Carmen Quilez.- Un año ha pasado de su anterior representación. Atónita me quedé a ver la obra del Florido Pensil. ¡Qué progreso! Hablo del grupo del taller de teatro de la Universidad de Mayores de Ciudad Real.
Mujeres y hombres mayores, jubilados casi todos, postergaron sus gozos personales, intercambiaron esfuerzos y sacrificios comenzando por su directora Rosa Torres y continuando los esfuerzos, gozosos o no, por todos y cada uno de los componentes del grupo teatral.
Sus técnicas interpretativas ayudaron a focalizar los objetivos implícitos de la propia obra. Con sus minuciosas tareas e indumentarias nos llevaron a los espectadores a renovar nuestra memoria y vivir de nuevo los años de escolarización .Consiguieron hacernos cantar y tararear canciones de la época implícitas en el montaje musical, evocando con ahínco la pedagogía que se empleaba en las escuelas durante los años del régimen.
Vine expresamente desde Tarragona a esta universidad a ver la representación pues la experiencia del curso pasado fue muy positiva .Cuando llegué a esta universidad el jueves 5 de mayo, me dirigí a cada uno de los jóvenes que me iba encontrando en el camino, les preguntaba por el aula Magna, nadie la conocía, tampoco su ubicación y mucho menos la obra teatral que se iba a representar tres horas más tarde. Por otro lado, merodeé por los entornos de la universidad de letras, mi esperanza fallida, no encontré ni un solo cartel anunciando el evento de la obra, brillaron por su ausencia; ¿cómo es posible que una manifestación cultural y a las pruebas me remito, no se publicitara ni siquiera en los aledaños del campus? Saco en conclusión que solo se les ofreció el Aula y ningún tipo de colaboración ni ayuda pues, todo lo resolvieron como decía anteriormente ellas y ellos solitos.
Creo sinceramente por lo que pude observar o intuir, que desde los departamentos correspondientes se debió de apoyar a este taller algo más y no solo ofrecer el Aula Magna para la representación No sé si interesan las aportaciones de los mayores a la cultura, lo que es evidente es que la crisis también está presente por estos aledaños o por las mentes que se creen que porque ocupan sillones, las sillas se olvidan, y no saben que esos sillones se hacen viejos como los que se sientan en ellos.
Desde mi lejanía geográfica, desde mi desinformación , desde mi espíritu aun vivo de enseñante, desde mi entusiasmo, aplaudo a estas personas mayores que fueron capaces de aunar esfuerzos para que pudiera hacerse realidad el trabajo que correspondía a la responsabilidad del compromiso que asumieron al emprender este taller de teatro.
Suplico al Decano , a los profesores… que no den la espalda ni hagan oído sordos a los eventos similares porque ellos son también parte de la cultura de las aulas. Seguro que en el futuro próximo con la pasión que vi en la representación seguiréis aportando vuestro grano de arena a las mentes de las nuevas generaciones, seguid adelante porque viví vuestra representación sin diferenciar si estaba en el Aula o en el teatro Calderón.