El Tanatorio–Crematorio Virgen de Gracia de Puertollano ha iniciado ya la prestación del servicio de incineración para todas aquellas personas que, por los motivos que sean, económicos, sociales, de creencias u otros, opten en el fallecimiento de un ser querido por la cremación. Según informa la empresa en una nota, «el tanatorio ofrece a las familias y amigos todas las facilidades en esos momentos dolorosos, y además garantiza que las cenizas del ser querido serán entregadas en urnas ecológicas y biodegradables».
Tras numerosos años de intenso trabajo y no pocas dificultades, el Tanatorio-Crematorio Virgen de Gracia completa su cartera de servicios facilitando también la incineración de seres queridos en sus propias instalaciones, eliminando los desplazamientos a Ciudad Real. «La empresa, que nació con este objetivo, tiene por objeto final hacer un poco menos difíciles los momentos dolorosos que se viven tras la muerte de un familiar o alguien muy cercano», señala.
«Las incineraciones en España van en aumento cada año y por eso el Virgen de Gracia ha tenido entre las prioridades de desarrollo de su proyecto empresarial prestar un servicio cómodo y accesible para todos los vecinos de Puertollano y su comarca», subraya la empresa.
En el año 2007 cuando abrió sus puertas el Tanatorio, ya había en España un 20% de incineraciones y, a día de hoy, superan el 60% en la media general, llegándose al 65% en ciudades como Madrid, Zaragoza o Valencia. En el año 2016 se prevé que España esté a la altura de países como Dinamarca, con el 70%, aunque aún muy por debajo de otros países como Japón, donde llegan al 87% de servicios de incineración frente a entierros.
En las ciudades más pequeñas la media es del 35%, aunque la tendencia es ascendente.
Los motivos de este incremento son varios, como es el ser un proceso más práctico, sencillo y rápido que incluso da la posibilidad de esparcir los restos del ser querido donde este lo hubiera deseado. También se contemplan otros motivos como el espacio, especialmente en las grandes ciudades que no tienen suficiente terreno ni siquiera reutilizando nichos o tumbas; motivos económicos, ya que siempre es más barato que el mantenimiento de un nicho o tumba o, simplemente de preferencia o indicación previa del fallecido.
La iglesia católica desde el año 1964, con el papa Pablo VI, tiene autorizada y contemplada dentro de la fe cristiana la incineración, por lo que ya se considera para los cristianos como un enterramiento tradicional.
«En definitiva, ya sea por gusto, por economía, por deseo de los familiares o por voluntad propia del difunto, la incineración es un servicio muy demandado». «Por tanto», prosigue, «es muy importante para el Tanatorio-Crematorio Virgen de Gracia que esta actividad se realice con absoluta seriedad, profesionalidad, legalidad y respeto al entorno que nos rodea. Y es que a pesar de haber sido esta catalogada como una actividad potencialmente contaminadora para la atmósfera, la empresa Tanatorio-Crematorio Virgen de Gracia está muy sensibilizada con el cambio climático, la contaminación, el medio ambiente y el entorno que nos rodea, por eso, para ayudar desde sus posibilidades, recuerdan que todas las urnas en las que se depositan las cenizas son ecológicas y biodegradables».