La Asociación de Productores de Mostos y Zumos de Castilla-La Mancha, Azumancha, ha presentado en Fenavin su nueva campaña para luchar contra la práctica de la chaptalización, lo que para ellos supone un fraude al consumidor y un perjuicio a los productores. La primera medida de esta campaña ha sido presentar el libro del Director Honorífico de la Organización Internacional del Vino, Gabriel Yavedra, «El fraude de la chaptalización».
La chaptalización es una práctica enológica que consiste en añadir azúcar a los vinos para aumentar su graduación alcohólica, la Unión Europea autorizó su uso de forma excepcional, pero se utiliza con más frecuencia de lo que se reconoce. Manuel Civera, presidente de Azumancha, explica que es un fraude al consumidor porque no se indica en el etiquetado del vino y además perjudica a los productores: «La chaptalización produce un vino artificial, más barato pero que no aporta calidad», resume Civera.
La campaña de Azumancha lleva un año en marcha y pretende consensuar, a nivel nacional primero y europeo después, un documento que explique que no se justifica la aplicación de esta técnica. Sus peticiones se extraen del libro presentado ayer por Gabriel Yavedra, «El fraude de la chaptalización», que ha inspirado dos peticiones básicas.
Por un lado, Azumancha exige que el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente proponga un etiquetado propio de «vinos chaptalizados», que los distinga de los vinos tradicionales e informe al consumidor de lo que compra. La segunda medida propone elaborar un plan para la erradicación definitiva del empleo de azúcar de remolacha en vinificación, que indicaría que el único aditivo que pueda realizarse en el vino sea el propio mosto de uva concentrado o rectificado. Ambas medidas después de su trámite nacional serían elevadas a las instituciones europeas para crear un nuevo marco comunitario.