Luis Miguel Roncero.- Asisto perplejo al debate sobre la participación, de los representantes políticos, en actos religiosos o para religiosos invitados por ciudadanos que promueven y organizan los mismos. Los no partidarios aducen que España es aconfesional y por tanto la corporación no debe asistir.
Es obvio recordar que aconfesionalidad significa que el ayuntamiento y los representantes políticos de los ciudadanos no se declaran: cristianos, judíos, musulmanes, agnósticos, ateos….. ; independientemente de su credo o actitud vital. Y cuando son invitados por un colectivo ciudadanos a participar en procesiones, actos de Semana Santa, iniciativas solidarias….; su presencia es para acompañar, mostrar interés por ese grupo de ciudadanos y no para declararse por un credo determinado.
Volviendo al debate considero que es de naturaleza civil y no religiosa. Es un grupo de ciudadanos , no jerarquía eclesiástica, quien promueve y organiza los actos; y son actividades abiertas, inclusivas de interés general y la libertad responsable de los ciudadanos es la única condición para su participación. Interesarse, impulsar, al margen de sensibilidades personales, las iniciativas de los ciudadanos y más cuando son acogidas significativamente es positivo y acertado. Y fomentar el dinamismo de la sociedad civil es positivo para la ciudad.
La aconfesionalidad separa los ámbitos y planos civil y religioso y no distinguirlos es retraernos a una superada confesionalidad y a un rancio laicismo.
Estimado Sr Roncero,
Lo que huele a rancio en Ciudad Real no es el laicismo, es el nacionalcatolicismo que aún no ha sabido hacerse a un lado y dejar que los asuntos administrativos estén en un plano y la Fe en otro. Celebramos la Virgen de Prado, la de Alarcos, la del Carmen, la Semana Santa, la Navidad….cuando no son ustedes mayoría social.
Ha empezado usted perfectamente, definiendo como un manual las relaciones Iglesia-Estado. El problema es que eso que usted escribe es un «ideal», no la realidad en que diferentes «roucos-varelas» quieren seguir manejando a un determinado grupo de políticos para, a cambio del «bajo palio» seguir manteniendo prebendas absolutamente ilógicas en el siglo XXI.
Si la señora Zamora quiere acompañar a la Virgen del Prado, está en todo su derecho, pero será la señora Zamora, no la alcaldesa, porque no existe norma alguna que indique la obligatoriedad de los alcaldes de presidir o acompañar actos religiosos de ninguna creencia. Y, si usted cree que entonces hay que recurrir a la costumbre, le diré que después de 50 años de dictadura y de palios, habría que empezar a modificar hábitos.
¿Por qué les duele tanto esto de la separación Iglesia-Estado? Sobre todo a alguien como usted que describe perfectamente cómo debe ser la relación entre unos y otros.
Yo soy Ateo, por convicción ¿Acaso soy peor que usted? ¿Acaso cuento, por ello, menos que usted en la sociedad civil? ¿Acaso no puedo tener opinión y que sea tan «decente» como la suya? De verdad se lo digo, esto no es propio del 2015.
Creo que se lo deben hacer mirar, que ya que los católicos en España no son más del 12% de la población española. Lo cual, por supuesto, no minimiza en absoluto el respeto que merecen. Pero hasta ahí. No más. Pero eso lo van a notar cuando el PP «opusino» que se ha instalado en el Gobierno pierda en las próximas elecciones y se remodelen estos aspectos: inmatriculaciones irregulares de bienes, IBI, sueldos de curas, colegios concertados religiosos etc etc. Porque haciendo honor al art 14 hay que tratar por igual a todas las religiones, y eso con el PP no está ocurriendo. O, acaso es usted de los que cree que los ciudadanos actuales debemos seguir pagando por la desamortización de Mendizábal…si quiere tiramos más atrás y pedimos daños y perjuicios…
Y, un detalle, para terminar ¿Me equivoco si digo que esa definición que da usted de las cofradías, como algo civil, es un error? Si no me equivoco, y le pregunto, la autoridad última de este tipo de asociaciones es el obispo de Ciudad Real, y cada procesión la preside una autoridad civil. Pero, acláremelo, no quiero decir ninguna inexactitud.
Si eso es así, su texto es un pelín tendencioso y trata de barrer para casa…
Un saludo.
Perdón, donde digo que las procesiones las preside una autoridad civil, quería decir religiosa. Eso, y algún error al escribir…
Sr. Roncero, considerando sus argumentos y precisamente a causa de los mismos, esas autoridades civiles, es decir la corporación debe o puede y de hecho lo hace, poner a disposición de estas manifestaciones civico-religiosas los medios para que se desarrollen de forma normal y según la tradición, _ de hecho yo mismo sufro del asedio del recorrido procesional mediante el cual me es dificil acceder a mi casa durante una semana, pero estoy obligado por respeto y por las ordenes municipales al respecto_, y de eso no creo que puedan tener queja los cofrades; otra cosa es «obligar» a la persona sobre la que recae la responsabilidad de representar a todos los ciudadanos de manifestarse como integrante del colectivo de fieles o cofrades, pues de ser así, ¿porqué no debe estar igualmente obligada a acudir a las celebraciones y manifestaciones de otros colectivos aunque sean minoritarios?
Saludos
Una procesión es un DESFILE RELIGIOSO organizado por personas que realizan un recorrido, de un lugar a otro.
Las procesiones existen en la mayoría de las grandes religiones, aunque existen confesiones cristianas que excluyen esta práctica por considerarla una forma de idolatría; esto según su entendimiento de la Biblia.
En el Código de Derecho canónico se encuentra una especie de definición: ‘Bajo el nombre de sagradas procesiones se da a entender las solemnes rogativas que hace el pueblo fiel, conducido por el clero, yendo ordenadamente da un lugar sagrado a otro lugar sagrado, para promover la devoción de los fieles, para conmemorar los beneficios de Dios y darle gracias por ello, o para implorar el auxilio divino’ (canon 1290,1).
Siendo pues un acto exclusivamente religioso, y siendo España un estado aconfesional, carece de sentido que la autoridad participe en representación de TODOS los ciudadanos, para promover la devoción o dar gracias (?por qué) o promover el auxilio divino, pues no deja de ser un acto de SUMISION del poder público ante el PODER DIVINO que le otorgan los organizadores.
Separemos de una vez IGLESIA y ESTADO…