La práctica deportiva que trata de equilibrar las características de los contendientes, establece grupos asimilados de competidores homogéneos.
Así ocurre con el boxeo y con algunas modalidades de lucha, ambas prácticas ya en declive o en pura extinción. Aunque haya debates televisivos que rememoran los viejos ‘catchs’.
Clasifican a los competidores por pesos y por pesadas. Y por pegadas
De los ligeros a los moscas, pasando por el ‘peso welter’, que es una rareza del ‘peso medio mediano o del peso semimedio’ y que circunscribe el entorno de los 65 kilos del púgil.
En otros casos, como en la equitación, es la edad de las potrancas y yeguas la que fijan esos grupos de caballistas y de jinetes.
No así la edad del jockey. Aunque sí su peso.
Peso en seco, que no en mojado, como quería Cervantes.
Y ello dado que los jockeys suelen ser grandes bebedores.
No ocurre esa segregación, de grupos de edad o de grados de peso, en la competición electoral.
No ocurre por ahora, en el futuro ya veremos.
Como ha ocurrido con las listas-cremalleras que han modificado la lógica de la lista de candidatos y de candidatas.
Candidatas con hambre inmemorial, capaces de dentelladas a los ‘coletas’ de la competencia.
Lógica de género, a la que se pueden agregar otras lógicas compositivas. De procedencia geográfica, de procedencia social, de raza, de tendencia sexual o de cualquier otro distintivo de ‘minoría representable’ que no de ‘minoría representativa’. O de ‘minoría representada’.
Competición electoral donde por ahora, la edad no limita ni delimita, ni el cargo ni los grupos de los competidores elegibles.
De tal suerte que puede ocurrir que el competidor más joven en una elección, pase a ser el más entrado en años, en la elección siguiente.
Pura metáfora del paso ineludible del tiempo. Por más que algunos no lo cuenten.
Y así, como en la rosa de Ronsard, lo que fue juvenil antaño, hogaño palidece y se marchita.
Como si la política y los políticos fueran flor de un día. De un sólo día. O de una sola legislatura.
Como acontece en el presente con Mariano Rajoy.
Jovenzano en 2011, frente a Rubalcaba, a Cayo Lara y a Rosa Díez, y super-veterano frente a los actuales competidores muy rejuvenecidos.
Y así ocurre que Rajoy sobrepase a Garzón en 30 años, a Rivera en 24 y a Iglesias en 23. Con Sánchez sólo le separa 17 primaveras. Que no rien.
No es, por ello una competición equitativa.
Unos de vuelta y otros más de ida.
Todo ello queda avalado en el presente, por esa reconocida obsesión cierta por lo joven.
Como ha mostrado en el pasado, Ciudadanos. Que quería establecer líneas rojas de edad, en torno a 1978.
Marcando un tope de edad de los elegibles.
Dando la vuelta no sólo a la evidencia demográfica, sino a la secuela histórica de senadores muy entrados en años.
Como señala la propia procedencia del Senado como cámara de los senectos y vetustos. Aunque algunos se camuflen de flores.
La otra dimensión del desfase sería la de la ingenuidad necesaria para el desempeño político.
Ingenuidad que apacienta más en los sectores de población joven.
¿Ingenuidad o impaciencia? Ustedes dirán.
José Rivero
Divagario
CArmen Quintanilla, pesadilla para sus amigos peperos ,se encuentra en plena adolescencia , en cambio, Rajoy , con sus 60 primaveras representa unos 80. Habrá sido niño o joven alguna vez.
La sinceridad (propia de la gente buena) y la ingenuidad (propia de la gente honrada y limpia de conciencia) son para Nietzsche las características del hombre vital frente al resentido, que no es sincero ni consigo mismo.
Que cada cual lo interprete como quiera…pero yo veo a mucho resentido que come coletas antes del 20D o confunde a Ruiz con alguien despreciable por cometer o ser capaz de cometer malas acciones, con falsedad, hipocresía, traición o engaño. Aunque, en el caso de Pedro Ruíz…mmmmmmmm….qué programazos de TV nos dejó al comienzo de Antena tres, aún tiemblo…
Pío Baroja pensaba como tú, Hobbes / Blisterr. En Camino de perfección, una novela en que, como en El árbol de la ciencia, hay entornos manchegos. Dice el amigo suizo del protagonista, Fernando Ossorio, cuando están descansando de escalar la famosa montaña:
«-Yo tuve una sobreexcitación nerviosa y me la curé andando mucho y leyendo a Nietzsche. ¿Lo conoce usted?
-No. He oído decir que su doctrina es la glorificación del egoísmo.
-¡Cómo se engaña usted, amigo! Crea usted que es difícil de representarse un hombre de naturaleza más ética que él; dificilísimo hallar un hombre más puro y delicado, más irreprochable en su conducta. Es un mártir.
-Al oírle a usted, se diría que es Buda o que es Cristo.
