“Por las mujeres del mundo rural”

Lola Merino Chacón (Presidenta Nacional de AMFAR)

   Han pasado ya 75 años desde que se aprobara en las Cortes el derecho al voto a las mujeres españolas. Muchas de aquellas mujeres, que votaron por primera vez en el año 31, todavía nos acompañan y recuerdan con orgullo el día en que las convocaron a las urnas. Una de ellas me comentaba hace unos días cómo los hombres del pueblo no entendían que se les dejase ir a votar, a ellas, a las mujeres que lo único que debían hacer era atender las faenas del hogar y ayudar a los maridos en el campo.

  
Las cosas han cambiado mucho desde entonces. Reconforta y mucho el echar la vista atrás y saborear los logros en materia de igualdad pero, sobre todo, porque el pasado está lleno de mujeres que, con su coraje y tesón, consiguieron que se reconocieran sus derechos como ciudadanas en iguales condiciones que el hombre. Sin embargo en la actualidad, nuestro caballo de batalla sigue siendo hacer efectivo el reconocimiento pleno que se merecen los 5 millones de mujeres rurales españolas en su calidad de mujeres, esposas, madres, trabajadoras y ciudadanas.

  
En el año 2006 hemos cosechado algunos logros como el que ha acabado con el obstáculo histórico que impedía a las mujeres ser cotitulares de las explotaciones familiares agrarias en el Régimen Especial Agrario de la Seguridad Social y, por tanto, dejaba sin derechos ni prestaciones sociales a las mujeres que querían acceder a la titularidad de la explotación. Desde este año, las esposas de agricultores pueden ser cotitulares de la explotación y estar afiliadas al Régimen Especial de la Seguridad Social Agraria, concediéndose así una reivindicación histórica por la que Amfar ha peleado desde su constitución, en 1991, y que por fin otorga un reconocimiento social y jurídico a estas trabajadoras.

  
Sin embargo, el verdadero avance que se ha producido en el mundo rural en materia de igualdad ha sido el dirigido por las propias mujeres que se han revelado contra la mentalidad masculinizada de la sociedad y de los gobiernos y han conseguido tener voz y entrar a formar parte de numerosos espacios que se les tenían vedados por el hecho de ser mujer. Esta revolución, pacífica y silenciosa de las mujeres rurales continúa activa.

  
Prueba de ello es que el 30% de los emprendedores españoles son mujeres y en el mundo rural sigue creciendo el número de nuevas empresas lideradas por mujeres, sobre todo a través del autoempleo. Las Cámaras de Comercio y el Instituto de la Mujer han ofrecido asesoramiento on-line a 5.801 mujeres, el 48,18% de estas consultas procedieron del mundo rural.

   Sin embargo, los altos cargos de las empresas rurales, de las cooperativas agrarias o del poder municipal continúan ocupados mayoritariamente por hombres. Y es que los varones, a pesar de ir aceptando la igualdad, todavía no están preparados para digerir una mayor presencia de las mujeres en todos los ámbitos de la sociedad. A esto hay que añadir la dificultad femenina para conciliar la vida profesional y familiar y, más aún, si eres de pueblo u ostentas un puesto de responsabilidad, ya sea en el mundo empresarial o político.

  
El fantasma de la despoblación amenaza al medio rural y el envejecimiento de sus gentes acentúa más el problema. En este sentido, nadie puede negar el papel fundamental que las mujeres realizan por la supervivencia de nuestros pueblos, supliendo las carencias de servicios asistenciales y asumiendo el cuidado de las personas dependientes. En este sentido, los valores siguen intactos porque el cuidado de la casa y la familia sigue siendo tarea femenina.

  
Confiábamos en que las nuevas Leyes de Igualdad, contra la Violencia de Género y de Dependencia hubieran ayudado a mejorar esta situación de la mujer rural española pero, desde AMFAR, tenemos que denunciar que no se ha contado con nosotras para elaborar todo este entramando legislativo que nos afecta de manera directa y que, sin nuestras aportaciones, no se podrán resolver de forma efectiva las necesidades reales de la mujer rural porque, sencillamente, no las conocen.

  
El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) ha anunciado que va a aprobar este mismo mes la Ley de Desarrollo Sostenible del Medio Rural, una normativa marco que deberá establecer las pautas para una regularización posterior del protagonismo que debe asumir la mujer en el Desarrollo Rural. Esta futura Ley contempla la aprobación de un Plan Nacional Estratégico para la Mujer Rural, y desde AMFAR, tendremos que llamar de nuevo a las puertas del MAPA para que cuenten con nosotras a la hora de diseñarlo. Tristemente hemos ido conociendo todas las informaciones relacionadas con las mujeres rurales a través de la prensa aunque, a base de insistir, finalmente conseguimos una reunión con la Ministra, Elena Espinosa. “Espero que no sea la última”. Soy optimista por naturaleza y pienso, esperanzada, que a partir de ahora se tenga en cuenta la opinión de las más de 85.000 socias a las que AMFAR representa.

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