José Luis Sánchez de Rojas Aldavero. Catedrático de Tecnología Electrónica en la Universidad de Castilla-La Mancha.- El próximo 9 de febrero, los diferentes colectivos que conforman la Universidad de Castilla-La Mancha(UCLM) podrán votar para elegir al nuevo Rector. Se trata de un proceso de gran trascendencia para todos y en el que todos nos debemos involucrar.
Aunque no presente mi propia candidatura, si quiero expresar en este escrito algunas de las cuestiones que considero relevantes para la UCLM, y que creo que deberían contemplarseen los programas electorales de los candidatos. También desde aquí animo a todos mis compañeros a que hagan públicas sus sugerencias, sin ningún tipo de inhibición, para fomentarque el debate tenga absoluta transparencia y proyección social.
Empezando por lo más general y fundamental, me gustaría que tuviésemos una estrategia de futuro y unas áreas que reforzar y priorizar, basadas en algunos de los muchos campos en los que nuestros profesores e investigadores poseen un reconocido liderazgo internacional. Sería deseable que esa estrategia fuese la base para desarrollar un conjunto de criterios con los que optimizar recursos, humanos y materiales.Los profesores estamos en constante proceso de aprendizaje, tanto en nuestras actividades de investigación como en la propia docencia, que hemos de mejorar y actualizar cada curso. Pero para el cambio de categoría profesional y la mejora laboral, es necesario cumplir con unos mínimos que son supervisados por el Estado a través de una agencia de evaluación, concediendo, si procede, la correspondiente acreditación de nivel. Durante los últimos años, un considerable número de profesores se han estado formandoy realizando un enorme esfuerzo y sacrificio para mejorar su currículum y así conseguir la citada acreditación en diversas categorías, como Profesor Titular o Catedrático. Pero vivimos tiempos de seria dificultad económica y las perspectivas laborales de estos profesores no están claras, por el reducido número de plazas que la Universidad puede convocar. Esta descompensación entre oferta y demanda hace imprescindibles los criterios para asignar los escasos recursos, por respeto al esfuerzo realizado por el profesorado, y sobre todo por respeto a la institución, que se merece esa sólida estrategia de futuro y el mejor personal para llevarla a cabo. Pero como en otros ámbitos de la sociedad, la crisis no afecta solo a la economía sino tambiéna las ideas, y por el momentonuestra Universidad no dispone de criterios transparentes para dotar las pocas plazas que la ley permite. La mayoría de los profesores se muestran dispuestos a mantener el nivel de esfuerzo y dedicación, pero sin saber lo que el gobierno de la Universidad valorará, es muy difícil. ¿Para qué voy a embarcarme en un proyecto europeo, o un acuerdo de transferencia con una empresa, si no se valora en la promoción?, se preguntan muchos. El nuevo equipo rectoral debería determinar hacia dónde hay que orientar ese esfuerzo, ya que de momento el único criterio objetivo y transparente es la antigüedad en la acreditación del personal. Para una Universidad que quiere la excelencia, el compromiso social y empresarial, la proyección internacional, la máxima calidad de sus docentes, y ser un referente para los alumnos que se plantean sus carreras universitarias en la UCLM, me parece queconsiderar solo la antigüedad es carecer de estrategia y es, simplemente, no estar a la altura del nivel que se le supone a un centro de educación superior.
Otra línea que considero fundamental para el programa electoral del futuro Rector iría focalizada a revertir la dramática pérdida de alumnos de nuevo ingreso en los últimos cursos académicos. Hay que identificar las causas de esta reducción, y si entre ellas está la pérdida de valoración social de la UCLM, averiguarcómo podemos recuperarla y seguir siendo un destino atractivo para los estudiantes. No me cabe duda de que entre las razones de la pérdida de alumnosestán la subida de las tasas académicas ylos recortes presupuestarios de los últimos años que, según recientes estudios, han dejado a la UCLM en el último lugar del país en inversión por alumno; pero tambiénpuede que tenga algo que ver la misma falta de ideas y de estrategia comentada anteriormente, y que dificulta que los estudiantes valoren a la UCLM como una universidad de futuro, que mejore sus oportunidades de empleo trasfinalizar los estudios.
La formación universitaria es una valiosa posibilidad de desarrollo personal y social para nuestros jóvenes. Según un reciente informe de la OCDE, la tasa de paro en los jóvenes con formación universitaria es menos de la mitad que en el colectivo que cuenta solo con la formación obligatoria. Pero seguro que podemos hacer más para acortar la distancia con otros países, como Alemania, donde esa tasa es cinco veces menor que en nuestro país.Creo que en la UCLM podemos y debemos contribuir a impulsar un programaentre gobierno regional, UCLM y empresas, para identificar los sectores más productivos de la región y reforzar la dedicación de la UCLM a potenciarlos, para mejorar las exportaciones, la economía de nuestra región y, con carácter prioritario,las oportunidades de empleo.
Finalmente, quisiera concretar alguna medida más específica que las anteriores, de menor trascendencia cualitativa y cuantitativa, pero que refleje el espíritu de coherencia con el uso eficiente de los recursos. Nuestra Universidad ha recibido en los últimos años decenas de millones de euros para infraestructuras científicas e institutos de investigación que lamentablemente no han venido acompañados de inversiones proporcionales en el personal docente, investigador o de servicios. Para enmendarlo, parece necesario elaborar un contrato programa con el gobierno regional destinado a la incorporación del talento que ayude a obtener el máximo partido de estas inversiones. Además, y con objeto de mejoraresa eficiencia en el gasto público, hace falta poner en marcha procedimientos para que todos los investigadores de la UCLM podamos conocer, y usar de forma eficiente, el inventario de equipamiento científico de toda la Universidad que, por su coste o prestaciones, tenga una singularidad especial. A día de hoy, cuando un investigador se plantea adquirir nuevo equipamiento, no puede saber si existe ya algo igual o parecido, no solo a nivel nacional, tampoco regional, y ni siquieraen el mismo campus o edificio, pudiéndose producir casos de gasto redundante y de infrautilización de las infraestructuras más costosas.
Y para concluir,me gustaría hacer una apuesta por la racionalización del gasto;por poner un ejemplo, se podrían eliminarlos complementos salariales vitalicios para ex-altos cargos de la Universidad, que continúan cobrando complementos retributivos por funciones que ya no ejercen. Esto supone decenas de miles de euros anuales que no se gastan en becas o mejora de las condiciones laborales del personal docente, investigador o de servicios.Resulta a todas luces incomprensible que medidas como esta no se hayan tomado en los momentos en que la situación financiera de la UCLM era tan crítica como para tener que prescindir de personas con talento, que habían trabajado para la UCLM durante años. Creo que si la sociedad no tolera estas prebendas en nuestros representantes políticos, menos aún las entenderán en el profesorado de una Universidad que es de todos y que entre todos pagamos.