-¡Oh! No compare usted a Nietzsche con esos miserables que produjeron la decadencia de la humanidad.
-Fernando se incorporó para mirar al alemán, vio con asombro que hablaba en serio, y volvió a tenderse en el suelo.»
El personaje del suizo se inspira en un escritor e hispanista suizo real, un nazi amigo de los hermanos Baroja, Paul Schmitz (1871-1953), que fue agente literario de Baroja y traductor de Nietzsche al español; influyó mucho en Pío y no necesariamente en aspectos positivos. Pero algunas de sus ideas, expresas en divernas novelas y en el mismo pensamiento dogmatófago de Baroja, que fue durante un tiempo un optimista nietzscheano antes de volverse completamente partidario del pesimismo de Schopenhauer, son curiosas. En la misma «Camino de perfección», cap. 14, dice Schulze a Ossorio:
«-No parece usted español […] Los españoles han resuelto dodos esos problemas metafísicos y morales que nos preocupan a nosotros, los del Norte, en el fondo mucho menos civilizados que ustedes. Los han resuelto negándolos; es la única manera de resolverlos.»
De esto se hace eco Borges al afirmar que los españoles «ignoran la duda». Podemos tomarlo como un elogio o como un insulto. Pero la actitud más española es decir ¡qué más da! y acudir a ver un partido entre el Real Madrid y el Barcelona, una corrida entre Belmonte y Joselito o unas elecciones entre el PP y el PSOE. No hay medias tintas.
¿Cómo es posible que se escriba con tanta donosura; que con la humildad y generosidad de un sabio, se enseñe casi sin querer y se explique con tanta sencillez lo difícil, y al mismo tiempo de usted esas coces que acojonan al más aguerrido?
Me lo explique, don Ángel. A mí, usted, o me embelesa, o me pone de mala leche, o me acojona.
Lo que está claro es que usted hace con las palabras lo que le da la gana, mientras otros hacen lo que pueden.
Ha leido a Wittgestein. El filósofo mas cinico de la modernidad.
Pues no lo sé, querido Ángel. Sospecho que acabamos antes si contamos lo que no ha leído.
NIETZSCHE: Dios ha muerto
Nietzsche ha muerto : DIOS
El superhombre guerrero del siglo XX, que ha logrado exterminar al triple de seres humanos que en todas las guerras anteriores.
Todo español lleva un hijoputa dentro, lo que pasa es que unos lo disimulan mejor que otros. En España se está harto de ver muchas putadas, a las que la mayoría responde con silencio, cobardía e indiferencia.
La solidaridad es medio mito.
¿No decías que el español era un místico? ¿Ahora estás diciendo que es un hijoputa? Haces del arte de contradecirse una pura contradicción. ¡Menudo narsimismo! Pero eso está más visto que el Tbo. Primero, en Chesterton; después, en Unamuno; y, por último, en su discípulo José Bergamín: «Mi mundo no es de este reino…» «Con los comunistas, hasta la muerte, pero ni un paso más».
¡Anda ya!
O
¡Levántate y anda ya! ¡Que ya está bien de hacer el no muerto!
Y, ya que tanto te gusta eso de que Dios ha muerto, léete los terribles poemas de Feuerbach en «Pensamientos sobre la muerte y la inmortalidad». Está en Alianza editorial. Te citaré solo un verso:
«Solo una vez es todo verdadero»
Por último te citaré al gran filósofo Woody Allen:
«Dios ha muerto, Marx ha muerto… y yo no gozo de buena salud».
Por demás, te citaré al francés que dijo «si Dios existe, eso es asunto suyo». Creo que lo leí en un ensayo de ese gran fabulador que fue Enrique Tierno Galván.
Las definiciones en el Baroja carlista, socialista y nihilista? Tuvo una personalidad siempre tan compleja…y complicada para quienes le sufrieron en convivencia.
Decian del mistico y santo Jose Maria Rubio los jesuitas de su comunidad, que mientras el era el santo a ellos les toco ser los mártires.
Asi que el español, no es menos simple que ellos.
Dios seria una fabula si no tuvieramos que enfrentarnos a la muerte. Esta tragedia, hace serio un debate sobre la existencia de Dios. Solo el cinismo es fabula.
Baroja nunca fue carlista (los carlistas intentaron cepillárselo y se tuvo que ir por piernas a Francia) ni socialista (los comunistas le daban grima) todo lo más simpatizaba con los anarquistas. Nihilista, puede ser; siempre se definió como adogmático.
Rectifico, le confundí con Valle-Inclán.
Disculpas.
Por mi parte he encontrado un dulce equilibrio, pienso como una persona de derechas y actuo como un activista de izquierdas.
A mi la injusticia no me resulta indiferente, selecciono pues unos tienen poco y otros nada, y me mejo con tiempo y bolsillo. Pero hay que ayudarse primero asi mismo si se quiere salir del abandono mas marginal.
Esta feo hablar de las cualidades de uno, pero no se guarda el celemin debajo de laa cama.