Solitarios: Pessoa

Jesús Millán Muñoz.- 0. ¿Qué nos dice la biografía de una persona sobre ella misma, sobre la naturaleza humana, sobre todos? ¿Qué nos dice si es un escritor? ¿Qué nos dice Pessoa de él mismo, de nosotros mismos, de la humanidad…?
opinion
1. Fernando Pessoa, 1888, Lisboa, 1935, Lisboa, Portugal.

Creo que es imposible abarcar una vida, es más creo que es imposible abarcar, incluso la propia vida. Menos aún en un artículo de unas cientos de palabras. Pero creo que tenemos que intentar mostrar y descifrar algo del misterio de un ser humano, en este caso de Pessoa, una especie de homenaje, y también, que algo de su vida, algo de sus hechos, algo de sus escritos nos pueden ayudar para vivir nuestra vida y, esperemos vivirla mejor.

2. En este caso se da el doble adjetivo, con todo respeto, de un solitario, amaba la soledad y ser solitario, sin negar que se juntase con amigos y en tertulias, y en muchos sentidos, debido a muchas razones que vislumbramos, y quizás otras que no sabremos nunca, fue un fracaso, se sintió fracasado, en muchos aspectos de la vida y de la existencia, quizás familiarmente, quizás no saber o no poder fundar una familia, quizás no tener un trabajo fijo y bien remunerado, quizás no haber podido ir a estudiar a Oxford, quizás el no ser un poeta reconocido por el público, quizás el no ver sus obras publicadas o gran parte de ellas. Quizás murió además, entre otros factores, consecuencia de su ebriedad constante, quizás murió sabiendo que sus obras, dicen que veinticinco mil páginas, dentro de su famoso baúl o arca, sabiendo o creyendo que se perderían o se destruirían.

– Quizás sea un misterio lo de los heterónimos, quizás empezó intentando una forma de anonimato, porque no quería que los demás le conociesen, quizás tenía un rechazo familiar porque se dedicase a esta actividad, quizás mil otras razones. Y fue cambiando y al final, se convirtió en un gran juego. Quizás en un gran descubrimiento de las posibilidades del ser humano. No solo de si mismo. De todas las facetas que uno puede descubrir en uno mismo. De todos los hombres que uno puede ser en un hombre o una mujer en una mujer. Quizás debido a sus cambios de personalidad en sus estados de ebriedad. Quizás una forma de cambiar de estilo poético y de temas, y al mismo tiempo, darle un nombre diferente.

– ¿Por qué algunos autores son considerados grandes en la literatura, genios, esenciales para la literatura universal? ¿Qué nos dicen de nosotros mismos y qué nos dicen de ellos que es de ellos pero también es algo que está en nosotros? ¡Qué descubren con sus palabras o conceptos o ideas o imágenes o sonidos o metáforas o tropos…!

– No se entendería Pessoa sin Lisboa. Diríamos que Lisboa es un segundo personaje dentro de su construcción de su yo, de su literatura, de su conocimiento, de su saber, de su estar…

– A veces, pienso y me pregunto, una persona que conocía varios idiomas, en esto mucha diferencia con el resto o la media de sus coetáneos y, sentiría que no habría llegado a un mínimo de bienestar material en su existencia. O dicho de otro modo, que tenía un exceso de saber, comparado con la media de la población de su momento, y por otro lado, vivía quizás por debajo de sus posibilidades y de sus conocimientos y de su cultura y de sus estudios y de su saber…

– Con Pessoa, Dickinson, Borges, Kafka, Joyce… y otros, uno comprende que la literatura es otra cosa más allá de la literatura, que la palabra o palabras es algo más allá de la palabra o palabras…

Según Google se conservan ciento treinta millones de libros distintos, quizás se hayan destruido otro tanto a lo largo de la historia, pero quizás estos grandes genios nos descubren algo, algo profundo de nosotros mismos, algo que todavía quizás las ciencias sociales y naturales no han descubierto, no han metido en una ecuación biológica o psicológica o fisicomatemática. Por eso, de alguna manera volvemos a sus fuentes a beber, a beber para intentar entendernos un poco mejor. Al mismo tiempo nos muestran una personalidad diferente, cada autor, sin esforzarse, muestra un modo de ser y estar y hacer diferente y diferenciado…

– Como Descartes que dicen se cambió muchas veces de casa, a Pessoa le sucedió lo mismo. Quizás el primero fue por razones de seguridad personal, quizás el segundo, por motivos económicos.
Pero el cambiar constantemente de casa produce un cambio, no solo exterior, sino posiblemente interior.

