre Román de la Higuera y de sus imitadores, toda la trama se dirige, en realidad, siempre a prestar antigüedad ilustre a determinados lugares, a dotarles de santos patronos imaginarios, a apoyar sus pretensiones contra derechos alegados por otros (…) Los falseadores, con laboriosidad digna de mejor empleo, forjaron larguísimos cronicones en los que se deslizaban, junto a datos verdaderos los que daban satisfacción a lo que se pretendía establecer…” (Sánchez, 1944, pp. 158-162)[2]

Así pues, el escenario barroco, con su gusto por lo exagerado, lo mitológico y lo mágico, era propicio para la fábula y la imaginación. La consolidación del territorio peninsular llevó a Felipe II a la feliz idea de elaborar una estadística descriptiva de todo el territorio. El resultado irregular del proyecto fueron las Relaciones topográficas de los pueblos de Españaen cuyo preámbulo el rey apuntaba y ordenada lo siguiente:

Por haber entendido que hasta ahora no se ha hecho ni hay descripción particular de los pueblos de estos reinos, cual conviene a la autoridad y grandeza de ellos, habemos acordado que se haga la dicha descripción y una historia de las particularidades y cosas notables de los dichos pueblos. Y porque si se hubiesen de enviar personas a traer las relaciones que a ello son menester, no podría haber la brevedad con que holgaríamos que esto se hiciese; ha parecido que por medio de los prelados, y corregidores, y justicias principales se podrá hacer muy cumplidamente, y sin dilación, y con más certidumbre que por otras vías, y así se os envía con ésta la Memoria que veréis. Encargamos y mandamos os, que conforme a ella ordenéis a todos los concejos y justicias de los lugares de la tierra y jurisdicción de esa ciudad y de los eximidos de ella, se informen muy bien de todo lo contenido en la dicha Memoria, y hagan particular relación de ello, encargándoles con gran instancia tengan mucho cuidado de enviárosla, cada uno de lo que tocare, la más cumplida, cierta y verdadera que sea posible, y con la mayor brevedad que ser pueda; y como os fueren trayendo las dichas relaciones, nos las iréis enviando dirigidas a Juan Vázquez de Salazar, nuestro Secretario, para que no se pierda tiempo en este negocio; que en ello y en que nos aviséis de cómo lo hubiéredes ordenado y proveído, nos serviréis.

La relación se componía de multitud de preguntas de gran detalle sobre la geografía de la localidad, su economía, organización, usos, tradiciones, etc. Sin embargo, el resultado del proyecto fue irregular ya que sólo se llegaron a recibir los cuestionarios cumplimentados de una porción del territorio, básicamente el que corresponde a las provincias de Cáceres, Madrid, Toledo, Guadalajara, Cuenca, Ciudad Real, Albacete y Murcia.

A esta necesidad urgente de construir un relato oficial promovida por la Corona, se une, en el microcosmos doméstico, un conflicto que, siendo más terrenal que divino, casi acabó en cisma local, llegando incluso hasta el atrio de la Santa Sede (Hervás, 1918). La controversia giraba en torno a la preeminencia de las parroquias (fundamentalmente San Pedro y Santa María), y a sobre cuál de ellas era más antigua, y por tanto acreedora de mayores privilegios y prebendas. Cada una adujo sus motivos y fundamentó con pruebas (inverosímiles y anacrónicas, muchas de ellas) su derecho a ostentar el título de parroquia prima. Durante los siglos que duró la contienda (acabó por fin en el siglo XIX) la Iglesia de Santa María (Catedral) lideró la contienda gracias al gran número de iniciativas promovidas por su propia clerecía y parroquia. Hervás y Buendía dice: “El extraordinario aumento de tablas y pinturas declaratorias de milagros, que motivó una fuerte y bien razonada reclamación de la clerecía de San Pedro, que veía en ello una trasgresión de las leyes disciplinarias de la Iglesia, muy especialmente de lo dispuesto por el Concilio de Trento, es un hecho interesante que viene a apreciar en justicia y señalar los móviles e intenciones, que dieron tan extraordinario incremento e influencia a estas preocupaciones”.

