En el texto anterior comentaba mi posicionamiento parcialmente favorable con la estrategia de las elecciones plebiscitarias catalanas de CDC y ERC.
Lo cierto es que ni Mas ni Junqueras han inventado esto de las elecciones plebiscitarias “a la contra”. Es algo que ha estado ahí siempre, desde el momento en el que algunos tomaron conciencia de que lo de la representación de los ciudadanos es un camelo. Y más si hay partidos políticos de por medio.
Por mi parte, he pasado los últimos 10 años intentando promover -sin éxito, por desgracia- otras elecciones plebiscitarias, con una candidatura de los escaños vacíos, para expresar una denuncia ciudadana de ausencia de democracia y, por tanto, para expresar el rechazo a nuestro actual Régimen político.
Un plebiscito no por la secesión, sino por el reseteo del Sistema político, por la elaboración de una nueva Constitución -esta vez directamente por el Pueblo-, que nos permita poner en marcha un Sistema político realmente democrático en el que los ciudadanos de a pie podamos protegernos eficazmente de los abusos de los poderosos.
Que en realidad para eso vale una Constitución.
(voto nulo en nuestro Sistema Electoral)
Que ya sé que es una opción de voto que está lejísimos de ser mayoritaria en unas elecciones: tal vez, por una parte, porque la tortilla española del siglo XXI es posible que ande algo más escasa de huevos que la griega; pero, sobre todo, porque lo que falta es conocimiento.
Difícilmente vas a poder hacer una tortilla decente si no sabes ni lo que es una tortilla.
Y en España la mayoría de la gente, por no saber, no sabe ni lo que es la democracia.
Y así difícilmente te vas a dar cuenta si no la tienes.
Esa es la idea, claro, por eso llevan más de 35 años contándonos milongas por la tele.
El cualquier caso, pese a todo ello, esta opción plebiscitaria de voto antisistema serviría, al menos, para deslegitimar, un poco, nuestro Régimen político, al permitirnos transmitir el mensaje de que una parte de la ciudadanía lo rechaza por no ser democrático.
Que algo es algo. Por fin habría una opción de voto ligerísimamente útil.
P.D. Igualmente sería una opción de voto plebiscitario la de una candidatura que se presentara a las elecciones no para gobernar, sino con un único punto en el programa electoral, el de poner en marcha un nuevo proceso Constituyente en caso de ganar las elecciones.
Que tal vez algunos de los que se las dan de revolucionarios deberían tomar nota de esta opción.
P.D.2 Si alguien quiere unirse al selecto y exclusivo club de los idealistas utópicos que estamos por construir una democracia real y consideramos que tenemos que sacar adelante una opción antisistema en esta línea, que se ponga en contacto conmigo.
Pero, ojo, que nadie se haga ilusiones, en este momento somos tan pocos que, por ahora, no podemos hacer prácticamente nada.
Ni una mísera tortilla.
Eso sí, si alguna vez podemos cocinar esa tortilla, esta será 100% huevos… y democracia. 😉
Gonzalo Plaza
Ciudadano en blanco
Entonces la cosa es la de siempre, ¿cómo podríamos hacer para aumentar la masa crítica?
Y, ¿cómo podríamos hacer para darle más visibilidad a propuestas como la tuya?
Esta es la cuestión de siempre.
Es muy complicado que la gente tome conciencia de todo esto, está claro. Es casi imposible enfrentarse a la maquinaria propagandística del Sistema, que continuamente están dándole al rodillo lavacerebros imprimiendo, a base de repetición, día sí, día también, el dogma del Régimen.
Y por supuesto la vía de los grandes medios de comunicación está cerrada para transmitir ideas contrarias a ese dogma, así que por ahí no hay nada que hacer.
¿Qué nos queda a los ciudadanos de a pie? Aprovechar todos los resquicios que veamos para dar visibilidad a estas ideas.
El principal, el boca a boca. Cada conversación de política que tengamos, con amigos, con familia, con compañeros de trabajo… hay que meter la cuña: hay otra alternativa a este Régimen, la democracia es posible, si nos la curramos.
Y hay más vías, pequeñas pero que abren posibilidades, pero hace falta una cierta masa crítica inicial de personas que tiren del carro, al principio y un poco más que las demás, para arrancarlo, que es lo que más cuesta.
Necesitamos a esas personas ya concienciadas, que ya saben lo que hay, que quieren cambiar las cosas, pero que a día de hoy no están moviéndose -en la vía política- para cambiarlas.
