Hace unas semanas, al comentar mi artículo sobre los conflictos bélicos, un lector afirmaba que yo culpaba a Occidente de las guerras en marcha. No, no es así. Al leer con detenimiento se puede observar que yo recrimino al capitalismo, ese capitalismo que, según Gregorio Morán, mata más que el tabaco (“Tiempo de patrañas”, La Vanguardia, 8-3-2014). La afirmación del escritor y periodista parece evidente, pues la lógica de la acumulación capitalista mantiene su dominio sobre la vida.
Y es que hoy las grandes empresas petroleras, el complejo entramado militar-industrial y la catedral financiera de Wall Street, como ya mostró Michael Moore en su estupenda película documental Fahrenheit 9/11, funcionan de forma combinada para conseguir un mismo objetivo: la expansión y acumulación de ganancias a escala mundial. Así, según un informe de OFXAM de 20 de enero de 2014, la riqueza mundial está dividida en dos: “casi la mitad está en manos del 1% más rico de la población, y la otra mitad se reparte entre el 99% restante”.
La estafa Volkswagen, uno de los principales iconos del capitalismo europeo e importante apoyo del nazismo en su momento, muestra a las claras que lo primordial es la obtención de beneficios, aunque sea con la mentira para conseguir subvenciones y propagar una falsa imagen ecológica. La empresa ha admitido que unos once millones de sus vehículos emiten gases en todo el mundo por encima de lo permitido. Pero no pasará nada, no habrá responsables, no habrá sanciones, como en otras ocasiones. El presidente del Consejo de Administración, el Sr. Martin Winterkorn, ha dimitido, eso sí, con una pensión privada de 66 millones de euros.
La Academia de la lengua española presenta dos acepciones de capitalismo: “Régimen económico fundado en el predominio del capital como elemento de producción y creador de riqueza” y “Conjunto de capitales o capitalistas, considerado como entidad económica”. En los ámbitos académicos suele aceptarse que es un sistema económico basado en la propiedad privada de los medios de producción, el mercado y la competencia entre agentes, con el objetivo de maximizar su capital en el menor tiempo posible. Y lo que es muy importante, aunque no suele decirse, teniendo al Estado cada vez más como herramienta al servicio de la reproducción del capital y no como una institución para toda la sociedad.
Pero la realidad amplía las definiciones pues, a pesar de lo que repiten sus cantores y sus grandes medios de propaganda, el capitalismo representa una sociedad injusta y depredadora, ha fracasado socialmente, está borrando del mapa la idea de democracia y, de forma clara, se ha manifestado inviable desde el punto de vista ecológico. Más contundente y gráfico es el periodista y analista Manuel Freytas –al que no es posible leer, ver o escuchar en los grandes medios de comunicación españoles– cuando escribe que “el capitalismo no es nada más que una empresa de ladrones comunes, que niveló a escala planetaria un ‘sistema’ (económico, político y social) para legalizar y legitimar con leyes e instituciones un robo masivo y planetario de trabajo social y de recursos naturales, disfrazado de ‘economía mundial’”.
No obstante, el capitalismo con sus medios de persuasión e información intenta vender una visión del mismo que no se corresponde con la realidad. Por ejemplo, en España uno de los principales paladines del sistema capitalista es el diario El País, cuyos mentores están bastante enfadados con el Papa pues esperaban una condena del castrismo en su reciente visita a Cuba y ha dicho “inconvenientes” que no les han gustado nada a los endeudados mandamases del grupo Prisa.
El Papa ha llegado a manifestarse en la Isla a favor de los verdaderos creadores de riqueza, los trabajadores manuales, la clase media, los pequeños y medianos empresarios, es decir, la gran mayoría. Y en contra del capitalismo, una minoría en torno al uno por ciento, los usureros de la modernidad, los principales culpables o cómplices, directa o indirectamente de la existencia del narcotráfico, la trata de personas, el racismo, el tráfico de armas, el cambio climático o la explotación infantil, por recordar algunas de sus “bondades”.
A la vista de algunos comentarios a mis colaboraciones en micr.es de las últimas semanas ya se que lloverán las líneas situando este artículo dentro de los esquemas del comunismo. Y no necesariamente es así. Aquello de que “quien está contra el capitalismo, está con el comunismo” es una tontería y una discusión estéril, como ha escrito el autor y activista político Christian Felber, teórico y partidario de la “Economía del Bien Común”. Una Economía para todos y no para provecho principal de unos pocos, como ocurre ahora. En algún momento trataré brevemente esa cuestión.
