«La araña y otros cuentos macabros y siniestros», de Hanns Hainz Ewers

palabrasmarginales Los robustos chavalotes de Valdemar siguen con su política de rescatar autores olvidados del género de terror. Le llega el turno a un hombre que, como bien explica la presciente introducción al tomo, llevó una vida agitada: fue trotamundos y espía alemán en los Estados Unidos, y según sabemos nosotros por otras fuentes este hombre también expresó algún tipo de simpatía por el régimen nazi cuando llegaron los de la esvástica al poder.
Pero, como decía el gran Borges, lo menos importante de un autor son sus opiniones, y si son de política, añado yo, son menos que importantes, no son nada, lo que define a un escritor es lo que escribe, y lo que escribía el señor Hanns Heinz son unos relatos oscuros, siniestros y bastante sangrientos. Son historias crueles en las que abundan la pedofilia, el asesinato, el estupro, la brujería más chunga y unas muertes de un espanto pormenorizado por el autor en unas líneas en las que, la-arana sin demasiado esfuerzo, se adivinan las tendencias racistas de este hombre, fruto de su época, y que le llevan a emitir juicios de valor no muy favorables acerca de los pueblos eslavos, los nativos de regiones ignotas y sobre las poblaciones latinas. En el aspecto puramente literario, resulta tangible la influencia de Poe en las líneas de este hombre: las historias cuentan el hechizo que una mujer tejedora ejerce sobre los que la espían, nos cuentan, también, una anécdota en la que el protagonista es ¡Oscar Wilde!, nos habla el tomo de una terrible amenaza oriental, relato en el que el racismo, aunque el tema invite, no aparece por ningún lado, nos narra también un siniestro episodio ocurrido en la España profunda y, seguramente, apócrifo; para este señor, los extranjeros, los no alemanes, daban mucho juego como actores de narraciones espeluznantes e inhumanas, porque así son sus cuentos: crueles, despiadados, implacables, como lo era la obra de otro grande de la literatura oscura, no negra, el sin par Ambrose Bierce. En todo caso, una lectura recomendada para los amantes del miedo.