El candidato del PSOE a la Presidencia de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha afirmado que es «falso que todos seamos iguales» y ha querido dejar claro que hay dos formas de gobernar: «La de Cospedal, que consiste en recortar, en despedir a más de 26.000 empleados públicos y en acumular 6.000 millones de euros más de deuda, y la mía, que dejo el ayuntamiento con superávit y sin haber tenido que despedir a nadie ni recortar servicios sociales».
García-Page se pronunciaba de esta manera ayer, en Toledo, en un acto político que ha congregado a más de 1.500 personas en el Palacio de Congresos de la capital regional y en el que ha compartido escenario con el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y la candidata socialista a suceder al propio García-Page en la alcaldía de Toledo, Mlagros Tolón.
Pedro Sánchez ha sido muy claro al señalar que lo «único útil para la gran mayoría social de Castilla-La Mancha que quiere cambiar a Cospedal es votar a Emiliano García-Page».
Idea que repetía el candidato socialista: «Dicen que todos los caminos conducen a Roma. Pero no todos los caminos conducen a cambiar a Cospedal. Puede haber gente de buena fe que cree que votando a Ciudadanos o a Podemos contribuye a echar a Cospedal. No es verdad. El único que quiere, que puede y que podrá es el Partido Socialista».
Durante su intervención, Emiliano García-Page ha reiterado su compromiso de negociar con los sindicatos «para que los empleados públicos recuperen los derechos que les han quitado Cospedal y Rajoy, empezando por las «horas Cospe», porque aquí les han subido la jornada y les han bajado el sueldo más que en el resto de España».
De la misma manera, Page avanzaba su intención de aprobar otra norma en Castilla-La Mancha que garantice que «los políticos que han cobrado sobresueldos de sus partidos, los tengan que devolver».