Para el catedrático de Literatura y ex presidente de la Sociedad Internacional de Retórica, Tomás Albaladejo “el hecho de que una feria como FENAVIN tenga en cuenta, junto a la dimensión de negocio, la dimensión cultural del vino es algo que tenemos que elogiar y poner como ejemplo de saber hacer muy bien las cosas”.
En este sentido ha destacado cómo la organización de una feria de estas características le parece excelente, sin obviar “la importancia de potenciar su aspecto comercial o de negocio del vino, pues su producción, embotellado y distribución dan trabajo a muchas personas y caracterizan de manera especial a determinados territorios, regiones, provincias, municipios, en los que se cultiva la vid y se produce el vino”.
El catedrático y ex presidente de la Sociedad Internacional de Retórica participará el próximo 12 de mayo en una mesa redonda en torno a literatura y vino, en el marco de la VIII edición de la Feria Nacional del Vino, FENAVIN, que se celebrará del 12 al 14 de mayo en el Pabellón Ferial de Ciudad Real, dentro de las actividades culturales que patrocina en esta edición Bankia.
Tomás Albaladejo destaca la raíz etimológica de la palabra ‘Cultura’, una palabra relacionada con ‘cultivar’, y en este sentido señala cómo “desde hace siglos se cultiva la vid y se hace cultura, una doble cultura o una cultura compleja, la cultura (y cultivo) de la vid y la cultura de la elaboración del vino y de su presencia en la sociedad como elemento cultural, aparte de contar también con la importancia de la vendimia como fenómeno cultural”.
Vino y retórica
Para Albaladejo, la retórica es la técnica de la comunicación persuasiva, “por lo que es muy importante en la comunicación actual, entre otros casos, en el discurso publicitario”. Según su opinión, “vino y retórica están unidos en una publicidad del consumo responsable del vino, en persuadir (y convencer) de que para disfrutar de un buen vino hay que beberlo con moderación”. “Creo que ahí está una de las posibles alianzas entre vino y retórica”, concluye.