Diríamos que se produce una sensación de desasosiego profundo, como una de sus grandes obras literarias, quizás una sensación muy profunda de vulnerabilidad. Quizás, no sabemos si causa o consecuencia o ambas cosas a la vez de la muerte de su padre cuando él era tan joven, quizás del casamiento en segunda nupcias de su madre, quizás del temor a la locura que padecía su abuela, quizás al rechazo en la escuela en Sudáfrica que sufrió por parte de otros alumnos, quizás a tantos motivos, que se entrelazan unos con otros. Y que los demás desde fuera, no sabemos explicar, y quizás deban quedar en eso: misterios y enigmas de una existencia y de una vida… Porque al final, un ser humano, sea escritor o no, solo conoce una parte de si mismo, y solo expresa una parte de la parte de si mismo…

– Quizás Pessoa tenia una gran pasión, solo una gran pasión, que en el fondo es un drama, y que solo sufren algunas personas, que es ser escritor o ser poeta, pero ser un gran poeta. Uno de los grandes. Y quizás ese deseo o pasión lo consumió durante toda su existencia. Quizás todo lo demás estaba en función de eso. Es como entrar en religión con votos incluidos…

De ahí su enorme afán de libertad y su enorme afán de autonomía personal, y su enorme afán, dándose o no dándose cuenta, de perderse a sí mismo en sí mismo. Incluso de hechos y acontecimientos de su existencia, que no entendemos y no comprendemos como el estudio y realización de cartas astrales, y de rozar cosas extrañas, por decirlo de alguna forma suave, son exotéricos…

– En uno, de los considerados grandes poemas, indica que quiere ser solitario. Quizás como en pocos se le puede dar ese calificativo. Quizás solitario por las calles de determinados barrios de Lisboa, paseando, encontrando en un mundo cerrado y pequeño, encontrando el gran misterio del ser humano. Unos, para conocer la enorme riqueza y diversidad del ser humano, tienen que viajar por mundos exteriores, países, ciudades, paisajes; otros, como Pessoa, solo necesita libros para viajar, y su pequeño lugar o ciudad, y su mente y quizás, quizás viajen más que los de la primera clase o forma… porque quizás viajan por la mente, y la mente de alguna manera abarca muchos mundos. Aunque evidentemente en la mente, con sus redes, te puedes perder en muchos mundos diferentes y diferenciados…

– La soledad para percibir la realidad, la soledad para escribir y pensar y percibir la realidad. O mostrar algo del pensar y del percibir.

Aunque Pessoa nunca renegó de su familia, las visitaba de forma constante y vivió con ellos, cuando pudo, sea madre y abuela y algún hermano…

En ese sentido quizás se haya exagerado la soledad y “solitariedad” de Pessoa, no podemos negar esa soledad y esa necesidad de ser solitario para observar-pensar-sentir-escribir o incluso vivir. Pero tampoco podemos negar la otra vertiente de relación con sus hermanos y familiares y algunos amigos y sus tertulias en cafés, y suponemos que los diálogos que surgirían de forma espontánea con conocidos de cafés, con camareros de cafés, con visitantes de cafés…

Pero no podemos negar el misterio o enigma, de su enamoramiento, que conozcamos solo con una persona, Ofelia. Aquí se han creado distintas interpretaciones, no podía, no quería, no tenía medios materiales, tenía problemas sexuales, cuando tuvo la oportunidad ya era muy mayor, tenía problemas de dipsomanía graves, que quizás podría una familia estable haber curado o menguado u obligado ir al médico o a una clínica, etc.