Por último, si se compara la Pirámide del Sistema Capitalista, publicada en la revista anarquista Industrial Worker (EE UU, 1911), con la versión actualizada del artista gráfico italiano Pippo Lionni pueden entenderse muchas cosas. Dejo a la perspicacia de los lectores la lectura de los dibujos y las conclusiones.
Isidro Sánchez Sánchez
Desde el revés de la inopia
Qué grande eres, Isidro y qué sensato todo cuanto escribes. Desbordas humanidad en cada párrafo y aun entre líneas.
Fantástico artículo; razón y corazón a partes iguales. Sólo un pero; estando de acuerdo con que es una tontería la frase «quien está contra el Capitalismo está con el comunismo», bien se podría añadir que el que no se tenga que ser necesariamente comunista, no significa que el concepto de comunismo sea necesariamente malo; en cambio, el concepto de Capitalismo, cualquiera que sea su versión, conlleva una maldad intrínseca
Al menos recuperemos a Marx, tan orillado en estas últimas décadas. Por suerte, los pensadores jóvenes lo están reivindicando en estos momentos. Aquí, en España, un filósofo como César Renduelles ha publicado libros muy interesantes al respecto. Marx es mucho Marx . No estamos sobrados de intelectuales de su talla como para enterrar su obra y ensalzar como hacemos la banalidad circundante.
Al menos a mí se me quitan las ganas de escribir leyendo a Isidro; lo que uno tiene que decir lo dice mejor, con más fundamento y con más sencillez. ¿Hay más que pedir?
Que no nos falten cada semana unos renglocitos suyos, que hace mucho que no le puedo escuchar bis a bis 🙂 Yo solo pido eso. Seguir leyéndole.
PD: Dicen los titulares de hoy: «Bruselas ofrece 3.000 millones a Turquía para atender a refugiados». Digo yo: No sea que lleguen a la Europa que aún vive bien y vayan a joder nuestra maravillosa vida llena de lujos asiáticos… ¿Eso es defensa del capitalismo o del comunismo? Pensemos ¿De qué van nuestros líderes políticos y religiosos europeos?
Termino diciendo eso de «pensemos», porque si escuchamos las últimas palabras del arzobispo de Valencia, monseñor Antonio Cañizares….apaga y vámonos… Hoy mismo, «cuatro menores mueren ahogados en el enésimo naufragio ante las costas griegas»… No se preocupe señor Cañizares, que esos ya no vendrán a ponerle bombas a su casa. Ni se comerán su trozo de pastel. Siga usted defendiendo la bondad del Sanparamí que los demás no existen. Ni Aylán, ni estos cuatro.
PD2: 13 millones de españoles se encuentran actualmente rebasando el umbral de la pobreza. Mientras tanto Cañizares dice que España va mucho mejor y que ya no ve a nadie pidiendo debajo de un puente. Que se pasee por la calle Alarcos. Que visite las oficinas de las ONG.
No sé, un tipo que se viste así en el siglo XXI…
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Romera, usted tiene otro estilo, el suyo, lleno de inteligencia y cultura. Tanto monta … Isidro como Romera.
Cuando solo se refleja la mitad de la realidad se está faltando a la verdad. Y se hace de forma consciente o es puro dogma. Es un hecho el carácter explotador y generador de desigualdades del capitalismo pero también es un hecho que ha generado riqueza y prosperidad, y resulta lo suficientemente flexible como para adaptarse. Miremos Europa o la misma España, los ricos son muchísimo más ricos pero la gente vive mucho mejor, como nunca lo habían hecho en la historia (me sigue sorprendiendo que sea historiador).
Otra cosa evidentemente es desear que fuéramos capaces de crear un sistema que acogiera lo mejor del capitalismo y lo conjugase con la igualdad social y el respeto al medio ambiente. Tal vez sea imposible y tengamos que ser más radicales pero claro con un proyecto previo que, ahora mismo, a la totalidad, no se tiene.
La referencia al paraíso cubano es entrañable.
