Y dicen que la política no es filosofía

PabormiPabormi
Habiéndose reunido con fecha de hoy  D. Zapatero y D. Rajoy, o lo que es lo mismo, las cabezas visibles de ambos ejércitos, representando a las dos Españas, paso a relatar lo que mi grabadora registró, encontrándose el hijo de mi madre escondido bajo el sofá de color blanco (raro color para un sofá) en la sede de la Presidencia del Gobierno.
 Paso a ello, pero eso si, ME NIEGO  a personalizar el autor de cada frase, por lo que habrán de ser ustedes quien pongan nombre y apellidos. No importa si se equivocan, total…¡ todo depende del color del cristal con que se mira!.

Uno de ellos después del obligado saludo dijo: bueno mira amigo mio: A menudo me he tenido que comer mis palabras y he descubierto que eran una dieta equilibrada. A lo que el otro contestó: Las palabras son como las hojas; cuando abundan, poco fruto hay entre ellas.

Ya pero debes tener en cuenta que: El hombre que ha cometido un error y no lo corrige comete otro error mayor.

No olvides que: Lo peor no es cometer un error, sino tratar de justificarlo, en vez de aprovecharlo como aviso providencial de nuestra ligereza o ignorancia.

Tu sabes que: Si cerráis la puerta a todos los errores, también la verdad se quedará fuera.

Algunos se equivocan por temor a equivocarse.

Me parece mentira que un hombre instruido como tu diga eso, sabiendo que: El único hombre que no se equivoca es el que nunca hace nada.

Insisto que el pacto es de cobardes, ya lo decía aquel: Nunca hay que pactar con el error, aun cuando aparezca sostenido por textos sagrados.

Tu sabes bien, si hablas de textos sagrados que: El único error de Dios fue no haber dotado al hombre de dos vidas: una para ensayar y otra para actuar y ademas te diré que: Me gustaría vivir eternamente, por lo menos para ver cómo en cien años las personas cometen los mismos errores que yo.

Ya pero estarás de acuerdo conmigo en que: Un error no se convierte en verdad por el hecho de que todo el mundo crea en él.

En cualquier caso: Prefiero los errores del entusiasmo a la indiferencia de la sabiduría.

Por favor dejemonos de monsergas y pensemos que: El mal no está en tener faltas, sino en no tratar de enmendarlas.

Yo estoy tan tranquilo, que digo lo que aquel: Si dicen mal de ti con fundamento, corrígete; de lo contrario, échate a reír, porque creo firmemente en aquello que te resultará familiar: Exígete mucho a ti mismo y espera poco de los demás. Así te ahorrarás disgustos.

Mira, déjate de monsergas y aplícate esto: No basta saber, se debe también aplicar. No es suficiente querer, se debe también hacer.

A eso te contestaría que: Los sabios son los que buscan la sabiduría; los necios piensan ya haberla encontrado.

Jamás deberias olvidar esto otro : La sabiduría suprema es tener sueños bastante grandes para no perderlos de vista mientras se persiguen.

Ni tu olvides  esto otro: El sabio puede sentarse en un hormiguero, pero sólo el necio se queda sentado en él.

Tu mayor errror fue lo que dijo aquel sabio: Muchas veces las palabras que tendríamos que haber dicho no se presentan ante nuestro espíritu hasta que ya es demasiado tarde.

Creo firmemente que: No hay espejo que mejor refleje la imagen del hombre que sus palabras.

¿Acaso crees que con estos pseudolibertadores puedo emplear aquello de: Las palabras elegantes no son sinceras; las palabras sinceras no son elegantes?.

Yo lo único que creo es que : Una palabra bien elegida puede economizar no sólo cien palabras sino cien pensamientos.

Yo sin embargo estoy convencido que: La palabra es el arma de los humanos para aproximarse unos a otros.

Puedes estar confundido porque: La diferencia entre la palabra adecuada y la casi correcta, es la misma que entre el rayo y la luciérnaga.

Mas te valdría pensar en esto: El sabio no se sienta para lamentarse, sino que se pone alegremente a su tarea de reparar el daño hecho.

Yo a eso te contestaría que: El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona.

Cuando tengas un momento piensa que: La mayor sabiduría que existe es conocerse a uno mismo.

En cualquier caso: Lo que sabemos es una gota de agua; lo que ignoramos es el océano.

Yo siempre enseñé a mis hijos que: La palabra más soez y la carta más grosera son mejores, son más educadas que el silencio.

Es mas, insisto: Es posible conseguir algo luego de tres horas de pelea, pero es seguro que se podrá conseguir con apenas tres palabras impregnadas de afecto.

Te olvidas de lo primordial amigo mío: No hay que confundir nunca el conocimiento con la sabiduría. El primero nos sirve para ganarnos la vida; la sabiduría nos ayuda a vivir.

Narrador: y como vi que la cosa iba para largo, recogí los bártulos y marché a casa, pero maldito pensamiento el de aquel momento, porque he de confesar que salí de allí pensando: si yo fuera un etarra me estaría descojonando de la risa. Ya lo dijo Musashi en “el arte de la guerra”: cuando descubras los flancos del enemigo, penetra a través de ellos y vencerás. Joer, joer, es  que no aprendemos, coño.

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