Divagario. Mi infancia son recuerdos

joseRivero2Decía Lenin que «el izquierdismo es [o era en su momento]la enfermedad infantil del comunismo«.
Todo ello, porque tuvo un padre que fue Inspector escolar.

Niños inquietos en plena Revolución Rusa.

Para dar a entender con ello, el grado de inmadurez y de esquematismo de cierto izquierdismo político. Infantilista e ingenuista.

Pero ¿tuvo hijos Lenin? para apreciar el rigor de lo que estaba diciendo.

De ahí nace el despectivo calificativo cruento de ‘gauchista‘. Sobre todo en áreas francófonas.

Cierta izquierda movediza como jinetes antiguos, de las Pampas argentinas.

Aunque podrían haber optado, los malévolos puestos a desprestigiar, por el llamativo de ‘infantilistas‘.

Que sería otra forma de exterminio mental, sin llegara a ser propiamente un infanticidio.

En ese veto moral y hablado, tal vez haya pesado la sentencia evangélica de «si no sois como niños, no entrareis en el Reino de los Cielos«.

Que propondría a los niños como modelos de virtudes y como garantía de éxitos. Por ello «Sed como niños».

«Sed como niños, aunque bebáis como adultos«.

De ello da cuenta la deriva creciente de nuestras sociedades infantilizadas.

Incluso, se aprecia la centralidad de lo Infantil y su protagonismo galopante no sólo en los medios de comunicación.También en comercios, modas, ocios y televisiones.

Algunas obras ya recogen esa suerte de dictadura blanda de la infantocracia, o del ‘Mundo junior’.

Como recogía la obra de teatro de ‘Joglars‘ ‘VIPS‘.

No la cadena de cafeterías, sino los atributos de importancia aplicados a infantes y crianzas.

De ello da cuenta, igualmente la reciente campaña de Green Peace, «Que el niño que fuiste, no se avergüence del adulto que eres«.

Proponiendo una sentencia de Antoine de Saint-Exupery, escritor muy amado por lo niños, para pedirles cuentas a los dirigentes políticos maduros, de sus atrocidades adultas y adulterinas.

Otra cosa será ¿es posible vivir toda la vida como un niño? Y ¿cómo se consigue?

Similar recorrido, por la obviedad infantil, ha realizado el Ayuntamiento de Ciudad Real, para felicitar el 25 aniversario del diario provincial ‘La Tribuna’.

Proponiendo ahora la imagen de un ahora/adulto, con su ayer/infantil. «En 1990, cuando nació ‘La Tribuna’ nosotros éramos así«.

Para dar cuenta de que, pese al tiempo transcurrido seguimos siendo tan buenos como cuando fuimos niños.

Pero pese a ello y admitido el vuelo de la propuesta, hay una salvedad conceptual tremenda y un salto en el vacío.

En el hoy, la fotografía es de grupo con fondo reconocible. Mientras que en el ayer, la secuencia está recorrida por 25 piezas aisladas sin fondo reconocible.

Y es que el artificio de la presencia del pasado no puede eludirse más que desde el Surrealismo (los niños de Green Peace, con barbas y con bigotes) o desde la Poesía.

Y la felicitación municipal ni es Surreal ni es Poética.

Riesgos de la Infancia y de sus desmemorias.

concejales la tribuna

José Rivero
Divagario

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2 COMENTARIOS

  1. La crueldad pura está en el niño, el adulto la refina o la reprime, de tal suerte que puede que haya adultos que se avergüencen de la patria que una vez fue infantil. Las nuevas tecnologías -últimamemte los recordatorios de facebook- rediviven el pasado, afloran el tiempo huido, perdido o no, en un simple clic. Pero hay otras infancias o adolescencias que se resisten como el niño del tambor a crecer o morir, al fin y al cabo, circulo perfecto de la existencia. El Baños-CUP, por ejemplo, exhibe con donosura universitaria ese infantilismo crónico de la izquierda que fue y aparece a lo popeye de niqui a rayas en el sancta sanctorúm de la demediada soberanía catalana. Luego en el segundo nasti de plasti al rey que está a punto de rabiar (Arturo) apareció cual adulto de los tiempos de Bee Gees, tal como si fuera o viniera de un bodorrio. Enfrente la bancada cuponera con esa juventud irreverente cual si tuvieran una mano en el boto, la otra en la bota (de beber) y los dos pies en las botas marciales de la nueva-vieja sociedad refundada. Lo único grande de la niñez es que no es responsable de sus actos como corresponde a los caudillos de buen ver, sin que tengamos que deducir por eso que hay un tirano agazapado en cada imberbe. También hay electricistas, arquitectos, catedráticos, vendedores, albañiles y demócratas: la confortable «intrahistoriedad» del ser. Salud y saludos.

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