Delegación de Manos Unidas de Ciudad Real.- Cuando estamos viviendo con dolor, consternación e impotencia los dramáticos naufragios del Mediterráneo, en el que han muerto en la última semana más de mil personas extremadamente jóvenes, entre ellas, mujeres y niños que huyen de sus países debido a la guerra, a la persecución, a la pobreza y al hambre.
Cuando se vuelve a hablar de la ayuda en origen que los países desarrollados deberían dar a estos pueblos para que lo mejor de “su gente” no tuviera que abandonar su tierra, sus familias, sus raíces, nos llega un informe que no podemos silenciar. El CAD (Comité de Ayuda al Desarrollo de la OCEDE) otorga a España el honor de ser el país de Europa que más ha disminuido su ayuda al desarrollo frente a la tendencia general al alza:
Según los datos del CAD, el porcentaje destinado por España a Cooperación al Desarrollo representa un 0,14% de la RNB frente al 0,17% anunciado por el gobierno.
La inversión en Cooperación al Desarrollo en España ha caído un 20,3% respecto a 2013. La tendencia en Europa es todo lo contrario: la inversión aumentó en 2014 un 1,6% y los países aplican de media un 0,42%. Los países que aumentan su asignación para la Cooperación al Desarrollo son: Bélgica, Rep. Checa, Dinamarca, Finlandia, Alemania, Grecia, Holanda, Suecia, Reino Unido. Hasta Grecia aumenta un 6.3%.
Los países con los que normalmente nos hemos comparado (sufrían asimismo crisis económica) eran Irlanda y Portugal. Estos también disminuyeron su ayuda en un 4,5% y un 14,9% respectivamente, pero su disminución fue menor que en nuestro país.
Las cifras del CAD sobre cooperación ofrecen un baño de realidad al gobierno. La imagen refleja una España que corre velozmente en dirección contraria al resto de Europa, dejando en el camino sus compromisos y retrocediendo a niveles de la década de los 80.
Luego, ¿de qué ayuda en origen estamos hablando, si cada vez es menor el porcentaje que España destina a la Cooperación al Desarrollo, con el gravísimo impacto que este hecho tiene y tendrá sobre la vida de miles de personas en los países más empobrecidos?
Ante esta dramática situación Manos Unidas levanta su voz para denunciar la realidad y pedir que de las palabras, de las buenas intenciones, de los lamentos, se pase a los hechos, a actuar con determinación por parte de los responsables políticos, de manera que las personas de los pueblos más pobres de la tierra no tengan que abandonar el lugar que les vio nacer.