Hay que conseguir que esas personas se movilicen también en la vía política, porque somos los que estamos ya concienciados de lo que hay los que tenemos que arrancar el proceso de cambio hacia la democracia.
Por mi parte, te invito a ti, y a todo aquel que le interese, a que contactes conmigo y te unas a ese pequeño grupo de arranque.
Cuando seamos los suficientes, y en realidad no hacen falta tantos, superaremos la «cuestión de siempre».
gplaza.cenb@gmail.com
Por lo que leo, hay bastante gente que piensa que este sistema que tenemos no es plenamente democrático, o le gustaría que hubiera mucha más calidad democrática, pero luego poca gente se organiza y, cuando lo hace, se agrupa por ideologías y eso les desacredita frente a personas de otra ideología (por ejemplo ganemos, podemos y ahora en común quieren crear asambleas de barrio, consultas vinculantes, etc) pero claro, luego los demócratas de centro o de derechas piensan «ya están los comunistas estos queriendo convertir a España en Venezuela…»
También veo una diferencia generacional enorme, para la mayoría de la gente que conozco de los que vivieron con Franco este sistema actual les parece perfecto y totalmente democrático.
Y luego está la gente a la que poco le importa la calidad democrática y busca principalmente que la economía familiar le vaya bien y que haya más derechos sociales.
Esto es España.
Yo creo que el problema que nos impide arrancar es otro.
Por desgracia, no basta con tener ese deseo de que «me gustaría que hubiera mucha más calidad democrática». Porque eso es como el que dice que le gustaría viajar a la luna. Un deseo que está ahí pero que no haces nada por satisfacerlo.
Lo que hace falta son personas que tengan voluntad de sacar adelante un sistema político con mucha más calidad democrática. Para lo cual hace falta trabajo, sacrificios, renunciar a cosas…
Y por otra parte, están los que quieren sacar adelante ese sistema político democrático pero se creen que pueden hacerlo utilizando los mecanismos que nuestro actual sistema proporciona (elecciones y partidos políticos).
Lo cual es absurdo, porque precisamente el problema es ese, que nuestro sistema político no es democrático, por tanto no lo podemos utilizar para conseguir democracia -ni otras muchas cosas-.
Si nuestro sistema político permitiera al Pueblo funcionar democráticamente, entonces no haría falta cambiarlo.
Esa capacidad que tenemos los humanos de estar convencidos, a la vez, de una cosa y la contraria, en este caso juega en nuestra contra, y mantiene a mucha gente trabajando justo en sentido contrario al que debemos trabajar, esto es, están respaldando al Régimen con sus votos, en lugar de estar trabajando por tumbarlo.
Y por estas dos razones somos realmente pocos los que estamos dispuestos a organizarnos.
Y bueno, luego está el miedo a la represión, que también cuenta.
Yo sí creo que se puede cambiar lo necesario desde dentro de este sistema, para que los ciudadanos tengan mucha más capacidad de decisión política sobre el bien común. No se me ocurre otra forma efectiva, razonable y pacifica. Saludos.
Si este Sistema permite ese cambio, entonces es que el Sistema es bueno… y si el Sistema es bueno… ¿para qué cambiarlo?
Esto es, ¿para qué quieren los ciudadanos mucha más capacidad de decisión política sobre el bien común si pueden escoger a unos partidos políticos que ejecuten fielmente su voluntad sobre el bien común?
A mi me gustaría ser consultado sobre cuestiones de interés general y poder unir mi firma para promover consultas al resto de los españoles. Como bien sabrá, es una garantía que evitaría que los políticos pudieran incumplir algunas promesas al deber consultar al pueblo soberano la legislación de interes general que quieran aprobar, y además resolvería mejor algunas cuestiones sobrevenidas que no se hubieran previsto cuando se elaboró el programa electoral (por ejemplo, la reforma que se hizo del articulo 135 de la constitución).
O sea, Kuco, que este Sistema no admite que se consulte a los ciudadanos.
¿Crees que eso es por casualidad?
¿Crees que el Sistema admite la posibilidad de que se pueda cambiar ese hecho desde dentro?
Si así fuera… ¿no crees que la participación ciudadana real se habría considerado desde el principio, y estaría contemplada en la Constitución, en la Ley Electoral, en lugar de ofrecernos un Sistema que especialmente se ha blindado contra esa participación?
Gonzalo, yo no he dicho que no lo admite. No obliga a consultar cuestiones de interés general y es precisamente ese el cambio que me gustaría.
Claro que ese hecho se puede cambiar desde dentro. Basta una pequeña reforma de la constitución y debe hacerse desde dentro (igual que se han reformado otros artículos).