El PSOE de Ciudad Real ha incluido en su programa “presupuestos participativos, dedicando partidas presupuestarias destinadas a barrios”. Y, a no ser que esa promesa sea otra tomadura de pelo más -lo más probable-, se sobreentiende que serán los propios vecinos de cada barrio los que decidan lo que hacer con las partidas presupuestarias destinadas a sus barrios.
Y para que los vecinos puedan decidir qué hacer con el presupuesto que se les asigne, debe existir un órgano o procedimiento de toma de decisiones a nivel de barrio.
Podrían ponerse en marcha asambleas, mesas o consejos barriales con ese fin.
Personalmente no me parece una buena idea, en este momento. Tal vez en el futuro, pero no ahora.
ASAMBLEAS DE BARRIO
Mi propuesta es poner en marcha asambleas de barrio, pero no para decidir qué hacer con el presupuesto que el ayuntamiento asigne. Para eso, mejor un referéndum como el que propuse a nivel general, exactamente con los mismos requisitos, pero restringido al barrio.
Un referéndum anual para decidir qué se hace en el barrio, e igualmente, para decidir asuntos que competan al barrio no vinculados a un gasto económico, por ejemplo, la hora de cierre de bares y discotecas o el nivel de ruido admisible, asuntos estos que deben ser decididos por los vecinos que sufren los inconvenientes derivados de esas actividades, no por los vecinos que, por vivir en otras zonas, no los sufren.
Esto es, para tomar decisiones, referéndum.
Y entonces, ¿para qué las asambleas de barrio?
Sobre todo, para supervisar y controlar que el ayuntamiento cumple con la voluntad de los vecinos expresada en los referéndum, tanto en los barriales como en los generales. Y, si así se decide, también para ejecutar esa voluntad, por ejemplo, haciéndose cargo del presupuesto asignado y gestionando la realización de los proyectos elegidos.
Esto es, las asambleas de barrio serían una especie de órgano gubernativo, pero a nivel de barrio.
¿Qué requisitos tienen que cumplirse para que las asambleas barriales hagan este trabajo?
1. Deben ser soberanas en el ámbito de sus competencias, esto es, el gobierno municipal no puede tener potestad para aprobar o rechazar las decisiones y actos de estas asambleas. Tampoco para decidir quiénes pueden o no formar parte de ellas o qué modelo organizativo deben utilizar.
2. Deben contar con personal funcionario asignado dependiente de ellas mismas, exactamente el mismo personal que sería necesario de todas formas pero que en alternativamente dependería jerárquicamente del gobierno municipal.
3. Deben contar con un espacio propio permanente -y suficiente- para cubrir sus necesidades.
4. Su modelo organizativo (Estatutos), decidido por ellas mismas y no por el gobierno municipal, deberá ser aprobado en referéndum en el propio barrio.
5. Y, naturalmente, deben funcionar de forma democrática.
De esta manera, lo que se consigue con las asambleas de barrio (combinadas con el referéndum a nivel de barrio) es descentralizar un poder de decisión que, correspondiendo a los barrios, en nuestro Régimen ha sido usurpado por los gobiernos municipales; acercándolo, un poco más, a los vecinos, facilitando así el control ciudadano de los asuntos públicos.
ASAMBLEAS SECTORIALES
Siguiendo la misma filosofía de las asambleas de barrio, las asambleas sectoriales serían órganos de supervisión y control ciudadano -podrían ser también de ejecución- pero referidas a los diversos ámbitos donde se requieren actuaciones del gobierno municipal.
Por ejemplo, ”Medio Ambiente”, “Urbanismo”, “Cultura”, etc.
Sus requisitos son básicamente los mismos que los de las asambleas barriales, pero en su ámbito de competencias: asuntos generales del municipio, referidos a sus sectores correspondientes.
Las asambleas sectoriales, con el tiempo, nos permitirían sustituir a las concejalías por órganos equivalentes, pero participados por los ciudadanos (esto es, democráticos).
P.D. En tanto que ambas propuestas nos acercan a un funcionamiento democrático real, soy plenamente consciente de que nuestro gobierno local actual no está por la labor de sacarlas adelante.
En cualquier caso, ahí las dejo: si queremos democracia, este es el camino.
Y, como siempre, la cuestión es, ¿cuántos la queremos realmente?
Gonzalo Plaza
Ciudadano en blanco
Jejeje, yo me apunto. La cuestión es la que dejas al final del artículo ¿Cuántos la queremos realmente?
Es que eso implica dedicarle tiempo… y todos estamos muy ocupados….viendo Sálvame, la novelilla, el partidete, las cañas…en fin… la vida misma…esa que pasa delante del 90 % de los que que se mueren sin vivirla… o si…viviéndola como le viene bien al sistema.