– ¿Se puede pensar una cosa de muchas maneras, se puede sentir una cosa de muchas maneras? ¿Quizás el poeta, los grandes escritores nos enseñan algo de ello? ¿Diríamos posibilidades del pensar, posibilidades del sentir, posibilidades de la emoción, posibilidades de la percepción…?

– Algunos consideran a Pessoa un pensador poeta o un poeta pensador o un filósofo poeta o un poeta filósofo.

Es cierto que la filosofía exige razonamiento y argumentación, y la literatura solo necesita mostrar y expresar, sea una idea o un estado de ánimo o una emoción o una percepción o una pasión…

Quizás Pessoa como Nietzsche, como Kafka, como Joyce, como Dickinson, como Borges sean personas-autores que están en la mitad de esos dos mundos, no sean escritores puros, ni pensadores-filósofos puros, sino que están en medio, son ambas cosas a la vez, y no son ambas cosas a la vez, sino que están en el punto intermedio entre la tierra y la mar.

– Aprendamos y obtengamos una lección moral como en la Edad Media, en los cuentos y apólogos medievales, no bebamos y no fumemos de forma excesiva, como Pessoa lo hizo. Sin juzgar, no sabemos razones. Pero murió muy joven, quizás si hubiese llevado una vida más sana, a nivel de estos dos aspectos de la vida, sin quizás, habría vivido diez o quince o veinte o treinta años más. Y quizás, sin quizás posiblemente habría recogido y recolectado algo de fama y de dinero y de ocupar un lugar en el mundo de la cultura. Porque se lo merecía. Pero apenas tuvo reconocimiento, y éste poco de sus coetáneos poetas. Ciertamente otros, otros muchos de su época recibieron menos, y después de fallecer, aún menos, como su gran amigo poeta que autofalleció en Paris…

3. Diríamos que Pessoa estaba obsesionado por hacer su obra, su obra poética o desciframiento de la realidad. De intentar hacer una gran obra, y de hacer una gran obra poética y literaria que pasase y se recordase durante siglos. Creo que eso lo ha conseguido. Pero de todas formas, tiene una vida rutinaria y normal y discreta y humilde como la suya, tiene algo de tragedia, de gran tragedia, de los héroes pequeños que casi nadie conoce. Esperemos que si existe Otro Mundo haya encontrado en Él la paz y la misericordia y la piedad que creo se merece. Aquí, mi pequeño homenaje a Pessoa y a tantos Pessoa que van por la vida, sin saber que lo son, sin saber escribir, sin necesitar escribir, o escribiendo o pintando o creando música o buscando teoremas matemáticos o dejando sus pequeñas vidas en actividades filantrópicas… Descanse en paz señor Fernando Pessoa, descanse en paz.

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2 COMENTARIOS

  1. Torrente Ballester afirmaba que toda la obra de Pessoa nacía de su aburrimiento. Un aburrimiento cósmico, de «pozo sin muros» que lo disgregaba en los heterónimos de su «drama em gente, en vez de em actos», y así pudo decir en el «Libro del desasosiego» (traducido por nuestro ciudarrealeño Ángel Crespo, autor también de varios estudios sobre su obra):

    «Mi alma es una orquesta oculta; no sé qué instrumentos tañe o rechina, cuerdas y harpas, timbales y tambores, dentro de mí. Sólo me conozco como sinfonía».

  2. Somos muchos, en los foros fácilmente desaforados del fuero interno, quienes nos hemos sentido línea dactilar siguiendo los pliegues de esta semblanza.

    Con insomnio de razón o sin otra ciencia que una desesperanza destronada de sí misma, en el escueto trayecto que media entre la puerta del propio templo y el cofre de escorias más cercano bien puede transmutarse el espíritu osado en el protagonista de alguna herejía a la que aún no se ha exorcizado con el falso sosiego de un nombre. Por una ley que acaso fue escrita con la tinta invisible destilada por las glándulas de alguna criatura abisal, es de rigor que la curiosidad no descubra arcanos, sino que sea asaltada por ellos.

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