Los políticos elegidos en la democracia tienen tareas encomendadas por los ciudadanos, tareas que se dirigen especialmente a la gestión de lo público, al trabajo por aquellos valores y necesidades de la comunidad. Cada partido político puede decidir sus prioridades que los ciudadanos podrán valorar si coinciden con sus criterios o no. Pero hay un terreno más cotidiano que es el de la gestión, la realización de las propuestas que se quieren llevar a cabo como propuestas de cada uno. Y el conocimiento de esa capacidad es un criterio muy importante a la hora de valorar a quienes queremos que nos representen en el gobierno autonómico y municipal.
De la crítica a las propuestas reales.
La prensa nos brinda ejemplos de los compromisos de nuestros representantes en muchas ocasiones que es bueno recordar en estos momentos. Hace cuatro años, previas las elecciones autonómicas y municipales, el Partido Popular de Ciudad Real criticaba los incumplimientos del gobierno socialista de la región y del país. Como resultado de las elecciones de mayo de 2011 y diciembre de ese mismo año los gobiernos tanto regional como nacional han estado en manos populares con toda la capacidad de gestión de los temas importantes de resolver para la ciudad y la provincia.
A finales del año 2010, el portavoz popular enunciaba los incumplimientos del gobierno regional: “seguimos sin tener un metro de autovía” decía respecto de la AP-41, autovía Toldo. Ciudad Real- Córdoba. Después mencionaba el tema de la segunda ronda de circunvalación de la ciudad que no había tenido contestación por parte de la Junta, al igual que en lo referente a la reclamación del IBI del Hospital General Universitario. Reclamaba después actuaciones en el Hospital de Alarcos y del Carmen así como de la construcción de las viviendas del Padre Ayala. Referido a nuestro patrimonio reclamaba actuaciones respecto del Colegio de la ferroviaria, del edificio de la Cruz Roja y los Silos del Servicio Nacional de Agricultura. Finalizaba reclamando la mejora de la carretera de Ciudad Real a Las Casas. Reclamaciones razonables sobre problemas que afectaban a la ciudad. Pues bien, después de cuatro años de gobierno en el ayuntamiento, comunidad autónoma y gobierno central hemos conseguido reparar la carretera de Ciudad Real a Las Casas. Una de las diez propuestas que ellos mismos enunciaban como necesarias y urgentes.
Los resultados de la gestión realizada parecen más que deficientes en lo que respeta a las necesidades de nuestra ciudad. La capacidad de gestión de los problemas que nos afectan y que ellos mismos reconocen como necesidades de la ciudad deja mucho que desear. Más aún las actuaciones realizadas en algunas materias como las referidas al patrimonio de los edificios de la Cruz Roja o la Ferroviaria con intentos de venta, afortunadamente fracasados, ponen de manifiesto una voluntad de actuar en dirección contraria a aquella que propiciaban hace cuatro años. Después de cuatro años de gobierno todas sus reclamaciones siguen estando intactas y sin ninguna gestión.
La gestión propia y el criterio de prioridades políticas.
La gestión es también priorizar, definir cuáles son las cosas más importantes y cuales deben hacerse antes que otras. Y eso es especialmente importante en tiempos de crisis, de recursos limitados. Hace unos días se decía desde el ayuntamiento de Ciudad Real que se habían invertido doce millones de euros en esta legislatura. La verdad es que cuesta ver donde están y qué proyectos se han realizado con esa inversión importante. Es difícil entender los criterios y prioridades del actual gobierno municipal para entender cuáles son las políticas que definen su actuación. El ornato de rotondas con helicópteros incluidos, de elementos puntuales de la ciudad que se cambian de lugar y la desatención continuada a muchas zonas de la ciudad son indicadores que detectan una falta de criterio en la gestión de lo público desde los criterios propios del equipo de gobierno actual.
Y si eso se compara con algunas actuaciones megalómanas resulta todavía más difícil de entender. Frente a los doce millones invisibles esparcidos por la ciudad los quince millones de la contundente estructura del Auditorio inconcluso resultan demoledores. Ahí sí que está todo un ejemplo de falta de gestión, de pensamiento y de control legal de una contratación que tenía, en su momento, según exige la Ley de Contratos de las Administraciones Públicas, toda la financiación garantizada.
La gestión lenta y poco eficaz.
Por desgracia, en nuestra ciudad, es fácil encontrar ejemplos de gestión lenta e ineficaz. Tenemos numerosas muestras de ello y probablemente una de los más evidentes es el del agujero que queda de lo que se pretendía fuera el Aparcamiento del Torreón. Un proyecto equivocado que cambió de localización en varias ocasiones y que finalmente nos ha dejado un espléndido agujero vallado del que disfrutan los vecinos de la zona. Llevamos ya largos años con el proyecto paralizado. Un proyecto con una ubicación equivocada y con condicionantes arqueológicos que lo hacen inviable. Ahora, el empecinamiento lleva a reiterar el interés en realizarlo cuando lo lógico sería mantener los restos arqueológicos existentes y completar la zona dejándola accesible a los vecinos con un posible aparcamiento de superficie y tratamiento de la urbanización de ese espacio. Décadas para gestionar algo como ese proyecto son un buen modelo de la falta de dedicación e implicación efectiva en la solución de los problemas de la ciudad.
Podríamos referirnos a realidades más actuales como el proyecto de la Puerta de Toledo anunciado en su tercera fase hace 7 meses, adjudicado hace ya dos y que sigue sin comenzar a realizarse o el camino a Las Casas anunciado y publicitado en diferentes ocasiones. Y así podríamos continuar con la lista de diferentes procesos inacabados, no empezados o a medias.
Son todo un modelo de la falta de eficacia en la realización de una gestión que es esencial para hacer que las cosas progresen en nuestra ciudad. Es una experiencia negativa repetida demasiadas veces y que incide negativamente en la ciudad y en los vecinos que vivimos en ella.
Espacios
Diego Peris Sánchez
Diego, no estoy de acuerdo con tu primer párrafo. Los políticos no son elegidos por los ciudadanos para hacer gestión pública. Ese es el problema que aqueja a la política española: Los políticos quieren hacer de técnicos sin serlo. La gestión económica, pública o no, es una técnica compleja que dominan los especialistas, y los políticos no lo son (puede que haya excepciones, pero en Ciudad Real, desde luego, no). Los políticos deben ejercer el liderazgo social. Señalar prioridades, Ocuparse de que los técnicos estén bien formados y motivados, que entiendan su proyecto para poder llevarlo a la práctica. Los políticos hacen un seguimiento de las actuaciones que conducen a los objetivos señalados en la planificación.
No, Diego, los políticos no deben dedicarse a la gestión pública. No es su función.