En cualquier caso, yo creo que en esta ciudad hay bastantes personas interesadas y que suelen moverse en ONG`s y otra organizaciones sociales o políticas. El problema es que a quienes les jode que se muevan, enseguida empezará a decir que no son representativas…pero bueno, esa es la lucha ¿No?
La idea es muy buena.
Hay un par de argumentos que quitan razones a los que aducirían falta de representatividad.
El primero, que en este modelo las decisiones se toman en los referéndum, donde sí están todos. Eso es deliberado, hay que adaptarse a la realidad que tenemos.
Por eso mismo también los presupuestos participativos, para empezar, serían reducidos. La mayor parte del presupuesto la seguiría gestionando el gobierno local, como siempre.
La democracia hay que aprender a manejarla. Y hay mucho que aprender. Piano, piano.
Lo de la falta de tiempo también lo tengo en cuenta. Las asambleas en las que yo estoy pensando seguro que no son como las que tú estás pensando… en el próximo texto lo explico.
Pero bueno, al final, la clave está en la voluntad. Si un número suficiente de personas quiere democracia, esto sale.
Pero qué quieres que te diga, Blisterr. Yo no lo veo. Somos cuatro gatos.
La inmensa mayoría de la gente sigue infantilizada políticamente, siguen mirando a otros (los representantes) para que les solucionen la papeleta.
Y desde luego, en organizaciones políticas (esto es, en partidos), ¿alguien quiere democracia realmente?: los partidos son antagónicos con la democracia [directa]. Para ellos, la democracia es el enemigo común.
¿Para qué sirve un partido si puedes representarte a ti mismo?
Una participación ciudadana real funcionando marcaría el inicio del fin de los partidos. Y a muchos de los que están ahí se les acabaría el chollo.
Estoy totalmente de acuerdo con usted, menos en que «los presupuestos participativos, para empezar, serían reducidos.» Si fuera así no sería importante para los vecinos y a una asamblea con poca transcendencia acudirían muy pocos.
Creo que deberían destinarse a estos presupuestos una gran parte de los recursos municipales que quedasen una vez descontada la parte destinada a pagar deudas y la de gastos de personal. Y si a la primera vez no hay una excesiva participación ya la habría a la segunda, cuando muchos vecinos comprobasen su utilidad e importancia y que todos están invitados a participar. La gente no es tonta.
El objetivo final es que la totalidad de los presupuestos sean participativos.
Pero vayamos poco a poco… no queramos hacer todo el viaje en un instante… que la democracia es una herramienta muy potente, y a día de hoy no sabemos utilizarla.
Hay que dar tiempo a que la gente asimile la democracia. Que se acostumbre a ella, que aprenda a utilizarla, que le vaya viendo el sentido, y los beneficios…
Es suficiente con que el proyecto de sistema de participación ciudadana contemple que los presupuestos participativos deben ir creciendo cada año.
Con un incremento de un 5% anual, en 20 años habríamos democratizado completamente nuestra ciudad (al menos en cuanto al presupuesto).
¿El 5% del presupuesto para un barrio da para algo más que para decidir sobre la marca de las bombillas de las farolas?
Si los vecinos solo van a poder decidir sobre un 5% del presupuesto para ese barrio probablemente no marquen ni las X en las papeletas de consulta.
No hay que tenerle tanto miedo a la democracia directa.
Kuco, en realidad me refiero al 5% del presupuesto total municipal.
Pero a repartir entre todas las asambleas, claro.
El 5%, para el 2016. Que está claro que no daría para mucho, pero estamos arrancando.
El 10%, el 2017.
El 15%, el 2018.
Y así sucesivamente.
Que si se ve que se puede ir más rápido, y la ciudadanía lo demanda… pues mejor.
Pero entiendo que hay que asumir la realidad en la que vivimos.
Cuando estemos preparados para conducir, sacamos el coche. Pero hasta que no sepamos… una bicicleta, para empezar, está más que bien, teniendo en cuenta que ahora no tenemos nada: ni coche, ni bici, ni siquiera zapatos para ir caminando en condiciones.
Vamos a ver si conseguimos una bici… para empezar… que ya sería mucho, dadas las circunstancias… que ni eso vamos a conseguir, porque ni eso interesa a los partidos que tengamos.
Las asambleas vecinales de barrio facilitarían también que los vecinos pudieran hacer propuestas sobre el presupuesto, para que la participación de los vecinos no se limitase a contestar en referéndum a las preguntas ya establecidas.
Está contemplado ya en el referéndum que propongo, que debe incluir las propuestas de los vecinos sin ponerles a estos trabas cuasi insalvables, como sucede en la actualidad.
http://www.miciudadreal.es/2015/07/02/propuesta-referendums-locales/
Tenga en cuenta que no se pueden estar haciendo propuestas todo el tiempo. Hay que escoger unos proyectos, y ejecutarlos. Al año siguiente, se escogen otros, y lo mismo.