Cabe pensar en la multitud de milagros que inventarían los habitantes de la parroquia de Santa María para legitimar de esta manera su preeminencia. Aparte de esta oportuna y pródiga milagrosidad, el templo en sí sufrió su consolidación definitiva durante los siglos XVI y XVII (en 1581 se cierra la bóveda, en 1619 se termina el Camarín, y en 1632 la Sacristía), cobrando, en este momento de rivalidad interparroquial, un protagonismo y notoriedad convenientes para la primacía perseguida.

Así pues, nos encontramos en Ciudad Real a finales del siglo XVI donde confluye, por un lado, la necesidad de dar respuesta al cuestionario de Felipe II, por otro, la culminación del templo de Santa María (Catedral), y por otro, la necesidad de consolidar la preeminencia de esta parroquia para garantizar los privilegios que aspira a conseguir y mantener. En este contexto, la figura del Licenciado Mendoza es idónea para fijar en papel el relato del vínculo de la Virgen del Prado con Ciudad Real, o mejor dicho, el vínculo de la Virgen del Prado con la parroquia de Santa María (Catedral) dotando de este modo de especial favor y mayores méritos a esta parroquia, sobre su competidora de San Pedro (vinculada a la más rural Virgen de Alarcos). Con un Licenciado alineado a favor de la de Santa María y dispuesto a dejar constancia escrita del relato de la Virgen del Prado, el éxito de la preeminencia de esta parroquia estaba garantizado. Y ello, aun acosta de tratarse de un personaje que, siguiendo la consideración de Hervás, tenía el perfil de un falseador con cuestionable talento y erudición. En este contexto de urgente y oficial necesidad de construir un relato patrio y común a partir de las intrahistorias locales es fácil imaginar a un personaje como Mendoza desempolvando legajos, papeles y relatos populares sobre las tradiciones en torno a la Virgen del Prado; rellenando los múltiples agujeros del cuento con su propia imaginación barroca. Y, como se ha dicho anteriormente, es en esta obra de Mendoza donde por primera vez aparece la leyenda de la aparición de la Virgen en el prado del Pozuelo Seco de Don Gil. Al respecto, Delgado Merchán cuestiona la naturaleza de las“inmentadas tradiciones, recogidas por el Lic. Mendoza y Porras, o extractadas, en decir suyo, de antiguos papeles y pergaminos casi ilegibles por el tiempo y elevadas más tarde a la categoría de historia por el carmelita Fr. Diego de Jesús María.”[3]Y sobre el mismo asunto Hervás y Buendía recoge lo siguiente: “A principios del siglo XIX el abogado del Párroco de San Pedro en el famosísimo pleito de las dos iglesias decía con gran sentido crítico, raro en este país, que «La titulada Relación e historia…., escrita en 1587 … quinientos setenta y cuatro años después de cuando se dice fue la aparición… en el año 1013… fue una nube que empezó a relampaguear en la tempestad de las discordias que después se levantaron entre la Iglesias de Santa María y San Pedro». Razona después según los principios de la crítica acusándola de falsedad, y concluye notando los anacronismos y equivocaciones en que incurre.”

Así pues, parece que el relato de Mendoza, y él mismo, han gozado de escaso crédito en la historiografía local, si bien aún siguen siendo (él y su relato) incuestionable piedra angular para la legitimación historiográfica y documental del vínculo de la Virgen del Prado con Ciudad Real. Esto es, aún sigue habiendo una escuela medoncina que hace (o fabrica) historia local sin juicio crítico, sin honestidad intelectual y sin rigor alguno, abonando de este modo la credulidad popular y la creencia en un pasado local entre épico, legendario y glorioso. Pero sigamos adelante con nuestro relato.catedral-de-santa-maria

Puestos en la embarazosa o, si se quiere, lúdica necesidad de asumir el relato de Mendoza como material de referencia, aunque sea de manera pintoresca, de él podemos extraer algunas interesantes observaciones sobre la manera que tuvo la Virgen de llegar a nuestra ciudad.

