El consejero de Hacienda y Administraciones Públicas de Castilla-La Mancha, Juan Alfonso Ruiz Molina, ha votado hoy en contra de los objetivos déficit que el Gobierno de España quiere establecer para los próximos tres años a las comunidades autónomas.
De hecho, en el mismo sentido negativo que Castilla-La Mancha han votado otros ocho ejecutivos autonómicos más, lo que ha obligado al Ministerio de Hacienda a aprobar su propuesta en segunda votación, cosa que no había ocurrido durante los últimos años cuatro años.
A la salida de esa reunión, y en declaraciones a los medios de comunicación, Ruiz Molina ha insistido en que el Gobierno de España se guarda para sí un margen mucho mayor y más flexible en el cumplimiento presupuestario mientras exige muchos mayores esfuerzos a las autonomías, «que son las administraciones que tenemos un gasto mucho más consolidado porque gestionamos la Sanidad, la Educación y los servicios sociales».
Es más, el nuevo consejero del Gobierno del Presidente Page ha reprochado al ministro Montoro que esté aprobando «bajadas de impuestos electoralistas en tributos de cuyos ingresos dependemos las comunidades autónomas, como el IRPF, mientras a las regiones se nos exige ajustar el déficit el doble que a la administración general del Estado».
En otro orden de cosas, y también a preguntas de los medios de comunicación, Ruiz Molina ha informado que, con datos oficiales y definitivos del propio Ministerio, el anterior Gobierno de Cospedal «se desvió un 76 por ciento en el cumplimiento del objetivo de déficit en el año 2014. Gastó 287 millones de euros más de lo que ingresó».
«Es decir», proseguía el consejero, «que frente al discurso del rigor y del cumplimiento del anterior Gobierno, no solo comprobamos ahora que se han deteriorado gravemente los servicios públicos en Castilla-La Mancha, sino que tampoco cumplían con el déficit».