El queso Etiqueta Negra de la empresa daimieleña Ojos del Guadiana, ha sido elegido como el mejor de España, en la categoría de pasta dura de oveja, en la cata-concurso de la XXXI edición de la Feria Nacional del Queso de Trujillo (Cáceres), celebrada el pasado fin de semana y a la que se han presentado 136 piezas de queso, de cuatro modalidades, de las que 68 fueron finalmente seleccionadas para la cata nacional.
La cata, dirigida por el especialista Diego Barriga, se ha regido con el reglamento elaborado en pasadas ediciones, que establece normas que garantizan la confidencialidad y las influencias por proximidad entre los miembros del jurado.
Ojos del Guadiana, única empresa quesera castellano-manchega premiada en esta feria, acudió al certamen nacional de Trujillo con grandes expectativas para afianzar su presencia en la zona centro de España e incrementar su posicionamiento internacional dentro del proyecto en el que está inmersa desde hace años, con la colaboración de la Cámara de Comercio de Ciudad Real.
La quesería Ojos del Guadiana, creada por ganaderos de la zona de Daimiel en 1997para producir excelentes quesos con las leches de sus ovejas manchegas, ha recibido numerosos premios en su trayectoria, en otra edición de la Feria Nacional del Queso de Trujillo (Cáceres), en la feria Expovicaman, de Albacete, en Fercam de Manzanares y de la Cofradía del Queso Manchego, así como un reconocimiento como Mejor Queso de Oveja del Mundo,
en el importante certamen internacional de quesos International Chees Awards, de Gran Bretaña, considerado como uno de los tres más importantes del mundo.
Manchega Ojos del Guadiana realiza actualmente inversiones para mejorar la competitividad de la compañía, desarrollar y consolidar nuevos productos y formatos, aumentar su capacidad de fabricación y adaptarse a las exigentes normativas de los mercados internacionales del queso de calidad.
Un periodista y masón manchego del XIX, desgraciadamente asesinado, Antonio Rodríguez García-Vao, escribió que el queso manchego «podía hacer la envidia de Teócrito». Y es verdad. Una de las pocas cosas que nos caracterizan y que sabemos hacer bien. No se defiende ni promueve como se debe.