La forma en que la Virgen se instaló para siempre en la mente de los habitantes ha sido igualmente motivo de controversia, generando durante algún tiempo dos corrientes diferentes, la de los aparicionistas(quienes sostienen que la Virgen se apareció) apoyada, entre otros muchos por Fray Diego Jesús o Joaquín de la Jara; y la de los traidistas (según la cual la Virgen no se apareció, sino que fue traída por alguien) defendida por primera vez por José Díaz Jurado. Es sin embargo interesante descubrir cómo tras ambas hipótesis existe un componente político común fundamental. El aparicionismo se justifica en la medida en que la época (siglo XI) y lugar de la “aparición” vienen a confirmar el deseo divino de recuperar estos territorios para la cristiandad, arrebatados a ratos por los musulmanes. En consecuencia las apariciones eran, en esta época, muy oportunas y siempre bienvenidas ya que insuflaban ánimo a una población atenazada, no ya sólo por plagas y sequías, sino además, por el invasor extranjero. Los traidistas, por su parte, defendían que era el Rey quien sutilmente hacía llegar una imagen a sitios medio poblados a fin de provocar tal entusiasmo popular que permitiera incrementar, a través de la fe y las peregrinaciones, la población en zonas fronterizas. “En el siglo XI el problema que más preocupaba al rey era estabilizar el territorio conquistado, en esto la divinidad jugaba un papel importante. El cristianismo estaba introducido y el culto a lo sagrado constituía un arma eficaz para luchar contra el infiel. Pozuelo Seco jugaba un papel importante ya que se encontraba en línea fronteriza, por esto interesaba que se hiciese lo más fuerte posible. Para ello Alfonso VI utilizó la devoción de unas pocas gentes, y así fortalecer la zona. Gracias al milagro de la aparición, muchas gentes venidas de diversos lugares se ubicaron en Pozuelo Seco. Volvió a repetirse el milagro: la Virgen no se podía mover de la encina en donde se posó, esto llegó a los oídos de muchas más personas que fueron a comprobar lo que decían, ‘in situ’. Así la población se hacía cada vez más fuerte y el lugar más seguro”(Plaza, 1997) [4].  Ya viniera por los aires o traída por algún oportuno emisario real, la Virgen cumplió un papel fundamental en una época crítica. Su presencia fue la argamasa que inculcó entre sus habitantes el sentimiento necesario de unidad, identidad y pertenencia a la hora de crear y consolidar, frente a un peligro externo e inconveniente, una nueva población.

Otro elemento que resulta de interés es intentar averiguar por qué se elige la fecha del 25 de Mayo de 1088 para establecer el momento en el que la Virgen del Prado se establece en el núcleo urbano de la primitiva Ciudad Real. Este punto requiere aún una investigación profunda, porque por el momento no hay una respuesta conclusiva. Es posible que la fecha sea arbitraria, pero también que hubiera cierta intención en su elección. Si se consignó tal fecha pudo ser porque realmente existiera recuerdo de ella vinculada a algún hecho histórico ocurrido en la ciudad, como la consabida historia de la llegada de Marcelo Colino con la imagen de la Virgen. Pero también pudo ser porque a falta de una fecha real en la devoción popular, se impusiera una ajena pero significativa. No en vano fue el 25 de Mayo de 1085 (tres años antes), cuando se produjo la trascendental entrada de Alfonso VI en la recién reconquista ciudad de Toledo, en la que fue acompañada por toda la ciudad de una imagen de la Virgen. Siguiendo este hito, otras localidades fijaron en sus crónicas locales esta misma fecha como el momento para la aparición de sus respectivas patronas (véase el caso de la aparición de la Virgen del Puy en Abárzuza, Navarra). En este caso, ¿podría tratarse de una errata, y corresponder la fecha de la efeméride local con el año 1085 y no con el año 1088? No es difícil confundir un 5 borroso con un 8, y según Delgado Merchán los materiales utilizados, en su caso, por Mendoza eran “casi ilegibles”. Sea como fuere, resulta un aspecto que requiere una investigación más profunda por cuanto arrojaría luz sobre los motivos materiales de la presencia de la Virgen en la aldea primitiva y la instrumentalización política de la religiosidad popular.

