Metáfora-Pasarela

Hasta aquí y hasta ahora, el Parlamento, el Congreso de los Diputados y el Senado, eran y son ambos dos lugares, «la sede de la soberanía popular«.
De aquí su carácter representativo de esa soberanía.

Incluso representativo en el género, ya que de dos ‘lugares masculinos’ surge ‘una sede femenina’.

Como la soberanía toda y completa, republicanos catalanes incluidos y sin acomodo pronto, no cabe en las Cámaras, se precisa el pacto representativo de contar con ‘representantes electos’.

Que ocuparán los escaños que son titularidad del pueblo todo.

Por lo tanto, hasta  aquí y hasta ahora, el Parlamento, el Congreso de los Diputados y el Senado, eran y son ambos dos, sendos lugares de ‘Representación‘ por excelencia.

Y ya se sabe que la Representación versa sobre posibilidades varias y cometidos diversos.

Desde el que representa al ausente y lo mandata legalmente como apoderado, y así actúa.

Hasta el que formula un recorrido comercial de ventas varias venideras, por localidades y  plazas.

Entre todas las posibilidades de la representación, emerge con fuerza el significado del «papel desempeñado por un actor teatral en un obra«.

Junto a otra posibilidad cierta y manifiesta, como es la de «sustituir a uno o hacer sus veces«. O sea, ‘actuar en lugar de’.

Por lo que ese juego de la ‘Representación‘ se debate entre la sustitución de sujetos visibles y el Teatro con argumento invisible.

La apertura de la XI Legislatura del Parlamento español, ha sido vista, pese a todo y pese a todo lo visto por algunos, como Metáfora lisa y llana.

Aunque Metáfora impropia, digo yo.

Ya que la tal figura, no deja de ser un Tropo o figura de lenguaje.

Figura de lenguaje, que no de representación, pese a todo.

Queriendo dar a entender con ello, con la metáfora, que el Parlamento, es una representación escalada de la sociedad. Esto es la parte y el todo.

Por ello, mejor habría sido decir que «el Parlamento es una metonimia de la sociedad». Tomando la parte por el todo, el signo por la cosa.

De aquí el  carácter pinturero, colorista y marchoso de la toma de posesión de sus señorías en esta XI Legislatura.

Que han comparecido con bebes lactantes y carritos incluidos; con tez oscurecida, en la primera parlamentaria de color Rita Bosaho; con charanga musical, ejemplificando un cortejo solemne y antañón; con bicicletas de fibra de carbono y propulsión humana; con rastas capilares aparatosas, despeinando el pelo, y hasta con sillas de minusválido en la persona de Virgina de Felipe.

Esa diversidad de registros humanos ha tenido su prolongación en la diversidad de acatamientos.

Donde los viejos juramentos o promesas, han dado lugar a una floresta endiablada de posiciones y declaraciones.

Convirtiendo la toma de posesión de los parlamentarios, en una raro ritual declarativo de intenciones. O de ‘Juegos florales’ y verbales.

Y de rebote, en una fenomenal Pasarela Indumentaria Democrática.

Porque hemos leído que: «Hubo más numeritos en una mañana que en toda la legislatura anterior y se llenó aquello de humanidad muy variopinta«.

Por ello, el periodista Iñigo Domínguez, ha reconocido que: «En vez del habitual paisaje uniforme de corbatas se veía mucho vaquero, camiseta y ropa informal, como si se hubiera colado gente de la calle, que a lo mejor es lo que ha pasado«.

¿Gente de la calle en la Carrera de San Jerónimo?

U ¿otra gente destacada representando a gente de la calle?

Todo ello en la Carrera de San Jerónimo. Que, significativamente, es el Santo más dual del Paraíso celestial mismo.

Mitad eremita del desierto, mitad estudioso del cenobio. Mitad aquí, mitad allí.

Y estos augurios indumentarios y declarativos, le daban pie al periodista, para afirmar que: «Visualmente al menos, parecía factible un acuerdo PP-PSOE porque entre ellos no se percibían grandes diferencias de vestuario, y son matices más importantes de lo que parece«.

PP-PSOE, como San Jerónimo mismo: Mitad eremita del desierto, mitad estudioso del cenobio. Mitad aquí, mitad allí.

José Rivero
Divagario