También resulta entrañable el conformismo un tanto cazurro de quienes , no dudo que con la mejor intención, balbucean una y otra vez la vieja letanía de nuestros bisabuelos ¨se vive mejor que nunca, somos todos unos burgueses, de qué nos quejamos, protestamos por no callar, las playas están abarrotadas , etc.¨ Pues bien: mi poder adquisitivo es modestísimo y soy razonablemente feliz, virgencita que me quede como estoy, que mis únicas aspiraciones son la cultura y gozar de una aceptable buena salud. Pero no me conformo, eso sí que no, a que un 1 por 100 de la población acumule el 99 de la riqueza en tanto que hay millones de personas que no tienen literalmente donde caerse muertos. No me resigno.
Más allá de las posiciones que cada uno defienda, hay debates que merece mucho la pena leer. Este es uno de ellos.
Es imposible no estar de acuerdo en la denuncia de una injusticia, más aún cuando resulta evidente. El capitalismo ha generado muchas. Don Isidro ha descrito algunos de los abusos que en nombre de don Dinero se han cometido y se cometen.
Pero la historia nos demuestra que, a veces, con el afán de remediar una injusticia se ha cometido una mayor. La Cuba de Batista era mala. La Cuba de los Castro es un infierno.
Quizá, la virtud esté en el termino medio. Quizá, debamos tomar lo mejor del capitalismo y combinarlo con una cobertura y auxilio social que evite las desigualdades.
La cuestión es ¿Qué foreros o articulistas defienden Cuba, Corea del Norte o Venezuela? Os animo a buscar en MCR alguna referencia en la que se hable de paraísos o paradigmas de la felicidad por parte de los articulistas habituales.
Sois vosotros los que sacáis siempre a relucir el asunto, dando a entender que ser de izquierdas o progresista es reírle las gracias a los Castro, al retrasado mental de Corea o al payaso de Maduro.
El Dr Sánchez creo que simplemente ha referido que los de El Pais, a órdenes de Sorayita y el PP, se han mosqueado porque esperaban que el Papa hablara como si fuera Monseñor Cañizares y, como listo que es, ha aplicado el principio diplomático de hacer mucho y callar más. De hecho, este Papa es el primero que tiene de verdad la realidad, la crisis y las personas en su cabeza; mucho más que dogmas de Fe que pertenecen más al mundo de lo mágico que a la cruda realidad diaria.
«Aquello de que “quien está contra el capitalismo, está con el comunismo”. Es cierto: yo estoy contra ambos y elucubrando en un sistema alternativo, por supuesto libre y democrático. Y es duro ¿eh?
Es duro porque los ciudadanos somos absolutamente: tontos, egoístas, vagos, inútiles, vanales… (todos y yo el primero), no porque no haya salida y buena. Dices, Manuel, que elegir entre un sistema donde solamente el 1% tiene todo el dinero y las propiedades o un sistema donde es imposible que exista la propiedad privada ¿Es complicado? Por supuesto que NO. Claro, siempre desde la teoría (bueno, desde el teclado de mi tableta).
Se supone que la socialdemocracia tiende a eso ¿No? Pero, claro, luego ves a los que la han representado, y la representan, y se te caen los palos del sombrajo. Ya sean los socialistas españoles, los socialdemócratas alemanes o los demócratas de los EEUU.
La socialdemocracia, y uso un símil muy ordinario que recuerdo decíamos de jóvenes, es como la postura del 69. En cuanto te sales del guión, te vas a la …..y con el PSOE en España nos ha pasado eso, que al final, con González y con Zapatero nos fuimos a la….crisis. El comienzo predecía un orgasmo de welfare state total, pero el final…
Además, la historia de la misma, o su aplicación, no ha sido especialmente buena. Desde la Gran Depresión y la implantación de políticas Keynesianas. Desde la estagflación de los 70 y la victoria del monetarismo, empujado por Thatcher y Reagan, y la gran victoria de los mercados en esta crisis que tenemos desde 2008 junto a la incapacidad de la socialdemocracia para dar una salida al problema. Es que, coño, no ha existido un puñetero líder socialdemócrata que haya ilusionado a las bases progresistas más allá de un ciclo económico bueno.
La sensación que tiene uno, que aún quiere ser progresista, es que está huérfano y le da vergüenza decir en público quien es su madre…
Mientras tanto, los mercados han hecho y deshecho, los bancos nos han estafado y, ahí están, como si no hubiera pasado nada. La puta victoria de los mercados. De nuevo. Otro episodio más que nos obliga a pagar los gastos de la habitación tras haber sido sodomizados. Todos. Porque a excepción del 1% TODOS somos más pobres hoy que hace 10 años. Y no pobres en dinero o posesiones, sino algo peor, pobres en valores.