Otros muchos puntos curiosos serían motivo de interesante estudio, sobre todo en lo que se refiere a la más remota leyenda del hallazgo de la imagen original bajo la advocación de Virgen de los Torneos y luego Virgen de las Batallas. Habría que indagar en el uso que el rey Alfonso VI hizo de múltiples tallas de la Virgen, bajo la misma advocación de “las batallas” para colonizar aldeas y poblados en el proceso repoblador de la reconquista utilizando el inquebrantable fervor popular como garantía de unidad territorial, identitaria y simbólica.

¿A la vista de estas pinceladas, podemos hablar aún hoy de aparición de la Virgen del Prado? ¿Resulta congruente conmemorar un hecho que no fue otra cosa que una estrategia generalizada, fruto de una época y de una necesidad política? ¿No sería mucho más ilustrador, interesante, emancipador e inclusivo hablar del fenómeno antropológico, cultural y sociopolítico alrededor de su figura? La respuesta a estas preguntas suele ser que así lo manda la tradición. Sin embargo, esa afirmación es engañosa. Como afirma Hobsbawm, las tradiciones son prácticas vivas, que evolucionan y se adaptan a su tiempo y a su medio. La fosilización de la tradición da como resultado el tradicionalismo y el costumbrismo, que consagra la tradición como categoría válida por sí misma: algo es tradicional porque es una tradición. Ahí reside un principio de exclusión irracional. Lo que en un tiempo fue costumbre, en otro, por razones de avance en el pensamiento, en la tecnología, en la ciencia o en cualquier otro orden, puede evolucionar y adaptarse al nuevo contexto. Salvo que interese esa fosilización por motivos de orden político e ideológico.

Sea como fuere, la intención política de impulsar y consolidar el núcleo primitivo de Ciudad Real fue un hecho para el que se utilizaron diferentes estrategias, no sólo de tipo religioso, sino de tipo económico o fiscal. El resultado fue bastante limitado. El proyecto de Ciudad Real, tal como lo imaginaron sus fundadores, fue hasta cierto punto un fracaso. Por último, no es menos interesante reflexionar sobre la vigencia en nuestros días de esta instrumentalización política de la religiosidad popular. Un fenómeno que muy a menudo contemplamos en la vida de nuestros pueblos y en la del nuestro propio. La falta de espíritu crítico es terreno que permite abonar a modernos Licenciados Mendoza, particulares y corporativos,que siguen mereciendo la misma consideración que en su día Hervás y Buendía atribuyera al original del siglo XVI.

[1]Diccionario histórico geográfico, biográfico y bibliográfico de la provincia de Ciudad Real. Ciudad Real, 1914

[2] B. Sánchez Alonso. Historia de la historiografía española, ensayo de un examen de conjunto. Madrid, 1944.

[3] Delgado Merchan, J. Historia documentada de Ciudad Real. Maxtor, 2011

[4]] Plaza Sánchez, J.: “Manifestación de fe alrededor de la Virgen del Prado”. Estudio etnológico. Ed. La Tribuna. 1997

Alberto Muñoz
Con los ojos bien abiertos

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37 COMENTARIOS

    • Estupendo inicio, Sr. OKA. Por favor, corrija y enmiende mi artículo en cuanto considere. Le estaré muy agradecido. Arroje luz, por favor.

      • Alberto, te faltan horas de Cuarto Milenio….jejeje. Ya sabes que tocando lo «sagrao» eres caraqueño jodón…

        Te has currado un pedazo de artículo con el que se podrá estar o no de acuerdo, pero es innegable el excelente trabajo.

        Que caigan muchos más por aquí.

      • Alberto, contra el fanatismo y las tradiciones no hay nada que hacer, desengáñate. La razón choca siempre con la sinrazón de lo etéreo. Cuando alguien se enfrenta a algo tan baladí como mover una fecha en la celebración de unas fiesta, por ejemplo, siempre contestarán que ¨ la tradición es la tradición¨, por todo argumento. Desespera enfrentarse con tanto mastuerzo.

