Puertollano encendió ayer su fuego sagrado, el de las calderas del San Voto, que recuerda la promesa que el pueblo hizo en 1348 a su patrona, la Virgen de Gracia, como redención de los pecados a los que se achacaba la exterminio de buena parte de la población, víctima de la terrible peste medieval.
La alcaldesa, Mayte Fernández, junto con los premiados por la Orden del Santo Voto, ediles de la Corporación Municipal, comisario del Cuerpo Nacional de Policía, capitán de la Guardia Civil, intendente de la Policía Local y representantes de las grandes empresas, fueron los encargados, con antorcha en mano, del encendido de la hilera de calderas.
En pocos minutos las llamas tomaron cuerpo y el calor de la tradición cobró vida para simbolizar que seiscientos años después Puertollano cumple con su Voto con la Virgen de Gracia frente a las adversidades.
Mayo de la Reguera
Antes, los componentes de la Asociación Folklórica Virgen de Gracia entonaron el mayo de la Reguera, en un día en el que la música y el baile fue uno de los grandes protagonistas. Trabajadores municipales de la Brigada Polivalente estuvieron en todo momento al cuidado que el “rito” del encendido se desarrollara con total normalidad y seguridad y van a continuar con esta tarea durante la entrega del guiso del Santo Voto.