Me pregunto, como el catedrático Sebastián Royo ¿No es posible la construcción de una propuesta socialdemócrata a nivel europeo que permita el mantenimiento del modelo Europeo de bienestar y al mismo tiempo tenga una dimensión más adecuada para afrontar el poder de los mercados y los retos de la globalización?
Y, aquí, me sale la respuesta de Valero ¿Es duro, eh? Y, si no, mirad a los cómidos y acomodados que votan a Cameron, a los que escuchan las homilías del monseñor Cañizares o a los que aún piensan que Rajoy debe tener una segunda legislatura para terminar e convertir a España en el paradigma del trabajo a lo chino.
Cómodos. No cómidos. Puñetero corrector.
La socialdemocracia asume, respeta y juega dentro del sistema capitalista. En el otro, simplemente, no existe.
Con permiso del sr. Sánchez, me gustaría comentar, como elemento de reflexión, el libro de Piketty: “El capital en el siglo XXI”. Un libro que es más un Best Seller que un Best Reader, si se puede decir así, porque sus casi 700 páginas suelen ir directamente a la estantería.
Su éxito radica en que, como Marx, se preocupa por la desigualdad en el capitalismo y en que plantea una hipótesis de cuya validez pretender concluir la insostenibilidad del capitalismo en su forma actual. Si lo primero es un motivo de preocupación permanente, lo segundo supondría otorgarle un carácter historicista, y la experiencia nos ha demostrado que hacer profecías en economía no suele tener mucho crédito.
No obstante, me quedo con la valiosa aportación al campo de las ciencias sociales porque, además, creo que la economía apoyada en modelos matemáticos viene demostrando que no resuelve problemas de la vida cotidiana.
Tampoco hay que olvidar que Piketty es francés, formado en EE.UU. y que su trabajo se apoya en series históricas y datos estadísticos sobre todo de países desarrollados. Sus análisis señalan que la economía global sigue creciendo y la creciente desigualdad en la renta y la riqueza de los ciudadanos, mitigada en el siglo XX (siempre para países de la serie histórica) vuelve a niveles anteriores a la 1ª guerra mundial y parece que esa brecha puede ampliarse aún más en los próximos cincuenta o setenta años.
Básicamente la formulación de Piketty, no por obvia menos novedosa, establece que el capital ha dejado de tener un carácter acumulativo con la finalidad de ser reinvertido en el proceso productivo, para tener, en gran parte, carácter lucrativo y especulativo (obras de arte, propiedades inmobiliarias, deuda de Estados, etc.).
Teniendo en cuenta que ese capital acumulado se concentra en un porcentaje muy pequeño de la población: grandes empresarios, ejecutivos de las finanzas, incluso deportistas o artistas, y que el rendimiento del capital es mayor que el crecimiento (lo más controvertido desde el punto de vista económico), el proceso de acumulación seguirá concentrado en muy pocas manos que no necesitan impulsar otras formas de crecimiento para mantener su estatus privilegiado. Para alimentar el motor ya están las economías de los países emergentes.
¿Qué hacer? Pues ni Piketty ni nadie necesita a etas alturas echarle mucha imaginación. El papel de los Estados, y de los ciudadanos impulsando un proceso desde abajo, consiste en corregir la desigualdad preservando las inversiones productivas, con mecanismos de imposición, a ser posible coordinados a nivel global, que graven el capital improductivo de rentas y herencias.
A nivel de nuestro país, y en puertas de unas elecciones generales, necesitaríamos algo más apelaciones a compromisos éticos y otras lindezas teóricas. Creo que nos gustaría que en los programas se explicara cómo piensan tratar fiscalmente a las sicavs y qué otras medidas prevén para corregir la desigualdad. Y sería conveniente saberlo desde la perspectiva no sólo del gasto, sino también de los ingresos. El recurso dialéctico de que una fiscalidad excesiva (¿?) desmotiva la inversión y puede provocar la fuga de capitales ya no es de recibo ante la gravedad del problema.
Ni el capitalismo, que es mejor para crear riqueza, ni el socialismo,mejor para redistribuirla, son perfectos. Una mezcla es lo menos malo. Un Capitalismo Socialista, si es más a la derecha, y un Socialismo Capitalista, si es más a la izquierda, según la preponderancia de uno u otro sistema. Buscar una economía eficaz y solidaria.