  1. Lo que jode a los ‘mariológicos pradiales y pradistas’ es el fotomontaje de Manuel Maroto. Confundiendo el Pradial del Pozuelo con Iwo Jima. Y las ‘Banderas de nuestros padres’ con relatos fundacionales de las Vírgenes Blancas, Negras, de las Batallas, de las Victorias y del Prado mismo.

    • En todo caso, si algo puede fastidiar es vislumbrar la posibilidad de que detrás del relato aprendido sólo haya materialismo e interés. Como en (casi) todo. Si aun así se decide seguir creyendo, estupendo. Ahí la libertad de cada uno.
      Pero la instrumentalización de las creencias, de lo humano y de lo divino es una constante necesidad de toda tribu.

  2. Buenos días,
    No ha citado no tenido en cuenta el interesante hecho de las concomitancias de la leyenda mariana de la ciudad y de la que se forma tradicional se cuenta también en Velilla de Jiloca, de donde, y según la tradición -que por supuesto nadie pone en duda de sus valores legendarios, seguramente con algún poso de verdad,como Ud. bien dice-, proviene la Imagen original de la Virgen que se veneró en el templo del Prado (entorno urbano que, por otra parte, se ha mantenido señalado por la toponimia y cuidado y mantenido en lo público a lo largo de generaciones -por qué?, no lo sabemos, pero algún valor le darían las diferentes épocas y gentes a esa leyenda de la aparición desde los mismos orígenes de la ciudad en su fundación por el rey Sabio -).

    Es por esto que, aún siendo muy interesante su artículo -creo que cualquier acercamiento al hecho religioso, con todo lo humano y divino que tienen estas cosas, es interesante con creces porque nos une a la humanidad que tenemos y que nos es consubstancial-, me parece que adolece de objetividad y de lo único que trata es de derribar un mito, sí, un mito, pero sobre un hecho real y de fe que no es sino María como madre de Dios (según mi fe, que es la que profeso y que no me obligo a seguir -por si intenraba atajarme por ahí yo me curó en salud), intención que creo se hace patente y palpable con la poco sensible ilustración, ya que crean o no, lo que sí creo es en el respeto al resto de congéneres a los que ducha de y creencias les han sacado en muchas ocasiones de caer en un pozo negro Lo largo de sus vidas, así que, por favor, hablen de todo -me parece super interesantísimo, de veras, aparte de la fe que no compartimos-, pero cuidando las formas. Por favor.

    Un saludo y enhorabuena

    • A veces una imagen sintetiza perfectamente todo un discurso. Una idea. Lo ofensivo podría ser el uso efectivo que se hace de la fe popular, no la representación gráfica o literaria de ese uso.
      Si la fe mariana no fuera un hecho no tendría efectiva usarla para interés político, económico, cultural, imperial o lo que fuere en cada caso, según el momento y el lugar. Se trata de crear elementos suficientemente elevados como para que luego se puedan instrumentalizar según convenga.
      Este sencillo artículo sólo se aproxima superficialmente a un hecho local.., pero podríamos hacer lo mismo con otros hechos tenidos por santos y trascendentes en otras localidades, países o culturas y después de excarvar un poco iríamos viendo que los principios funcionales son los mismos con diferente contextualización. Ya sea para el caso de nuestra patrona como para el de Adan, Krishna, Jesús, Hermes, Mahoma, o quien sea. Creo que nos corresponde saber y conocer los fundamentos, orígenes y motivos de los relatos y arquetipos en los que nos han enseñado a creer.

      • Enteramente de acuerdo, Alberto.
        Aunque por estos lares, ya sabemos que «la razón se compone de verdades que hay que decir y verdades que hay que callar»…

  3. Quién dice lo contrario? Sólo he dicho que tanto en un sentido como en otro la fe y la religión se han venido y se siguen empleando como arma arrojadiza entre bandos, de lo que su artículo es fiel ejemplo.

    Un saludo y gracias por ilustrar un tema de sobra conocido y sabido

  4. Alberto, desacredita si quieres al que pretende utilizar en provecho politico este acto religioso, pero hombre, tratar de desacreditar una leyenda falsa o no, me parece que es tirar mucho de la cuerda.

    Cualquier hecho apreciado o valorado por la sociedad civil va sufrir estas manipulaciones (el fútbol por ejemplo (Barcelona)).

