Fermín Gassol Peco.- “Lo esperado no sucede, es lo inesperado lo que acontece”. Ernesto Sábato. La casualidad es la madre de las probabilidades. Sin embargo y para nuestra desgracia, en la mayoría de ocasiones no incide en algo que sea beneficioso en nuestras vidas,antes al contrario aparece para crearnos problemas. Y si no que se lo digan a ese tipo hipocondriaco que se apellida Murphy quien con su famosa ley de “si puede sucederte alguna cosa que no quieres…puedes darte por jodido”, ha creado escuela.
No sabemos por qué extraña y desconocida razón y circunstancia muchas de las cosas que son muy poco probables a suceder…acaban aconteciendo para amargarte la vida. Además, como todo lo desagradable no se concede vacaciones, no puedes estar tranquilo ni por un momento aunque te encuentres en la cima del Machu Pichu.
Y es que son durante las vacaciones precisamente, cuando se dan algunas de las más desagradables casualidades. Diabólico ¿verdad? Que algo que no tiene vacaciones acabe amargando a los que si las disfrutan y por ello, las acaben odiando; diabólico sí, además de lógico también ya que la mala suerte siempre se encuentra de servicio.
Lo que paso a contarles, relacionado con esto, es un caso de mala suerte ensamblado en un corte demasiado subrealista por lo incomprensible de la situación.
La Policía Nacional detuvo en una playa de Tenerife a un mafioso italiano que estaba cumpliendo cadena perpetua en una cárcel de su país por cometer un triple asesinato…tras ser identificado por un funcionario de prisiones de esa misma nacionalidad que se encontraba también de vacaciones en la isla canaria. Sí, han leído bien. La alucinante noticia aporta más datos que no son ya de nuestro interés.
La “broma” de ser cierta, que cuesta una pasta sicológica creérsela, merecería componer el guion de una película de los hermanos Marx o de Woody Allen. Un mafioso que cumplía su condena a cadena perpetua en la siempre sorprendente Italia, disfruta de unas vacaciones en Tenerife. Extraño, muy extraño, pero como a todo hecho consumado, hay que intentar encontrarle siempre su porqué. Es de suponer que el sorprendido presidiario “untaría” hasta los pernios de las bisagras de la puerta de salida de la cárcel para conseguir el cambio de residencia. Lo que no alcanzó a pensar es que tenía que haber seguido untando a tantos kilómetros de distancia, y es que no se puede estar en todo, sobre todo cuando te vas de vacaciones.
O mejor, quizá la explicación la encontremos dentro dela misma sentencia:al protagonista de esta historia le impusieron dos condenas, una a cadena perpetua y otra a treinta días de arresto vigilado. ¿Ven ustedes? Ahora todo encaja, y es que nuestro turista tan particular bien pudo haber esperado sin más complicaciones al mes siguiente para que lo dejaran de vigilar, que sentencias como estas tienen su intríngulis. Y oye, hizo lo que todos hubiéramos hecho. Porque estar por estas fechas en Canarias debe ser una gozada…pero veranear en la cárcel y en Agosto…que se lo digan a la Pantoja. ¿Capisciamicomio? Si Don Corleone.
Muy interesante. La ley de Murphy, por cierto («si algo puede ir mal, irá mal») es solo la aplicación al ámbito humano de una ley física: la entropía. El desorden aumenta en el universo, que es cada vez más frío y se expande: está cada vez menos vivo y más muerto.