Para inaugurar esta sección empezaremos por el postre. El primer bocado será para unos brownies kinder. Antes de nada, vamos a hablar un poquito de este famoso bizcocho de chocolate que tanto gusta y que tanto pedimos de postre en comidas y cenas.
Los brownies, como todos sabréis, son originarios de los Estados Unidos de América donde, tradicionalmente, se han concebido más como una galleta o cookie bar que como un bizcocho o pastelillo. Su nombre brownies («marroncitos» en castellano) hace referencia, no a que lleven chocolate en la elaboración, sino al color marrón oscuro que tienen tras hornearlos, ya que (según se dice) la receta original no incluía el chocolate o el cacao como ingrediente principal. Su color venía del uso de miel de caña o melaza en la elaboración (entre otros ingredientes de color también oscuro). De esta manera, y como ocurre con muchas recetas, los brownies han evolucionado bastante hasta nuestros días.
En la actualidad, se trata de un bizcocho denso, húmedo y con un intenso sabor a chocolate. Su textura se consigue con el uso de bastante cantidad de mantequilla y chocolate en la elaboración. Por otra parte, a diferencia de la mayoría de elaboraciones de bizcochos, no usamos ningún tipo de levadura, polvo químico de hornear, ni bicarbonato porque lo que queremos es un bizcocho denso y jugoso (así que no buscamos que suba en el horno). Lo bueno los brownies es que son bastante customizables (como veréis en la receta del post), ya que, partiendo de una receta base como la que os muestro yo, les podemos añadir multitud de ingredientes para darles un giro de tuerca y hacerlos a nuestra manera. Desde pepitas de chocolate blanco o negro hasta nueces, pasando por todas las opciones que se os puedan ocurrir. Así que, ¿os apetecen, verdad? Pues aquí va la receta…
BROWNIES «KINDER»
INGREDIENTES:
150 gr. de mantequilla.
180-200 gr. de chocolate negro (elegid dependiendo de lo fuerte que os guste).
100 gr. de azúcar blanquilla.
50 gr. de azúcar moreno.
3 huevos medianos.
1 chorrito de esencia de vainilla.
100 gr. de harina.
1/4 de cucharadita de canela (opcional).
1 pizca de sal.
10 barritas de kinder chocolate cortadas a trocitos.
ELABORACIÓN:
1.- En primer lugar, debéis precalentar el horno a 180ºC y poner una cazuela pequeña con dos dedos de agua a hervir. En un bol que sea resistente al calor, poner la mantequilla y el chocolate cortados a trocitos, los cuales vamos a derretir al baño maría, removiendo constantemente con la espátula en la olla con agua hirviendo. También los podríais derretir en el microhondas a intervalos de 10 segundos a potencia media-alta, removiendo la mezcla en cada intervalo (con mucho cuidado ya que el chocolate se quema muy fácilmente).
2.- Cuando la mantequilla y el chocolate estén derretidos, añadir el azúcar blanco y moreno y remover hasta que estén bien integrados. No tenéis que usar azúcar moreno si no tenéis o no queréis. A mí me gusta añadir una parte porque le da un sabor muy bueno y un tono más meloso y acaramelado. Pero vosotros cocináis, así que vosotros decidís…
3.- Posteriormente, añadir a la mezcla los tres huevos de uno a uno, es decir, hasta que no se integre uno no echamos el otro. En este punto la mezcla habrá empezado a espesar un poquito. Añadir también la esencia de vainilla en este punto.
4.- Por último, incorporar la harina, la sal y, si decidís usarla, la canela. Mezclar hasta que la harina se integre, pero sin mezclar demasiado. Añadir las barritas de kinder chocolate cortadas a trocitos a la mezcla. Y ya esta lista la masa de nuestros brownies.
5.- Verter la mezcla en un molde cuadrado de unos 20×20 centímetros, que previamente habremos cubierto con papel de aluminio y engrasado con un pelín de mantequilla derretida para que no se peguen los brownies. Meter en el horno precalentado, calor arriba y abajo, sin ventilador y en la rejilla del medio.
*Horneado: aquí es cuestión de gustos. Los brownies son, tradicionalmente y como podéis ver en las fotos, poco hechos. Así es como quedan más jugosos y más ricos. Sin embargo, a algunas personas les puede gustar un poco más hechos o muy hechos (considerando que, cuanto mas los horneemos, más secos quedarán). Por ello, os pongo varios tiempos de horneado:
- Poco hechos: 30 minutos, o hasta que lo pinchemos con un palillo en el centro y salga un poco manchado.
- Punto medio: 35 minutos, o hasta que lo pinchemos con un palillo y salga con unas miguitas húmedas.
- Muy hechos: 35-45 minutos, o hasta que el palillo salga limpio al pincharlos.
También tenéis que tener en cuenta en el horneado que si usáis un molde bastante más pequeño que el mío, el horneado durará más tiempo, y si es bastante más grande, se tendrán que hornear menos tiempo. Ahí ya os las tenéis que apañar vosotr@s y ajustar el tiempo conforme a vuestro molde.
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Y ya los tenemos listos. Simplemente tenéis que cortarlos en trocitos (tan grandes o tan pequeños como queráis) y servirlos. En mi caso, a mí me gusta servirlos cuando están bastante calientes todavía acompañados de helado de vainilla, un poquito de nata montada y espolvoreados con un pelín de azúcar glasé o en polvo. Y os aseguro que, tras probar y testar la receta muchas veces, están para morirse y la sorpresa de los trocitos de Kinder chocolate hace que estén todavía más deliciosos. Hacedme caso, no os paséis con el horneado y no os arrepentiréis.
Como siempre, deciros que podéis seguirme en mi cuenta de Twitter , donde os podéis enterar de las novedades del blog y de las nuevas recetas que voy publicando. Muchas gracias a los que que vais siguiéndome y acompañándome en este viaje. Un saludo y hasta la próxima receta…
BON APPÉTIT!!
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Armando Carrillo
Mediterráneamente
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