    Ya ves tú, el interés o no que puede tener la veracidad o no de la aparición. Es simple tradición, y además medieval.

    Por lo demás, el artículo y el análisis de este tema es muy interesante, y efectivamente, hay razones geopoliticas que atribuir a las apariciones, el mejor ejemplo, la batalla de Covadonga y la aparición del apóstol Santiago (cuya estancia es Hispania nunca podrá probarse tampoco, y que es bastante improbable).

    No lo entiendas como una crítica a tus intenciones, valorar las tuyas, seguramente me venga grande, aunque te conozco, no lo suficiente (coral Pedro Pardo, aquí en Madrid estoy en otra del estilo).

  5. Alberto, no sé por qué no crees en la España mariana. ¿Es que cuando se bebe la cerveza de autor «La Virgen» no se ven cosas increíbles?

    Por si no lo sabéis, Alberto fue el máximo impulsor de esa revista irreverente y ciudarrealeña de la segunda fase de la movida llamada «Autopsia»

  6. Este articulo esta bien sobre todo por que de un plumazo se carga la historia de la Virgen del Prado, y no deja de ser un articulo de una persona que no tiene ni idea de este tema. Al menos en algo se apoya como podemos ver, la historia y tradición local, que por lo que se ve hay denuevo que escribirla y Alberto podria escribir una nueva historia de Ciudad Real desacreditando a la historia, y tradición de Ciudad Real.

    • En modo alguno, Sr. Autopsia. No me he cargado nada. Sólo he aportado una hipótesis que requiere mucha más investigación. Aceptar sin más los cándidos y piadosos relatos que nos ofrece la tradición es útil desde un punto de vista simbólico, pero no a efectos de conocer y comprender las razones históricas de los acontecimientos. Y no creo que pretender conocerlas y comprenderlas implique acabar con nada, más bien enriquecer la perspectiva. Sería interesante que historiadores indagaran por esa vía. La tradición poco más puede aportar en este punto. La ciencia histórica, sí.
      Es curioso que sólo el tradicionalista se siente ofendido cuando se trata de indagar en las razones materiales de los acontecimientos que da por sentados e incuestionables. Signo inequívoco de su espíritu acrítico y estancado.
      Agradecería enormemente que los más críticos con este tema hicieran su réplica.., que me dijeran en qué puntos esta hipótesis les parece débil, inconsistente, descabellada o incorrecta. Así podemos avanzar. Lo demás es marear la perdiz.

      • JAJAJA, y luego es el «comunismo populista» es el que va a acabar con la libertad de expresión en España…me tengo que reír…es mencionar alguno de los «principios fundamentales del movimiento» y salen los guardianes de la fe a encender la hoguera.

        Pero qué le vamos a hacer en un país donde el 25% de los ciudadanos creen que el sol gira alrededor de la tierra o que el grafenano trabaja en un circo.

        Estaría bien que se ofrecieran cursos de historia de la religión y su simbología para que la gente supiera los verdaderos orígenes de santos y divinidades heredados de romanos o griegos.

        Edward Gibbon:

        “Los cristianos primitivos sentían una repugnancia inconquistable por el uso y abuso de imágenes, y esta aversión puede ser atribuida a su descendencia de los judíos, como también a su animadversión hacia los griegos. …la religión de los católicos fue uniformemente simple y espiritual; y la primera mención de pinturas se halla en la censura del Concilio de Illiberis, trescientos años después del inicio de la Era Cristiana. Bajo los sucesores de Constantino, disfrutando la iglesia triunfante de paz y riquezas, los obispos más prudentes condescendieron en permitir una visible superstición para el beneficio de la multitud; y después de la ruina del paganismo ya no estaban restringidos por la aprehensión de un odioso paralelo. La primera introducción de una adoración simbólica fue mediante la veneración de la cruz y reliquias.»

