Eusebio Gª del Castillo Jerez.- Una economía entendida como herramienta, y no como fin en sí misma, alternativa al capitalismo y sustentada en valores humanos y al servicio de la sociedad es la propuesta que el economista austríaco Christian Felber ha presentado esta mañana en el Aula Cultural Abierta de la Universidad de Castilla-La Mancha, en un acto organizado por la librería Birdy de Ciudad Real.
En el sistema económico que propugna Felber la riqueza se subordina al bien común. Una idea, recalcaba, en absoluto novedosa, pues mucho antes de la creación de la ciencia económica ya era defendida por filósofos como Aristóteles. Un principio, que, además, se encuentra recogido en las constituciones de todos los países democráticos, incluida la española, que en su artículo 128 viene a decir que «toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general».
La Economía del Bien Común, explicaba Felber, no es únicamente un modelo teórico sino que propone «un proceso constituyente hacia una democracia más real bajo el concepto de democracia soberana, en la que las decisiones fundamentales, en el orden de la Constitución, se toman exclusivamente por los ciudadanos soberanos. Un poder por encima del Ejecutivo y el Legislativo basado en el sentido literal del principio de soberanía».
«El estado tiene todo el poder. La ley es el arma y se está empleando en contra de sus ciudadanos», aseguraba citando como ejemplo el TTIP. «En ningún país en el que se hiciera un referéndum acerca de los contenidos del tratado encontraría el apoyo de una mayoría democrática».
«No cambia el sistema, continuamos con las mismas instituciones: bancos, bolsas, empresas… lo que cambia es la orientación hacia el objetivo», remarcaba. Lo que este modelo propone es una trasformación ética de los agentes existentes en el actual sistema, convirtiendo el capitalismo en una economía del bien común.
El comercio justo, apuntaba, es un ejemplo de una economía orientada al bien común, a los valores. «La diferencia entre lo que planteamos es que esto no solo se haga de forma voluntaria». En el sistema actual estas iniciativas acaban penalizadas por los mercados con desventajas competitivas, ya que el capitalismo incentiva el incumplimiento de los valores constitucionales y penaliza los comportamientos éticos». Para cambiar la forma de actuar de las empresas en los mercados, esta iniciativa se sirve de lo que denomina balance del bien común, un mellizo del financiero. En base a una puntuación, este estado valores basado en criterios sociales, ecológicos y democráticos se vincula a una serie de incentivos legales, impuestos, aranceles, etc. «Libre comercio solamente para las empresas justas y éticas», defendía Felber; cuanto menos justas y éticas, mayores trabas, con el objetivo de que «la estrategia empresarial de reducir los costes propios a costa de la sociedad se convierta en un boomerang empresarial». Al contrario, las empresas con los mayores rendimientos éticos pagarían menores impuestos.
No se trata de cambiar la naturaleza del ser humano ni la mente las personas, insistía, sino las reglas del juego, «que actualmente recompensan los comportamientos egoístas y capitalistas».
Felber ha comentado que más de 400 empresas se someten voluntariamente a este balance del bien común. «Es una decisión ética que muchas empresas ya están empleando, aunque no salgan en las portadas de los medios tan frecuentemente como las empresas capitalistas».
Por último, ha animado a la constitución de un grupo de apoyo a la Economía del Bien Común en Ciudad Real. En total existen una treintena en España, el más cercano en Albacete.
Gracias Jose Luis porenviarme este testimonio tan actualizado.
Estoy convencido que este es un sistema mucho mas justo para todos.
Y es cuando todos pensamos en el projimo y en el Bien Comun.
Abrazo a ti y a la nueva comunidad.
Esto es Doctrina Social de la Iglesia!
Desviar los objetivos del capitalismo, no eliminarlo.