Asociación de compañías Profesionales de Artes Escénicas de Castilla-La Mancha.- Este escrito nace desde la indignación y la tristeza por lo ocurrido en los últimos días en relación con la detención de los titiriteros y todo el interesado revuelo mediático que se ha formado en torno a este hecho.
Y urge decir que los abajo firmantes expresan primero su estupor y luego su repulsa por la detención y posterior envío a prisión preventiva sin fianza de las dos personas que forman la
compañía granadina Títeres desde Abajo acusados de “enaltecimiento del terrorismo”, así como nuestro asombro primero y nuestra indignación después por el abandono y el trato recibido desde el Ayuntamiento de Madrid.
Resumamos: El Ayuntamiento contrata a “Títeres desde abajo” para representar la obra “La bruja y don Cristóbal” en la plaza del Canal de Isabel II, lo programa en horario infantil y lo publicita en el apartado de actividades para niños, como todavía se puede ver en la web oficial de turismo del Ayuntamiento de Madrid. Es importante señalar que en la información que aparece en la web de la compañía “Títeres desde abajo” dicho espectáculo aparece en el apartado Teatro Popular y en ningún caso, en el de Teatro Infantil, no hay pues engaño alguno en la información que la compañía pone al alcance de cualquier programador o gestor cultural que se tome la molestia de consultarla. Durante la representación, que los titiriteros engloban dentro de la tradición europea de los polichinelas y que protagonizan dos personajes, siempre según ellos, clásicos en la cultura popular – la bruja y don Cristóbal-, al parecer suceden acciones que los padres asistentes a la representación consideran no apropiadas para niños, tales como una violación, un apuñalamiento o una ejecución en la horca, acciones por otra parte frecuentes en gran parte de la tradición del títere europeo, aunque puede que ciertamente inapropiado en horario infantil, sobre todo si no se avisa. En determinado momento de la representación un personaje para perjudicar e incriminar a otro le coloca sin que se dé cuenta una pancarta en la que se puede leer: “Gora Alka-eta”, con intención, claramente malvada, de que le caiga un buen paquete. Ningún personaje en el transcurso de la representación muestra simpatía hacia organización alguna. Simplemente el malo coloca una pancarta incriminatoria al lado del bueno, igual que podía haber colocado un cuchillo manchado de sangre o un revolver humeante para incriminarlo en un asesinato. A partir de aquí interviene la policía municipal que llama a la nacional, se interrumpe la representación y se forma un delirante circo mediático en el que cada cual arrima el ascua a su sardina y en el que muy pocos se paran a intentar averiguar qué es lo que realmente ha sucedido, cuando tan sencillo resulta y toda la información está a un solo click de ratón.
La exhibición de contenido inapropiado en horario infantil no está penada con cárcel. Y en todo caso los responsables serían los que lo programaron, no los artistas. Nada hay, pues, que justifique este ingreso en prisión. Si como sociedad consentimos este atropello estamos perdidos sin ningún remedio.
“El títere se ha ocupado de todo, lo ha criticado todo: arte, poesía, ciencia, política, hasta religión. Más atrevido que el hombre, ha atacado a todos, hasta a los poderosos. Todo eso constituye el gran secreto del afecto y del amor entusiasta que se le ha tenido y se le sigue teniendo.”
Lord Byron
“Llenemos el teatro de espigas frescas, debajo de las cuales vayan palabrotas que luchen en la escena con el tedio y la vulgaridad a que la tenemos condenada, y saludemos hoy en La Tarumba a Don Cristóbal el andaluz, primo del Bululú gallego y cuñado de la tía Norica, de Cádiz; hermano de Monsieur Guiñol, de París, y tío de don Arlequín, de Bérgamo, como a uno de los personajes donde sigue pura la vieja esencia del teatro.”
Federico García Lorca