        • A lo mejor, si tuve suerte en mis clases de religion y los que las impartian (todos curas) si me explicaron el origen del catolicismo y las similitudes y fuentes de las que bebió para su mejor comprensión entre las gentes de aquella época.
          De ahi, pues hay cosas que te chocan y en lugar de Gibbon voy a mencionar una parte de la biblia (Exodo,32) relato de Moises y el Becerro de oro. A ningún católico le sorprende que Moises es profeta de los Judios, Jesús era judio y por ellos fue juzgado precisamente por eso, por cierto y añado que Jesús también es profeta musulmán… pero en fin…
          Lo que quería decir, es que el problema no está en profesar una religión, son las personas que siempre han tenido un afan de diferenciación dentro de «su tribu».
          Quien tiene la fé de creer en una virgen o en otra (aunque se supone que solo había una) no le va a importar un bledo si la fecha correcta en un día u otro o si Jesús nació en Octubre o Diciembre… son fechas que dentro de la verdadera religiosidad carecen de importancia.
          Que cada cual cumpla los preceptos de su ética y su fe, porque no habrá dios que castigue tu tu comportamiento con tus congéneres ha sido optimo, se llame como se llame y lo mismo hasta dios tiene ideología comunista y descubrimos entonces que no es tan perfecto…

          Hobbes, la realidad es que el grafenano debe trabajar en un circo. Debes estar refiriéndote al grafeno… jejeje

        • Muy buen comentario.

          Pd: grafenano es la mayor empresa de grafeno española. Ha sido una ida de pinza. Gracias por corregirme.

  7. Alberto, sencillamente enhorabuena. Los comentarios técnicos los dejo a los expertos, y el tema mariano no es uno de mis campos, por lo que me abstento en debatir al respecto.
    Felicidades, te reitero, y sigue mostrando tu ‘savoir faire’, como acostumbras.

  8. … Cuando alguien señala la Luna y otro mira el dedo no hay más comentarios posibles… Qué triste lo de algunos, y qué oscuros intereses los que les sustentan!

    Por cierto, el Ratoncito Pérez no existe, es una conspiración de las empresas de pinturas en spray: qué son si no las cositas que suenan dentro del tubo cuando lo agitas. Pensad, pensad, niños, mientras yo desaparezco en la malvada nebulosa de la ignorancia más extrema que me tiene subyugado y lelo del todo

    Bye!

  9. Soy devoto de la Virgen del Prado, a la que llevo en mi corazón allí donde estoy.

    Muchos son los problemas que he descargado ante ella y muchos los consuelos y desenredos invocados y solucionados por ella. Ella es nuestra Madre y protectora.

    Viva la Virgen del Prado.

    • La experiencia de Dios y de su Madre son un Misterio, son reales y llenan de paz el alma y de sentido la vida.

      La vida espiritual no puede pensarse solo vivirse.

  10. Lo que el autor apunta no es ninguna novedad. Sólo hay que leer el Diccionario de Hervas y Buendía. Incluso el comic de Victor Barba de 1987, «No saldrá igual que la que portaban los caballeros, pero a nosotros nos servirá».
    Es más, ¿se puede afirmar la existencia de lo que luego sería Ciudad Real antes del siglo XIII?
    Si la aparición fue como cuenta la leyenda, ¿por qué hasta el siglo XVI la Virgen del Prado comparte importancia, o incluso tiene menos, que las de Alarcos, la de la Blanca y la de la Guía?

  11. Después de leeros, quisiera decir algunas cosas:
    1. No me gusta el fotomontaje. Es minusvalorar tanto a quienes lucharon en la Segunda Guerra Mundial como a quienes creen en la Virgen del Prado.
    2. No hay Vírgenes. Hay advocaciones -según me enseñaron-, pero todas son o no son, la misma.
    3. Ya sabemos que todas-o casi todas- las festividades religiosas -sean católicas, budistas o pastaristas- coinciden con fiestas paganas. No importa, da igual. Igual que las Virgenes negras, no son estatuas originalmente cristianas, sino idolillas paganas.
    4. La fe mariana -no rajoyiana- tiene el inicio mucho después del inicio del catolicismo. De hecho, también el Islam la venera como madre.
    5. A mí, como mujer, lo que no me acaba de convencer,es que se tenga que ser virgen para ganarse el Cielo. Y eso sí que es algo en que todas las religiones coinciden.

