Daimiel Noticias.- Centenares de daimieleños arroparon en la noche del domingo a la Hermandad del Cristo del Consuelo en la tradicional quema de cubos en honor a su titular, patrón de los carreteros. La velada, que estuvo amenizada por la música en directo del coro romero Virgen de la Cabeza, vino a completar los actos que la Hermandad ha venido celebrando durante toda la semana en honor a su titular, como es el caso del triduo que se desarrolló desde el viernes hasta el domingo o la Función Religiosa que oficiará el sacerdote Pedro Crespo esta misma tarde, desde las 20:00 horas, en la Iglesia de San Pedro.
A la tradicional repartición de pitos y limoná entre los asistentes al acto, este año se ha sumado un mercadillo de llaveros, medallas y pastas cuyos beneficios irán a parar a la propia Hermandad y al convento de Monjas Clarisas de Villarrubia, como explicó Jesús Rincón, Presidente de la Hermandad “En nuestra lucha para que la fiesta vaya más allá, y en ese afán de que sea más participativa pero sin perder el valor tradicional por el que siempre estamos trabajando, queremos añadirle este aliciente. Con los beneficios ayudaremos también al sostenimiento de las obras del convento de Monjas Clarisas de Villarrubia”, explicó minutos después de prender el cubo acompañando a la Hermana Mayor, Blanca Astillero y a la madre del Hermano Mayor, David Sánchez Miguel, que sustituyó a su hijo porque por motivos laborales no pudo estar en la velada.
Del mismo modo Jesús Rincón confirmó lo que ya adelantaba la estampa de una Plaza de San Pedro llena de daimieleños, entre ellos, los concejales Román Ortega y Lourdes Cencerrado. “Estamos muy contentos porque cada año hay más gente. Temíamos que la Romería nos quitase gente pero creo que ha sido todo lo contrario, creo que la gente ya estaba en el ambiente, en la fiesta, y ha querido acompañarnos esta noche. Estamos súper orgullos de que cada año vaya a más”. En ese sentido Rincón quiso hacer un llamamiento para que aquellas personas que aún tengan cubos de carros antiguos colaboren donándolos a la Hermandad ya que cada vez es “más complicado” encontrar cubos para quemar debido a la desaparición del oficio de carretero y por tanto de los carros.
