Oro Blanco/Fedalma.– Ana Mateos es doctora en Prehistoria por la Universidad de Salamanca y máster en Primatología por la Universidad de Barcelona. Es investigadora responsable del grupo de investigación ‘Paleofisiología y Ecología Humana’ en el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), de Burgos, y miembro del Proyecto Atapuerca desde 1997, así como del Grupo de Investigación de Excelencia de Castilla y León GR249 Evolución Humana en Europa. Sus investigaciones están centradas en el estudio biológico y ecológico de los humanos y de otros primates, en el marco de la Biología Evolutiva del Desarrollo.
¿Cuáles son las ideas clave que intentará transmitir con su ponencia ‘Nuestra lactancia: recuerdos ancestrales y dilemas evolutivos’?
Ver cómo ha sido nuestra lactancia, ya que somos un mamífero y somos un primate, algo que no hay que olvidar. La idea es ver qué legado nos ha dejado. Esto se llama memoria evolutiva: hacer una memoria hacia el pasado para ver cuáles son los ingredientes ancestrales del modo de lactancia y crianza, que también me gustaría que reflexionáramos sobre ello porque van íntimamente unidos. Quiero hablar de aspectos como la duración de la lactancia y los ingredientes de la leche humana, de dónde vienen, si los compartimos o no con otros primates cercanos y ver que a lo mejor no cambia tanto como pensamos. Tenemos metido en nuestro genoma desde hace tiempo la producción de un tipo de leche que se corresponde con lo que necesitan nuestros bebés. Hacer fisiología de la leche humana es importante. Los médicos no hacen incidencia en ello pero las cualidades biológicas de la leche son las que son por lo que el bebé humano también es diferente a, por ejemplo, los chimpancés. Es muy difícil contar muchos años de evolución en 40 minutos, pero sí quiero reflexionar, echar la vista atrás y ver que quizá no tengamos que apartarnos mucho de la senda de nuestro diseño evolutivo, porque quizá nos estemos saliendo demasiado.
¿En qué sentido?
La lactancia humana no es muy especial en los humanos, puesto que nos viene por ser mamíferos y primates, pero en lo que quizá seamos más peculiares sea el tipo de crianza: nos hemos salido de lo que imponía la biología porque hemos metido otros aspectos de cultura y sociedad que ha hecho que nos salgamos del patrón primate. Uniendo esos dos conceptos, biología por un lado y sociedad y cultura por otro, tenemos que ver si nos hemos desviado mucho.
Si tenemos en cuenta la existencia del ser humano, este cambio se ha producido en muy poco tiempo, ¿verdad?
Esto forma parte de la sociedad y los modos de vida que tenemos ahora. No podemos sujetarnos estrictamente al modelo de vida ancestral, pero no deberíamos perderlo de vista y sí deberíamos poner en la balanza cuáles son los beneficios y las desventajas. Alguna desventaja hay porque los humanos somos muy diversos y cada uno tiene un contexto cultural y un contexto social que le hace apartarse de una u otra manera. Hay que reflexionar también por qué en estos tiempos tampoco se favorece esta cuestión, con la coyuntura social o política que tenemos.
¿Cómo se relaciona ese pasado con nuestro presente?
Otro de los dilemas del ser humano es el proceso de destete, porque repercute en el intervalo de nacimientos, es decir, en tener más o menos descendencia. A nivel evolutivo es más importante para la especie tener mucha más descendencia porque supone mayor éxito reproductivo y biológico. Hay que entender ese tipo de conceptos que van ligados a nuestro día a día: destetarlos antes o después, tener más hijos… eso a nivel evolutivo tiene sentido. Ahora tendríamos que pensar cómo es en nuestras circunstancias actuales. Yo quiero dar pinceladas para después discutir con el auditorio: yo puedo dar la visión del pasado, porque la del presente la saben mejor ustedes, pero juntos podemos ver qué pasará en el futuro si nos desviamos de la línea que deberíamos seguir como mamíferos.
¿Qué lugar ocupa el estudio de la lactancia materna dentro de la Historia, la Antropología, etcétera?
Cuando yo estudiaba, hace un par de décadas, esto no se tenía mucho en cuenta. Es recientemente cuando se ha parado a reflexionar sobre algo que es bastante importante, porque es el modelo de historia biológica que ha tenido el género homodesde que somos homo, humanos. Ahora sí que tiene importancia no solo para conocer la paleología de nuestros ancestros sino para aprender del pasado y ver por qué somos así en el presente y qué nos depara el futuro, que siempre se puede especular. Sigue siendo residual porque somos cuatro locos, pero en Norteamérica sí se está haciendo más hincapié. Hay que darle importancia porque tiene mucho que ver con el éxito de la especie. Eso desde el punto de vista de la Biología. En lo cultural y social, también es importante porque el humano como especie muy social tiene mucho que aportar, ya que hemos adaptado nuestra biología a ciertas pautas: la crianza compartida, por ejemplo, que se da en ciertos primates y en otros no. Ahí nos hemos hecho peculiares, porque nos hemos buscado un tipo de crianza que nos conviene y que nos va bien como sociedad o como grupo.
Personalmente, ¿cómo llega a estudiar la lactancia materna y la crianza?
Siempre me ha interesado la fisiología y la biología humana, y eso que yo vengo de otro mundo pero estoy totalmente transformada. Estas cuestiones nos han marcado mucho, a las mujeres más todavía por la compleja fisiología que tenemos, y llegamos a estos estudios porque creo que es necesario reivindicar el papel de esos procesos fisiológicos que son muy costosos bilógicamentey que han tenido consecuencias en todo, en biología y sociedad. Por eso llegamos a lo que somos. La verdad es que son procesos muy integrales: no te detienes a estudiar solo un punto o un aspecto concreto de la lactancia, sino que le damos un sentido más integral. El presente y el futuro de la especie se puede beneficiar de lo que podamos plantear, que al fin y al cabo son hipótesis que se pueden o no contrastar. Es un tema que me apasiona y procuro transmitirlo a mi gente, porque hay más gente trabajando en ello. Por eso, desde el principio (y son ya muchos años), he intentado que colaboráramos con otros profesionales, como ustedes o con el mundo sanitario, porque conocen mejor la especie en la actualidad y todos podemos aprender de todos.