    Besos, y a disfrutar del Corpus.

  12. Un muy buen trabajo. Pero, a parte de disminuir mi ignorancia, lo cual agradezco de verás, ¿qué pretende el autor?: ¿Mostrar la falsa base histórica de una tradición? ¿Evidenciar la futilidad de anacrónicas y fraudulentas costumbres cristianas? ¿Atacar a la Iglesia Católica por enésima vez?

    Desde la humildad, me pregunto: ¿qué somos las personas sino historia, tradiciones, costumbres? ¿De qué manera se forma el carácter de un pueblo sino por la sedimentación lenta y firme que el tiempo y los acontecimientos le proporciona?

    • Creo que esa doble intencion es evidente.

      El silencio otorga.

      Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, atacamos la tradicion cristiana, con el pretexto de criticar razonablemente el uso electoral por parte del PP de los asuntos religiosos.

    • Es verdad, qué somos las personas sin las tradiciones. Espero que cumplas con una tradición que es la única que merece la pena y se está perdiendo. Espero que cuando te toque tener a tus abuelos y padres enfermos, los cuides, los mimes, les reserves la mejor habitación de tu casa. Por muchos años que dure su enfermedad. Si no lo haces , y los mandas a una residencia, pensaré que las únicas tradiciones que respetais son las que no implican compromiso ni trabajo.

  13. Sin duda alguna la Virgen del Prado puede ser una invención como tantas otras, pero hay algo indudable: el fundador de esta ciudad, Alfonso X el Sabio, era un marianista convencido: no menos de cuatrocientos milagros narró de la Virgen en sus Cantigas, algunas sin duda compuestas en Ciudad Real por sus músicos y poetas gallegos favoritos, por ejemplo Afonso Eanes do Coton o Pero da Ponte. Y es lógico imaginar que la primera iglesia, capilla o ermita de Villarreal fuera una dedicada a la Virgen, simplemente, ya que tan devoto le era (creó una orden religiosa titulada de Santa María de España, creo recordar). Seguramente esa iglesia fue una anterior a la gótica cisterciense que luego se levantó a Santa María del Prado. Y esa es la verdadera Virgen que se venera allí, al margen de las mentiras que se hayan podido contar después.

  14. Este articulo me recuerda al hermano peqeño cuando descubre q los reyes son los padres y va muy orgulloso a su hermano mayor a contarseloy el mayor le sonrie y le da dos palmaditas en la espalda.
    La idea principal q nos quiere «descubrir» aqui el autor la abemos todos los fieles desde hace mucho. Pero si vamos a rezar a la Virgen del Prado no es por si se aparecio de una u otra manera, sino por lo q represrnta. Pero eso las mentes cerradas y cortas de los ateos no lo entienden

  15. Adolfo, entonces tienes que leer el artículo en clave de adulto. Ni Alberto es un simple, ni la mayoría de los foreros tampoco. Solamente se hace un recorrido sobre el asunto incorporando datos, no se habla ni mal ni bien de la Fe, ni de la devoción.

    Creo que algunos mezclan temas muy diferentes, como son la iconografía religiosa y la Fe. De la que hay ignorancia para dar y tomar.

    Como por ejemplo de incongruencia, la Virgen de la Fe en Fuente el Fresno. No puede haber por lógica una Virgen de la Fe. O, al menos no puede haberla si no se quieren mezclar las cosas, pero la hay, y allí la quieren mucho. Que esto se comente no es una ofensa a nadie, es poner negro sobre blanco los errores que se comenten cuando se ignoran los conceptos. Y es bueno saberlo.

    Creo que nos hace falta una transición religiosa en la que todos aceptemos la verdadera historia de las religiones y la desliguemos de las creencias de cada uno.

    Claro que se puede ser católico y buena persona, pero eso no cambia la historia de la Inquisición, y las dos cosas forman parte del bagage católico. Pero sin mezclar. Ni tampoco ir a por quien quiera hablar libremente del tema, como es el caso de Alberto.

    Por cierto, me ha mucho el comentario de Luis sobre predicar con el ejemplo. Cosa que no se ve mucho…

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