Gestionar un municipio como Ciudad Real, o un barrio, implica planificación.
Una mala práxis asamblearia, en la que caímos en el 15M, y que tenemos que aprender a evitar, que es la del lanzamiento múltiple de propuestas que no pueden asumirse por el colectivo. La gente propone, y propone, y propone… sin tener en cuenta que sacar adelante todas esas propuestas tiene un coste, lleva un tiempo, necesita unos recursos… y no hay para todo.
Hay que escoger racionalmente, y planificar.
Y eso encaja con un modelo anual de presentación de propuestas, y no encaja tanto con unas asambleas donde de forma reiterada se están proponiendo cosas. ¿Qué sentido tiene proponer algo que implique un coste en agosto, cuando todos los recursos ya están comprometidos hasta diciembre?
En cualquier caso, cada asamblea debe ser soberana para funcionar como considere conveniente, naturalmente. Pero mi propuesta de funcionamiento para las asambleas va en otra dirección.
No hace falta estar haciendo propuestas todo el tiempo; unas semanas antes de las fechas de las consultas se podría abrir el plazo para presentar propuestas que deban votarse entre todos los vecinos.
Pues eso es lo que propongo yo.
Le contesto aquí porque al otro comentario ya no me deja:
Yo creo que a la mayoría de vecinos les gustaría participar si ven que los políticos no hacen luego lo que les da la gana, si los asuntos que se les consultan son relevantes y sus opiniones, propuestas y votos en las consultas son tenidos en cuenta.
No creo que haya mucha participación si las consultas quedan reducidas a asuntos de poca monta. El porcentaje del presupuesto a disposición de los vecinos debe ser mucho más relevante, un 5% inicial no me motiva ni a mi, que me gusta su propuesta en general 🙂
Saludos.
Kuco, el 5% del presupuesto anual de nuestro ayuntamiento son más de 3 millones de euros.
Si hubiera 20 asambleas, tocarían de media a 160.000 euros por asamblea.
¿No motiva?
Vamos, que ni de coña va a aceptar nuestro gobierno local ceder ese bocado para los presupuestos participativos.
Ni aunque estos estén amañados, como ha pasado en tantos otros lugares.
Además, hay que tener en cuenta que el referéndum, tal y como lo propongo, incluye cuestiones no presupuestarias, algunas de las cuales son también muy importantes. Sólo por eso ya merecerían la pena los referéndum, incluso aunque no se les asignase ni un solo euro.
Y aunque soy un amante de la democracia directa y no representativa, imagínate que me piro un mes de vacaciones a mi pueblo y ese mes me pierdo una asamblea de mi barrio.
Me refiero a que se podrían dar sin problemas híbridos, es decir ese mes yo podría delegar por propia voluntad en alguien de mi confianza el que decida por mí, o bien simplemente comunico mi no presencia.
Es decir, me refiero a que finalmente podría salir un híbrido entre democracia directa y representativa, esta última sería solo ocasional y excepcional, a ser posible a evitar, pero que ahí también está para si te hace falta (como una democracia más light)
En teoría de decrecimiento se habla de este modelo híbrido, aplicado a una población de 60.000 personas, muy parecida a la de C. Real.
saludos
Ese híbrido es la democracia líquida, que a mí personalmente me gusta mucho, pero que, para ser eficaz, requiere un uso regular y seguro de las nuevas tecnologías.
Un modelo donde podamos escoger entre participar directamente o por medio de un representante, que podría ser cualquier persona, y además, la representación sería también en tiempo real, revocable en cualquier momento, o incluso delegada para una única votación.
Esto con las nuevas tecnologías es posible, pero tiene un coste… y no sé si estamos en condiciones de asumirlo.
Que también se puede hacer sin nuevas tecnologías… con un modelo asambleario clásico… pero personalmente, en este momento, no creo que estemos preparados para ello.
Mi propuesta de funcionamiento asambleario contempla esa circunstancia de «me voy de vacaciones», y muchas otras limitaciones que tenemos hoy en día para que funcione correctamente un modelo asambleario clásico: la primera, que apenas una minoría de la población está preparada (y no demasiado) para funcionar asambleariamente.
Pero eso lo tengo que desarrollar en el siguiente texto. En unos días lo publico.
Ah vaya, no conocía el concepto de democracia líquida, genial conocerlo, quizá en una población no tan grande como C.Real tampoco sea necesario una estructura muy compleja que incluya tecnología. Lo digo porque he buscado este concepto por internet y salen ejemplos aplicándolos a países enteros.
Bueno, genial debate. Saludos.
Sí, a nivel nación es cuando la democracia líquida tiene más sentido. Y sí que podríamos permitírnoslo.
Pero bueno, para eso hay que ganar unas elecciones, y como mínimo cambiar radicalmente la Ley Electoral… y eso está fuera de nuestro alcance.