La importancia del vino en la literatura sera abordada en FENAVIN de la mano de destacados catedráticos y escritores

Que el vino es un elemento esencial de nuestra cultura mediterránea es un hecho indiscutible, de ahí el papel tan importante que ha desempeñado en la vida de nuestros pueblos y su destacada presencia en el mundo del arte y en la historia de la literatura, en particular, un tema que será abordado en la primera de las mesas redondas en torno a la literatura y el vino, que tendrá lugar en el marco dela VIII edición de FENAVIN, Feria Nacional que se desarrollará del 12 al 14 de mayo en el Pabellón Ferial de Ciudad Real.
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El filólogo y escritor Rafael Morales será el encargado de moderar la mesa, que contará con la participación de destacados catedráticos de Literatura como David Pujante y Tomás Albaladejo, junto al director académico del Instituto Cervantes, Julio Martínez Mesanza, y la escritora Cecilia Quílez; una mesa en la que se tratará la importancia del vino desde la literatura clásica hasta la cultura moderna, dentro de las actividades culturales que patrocina en esta edición Bankia.

Para el catedrático y ex presidente de la Sociedad Internacional de Retórica, Tomás Albaladejo, “el vino es un componente imprescindible en el arte y la literatura”, constituyendo en este último caso un elemento intercultural. “Sin el vino no tendríamos obras como El triunfo de Baco (Los Borrachos) de Velázquez; mientras en literatura piénsese en la importancia del vino en la poesía griega, por ejemplo en la poesía de Alceo, también en la literatura persa, en las Robaiyat del poeta Omar Jayyam, y en la contemporánea de Claudio Rodríguez”.

Así, también lo entiende David Pujante, para quien “el vino ha desempeñado un papel fundamental en la literatura, donde hay un larga tradición desde la poesía de los griegos sobre el consuelo y la alegría del vino (Alceo), pasando por la poesía báquica persa y árabe, que fructifica en la poesía arábigoandaluza e hispano-judía, y llegando a nuestros días en poetas como Pablo Neruda y su “Oda al vino”; destacando así su presencia más que en la narrativa en la poesía, aunque también el ensayo nos haya proporcionado excelentes reflexiones, como “La filosofía del vino” de Béla Hamvas, recientemente traducido al español.”

En definitiva, como apunta Rafael Morales, si hacemos un repaso por los escritores desde la antigüedad, “vemos como forman un continuo donde se ha cantado al vino desde ese punto de hedonismo”, desde Omar Khayyam, a la poesía anacreóntica, los encuentros de los barrocos en torno a la fiesta y celebración del vino, hasta la actualidad con figuras como José Hierro, José García Nieto, Claudio Rodríguez, etc”.

Ahora bien, como señala Martínez Mesanza hay que distinguir la presencia del vino en la literatura, por un lado como argumento y, como tal “como elemento estrictamente cultural, y por otro como motor de creatividad, que tiene más que ver con la actitud personal”. Así, también lo entiende la escritora Cecilia Quílez y Rafael Morales para quien el vino por un lado “es el gran acompañante de la vida social de los escritores, y por otro está muy presente en el contenido de obras, sobre todo entre los poetas líricos”.

La cultura del vino

De lo que no cabe duda, y en lo que todos están de acuerdo es que el vino es cultura constituyendo “el mayor santuario de encuentro entre el arte, la literatura, el teatro y todas las artes, en general” destaca Quílez, y por ende, presente en todas las manifestaciones culturales, incluida la ópera, como subraya Pujante, citando concretamente La cavalleria rusticana o Hamlet; también en la zarzuela, e incluso en la religión cristiana que, a diferencia de la semítica, “convierte al vino en un elemento sagrado”, señala, mientras Julio Martínez además hace referencia a la gran cantidad de fechas del calendario que tienen que ver con las festividades alrededor del vino, concluyendo que todo lo que rodea al vino es cultura.

El director académico del Instituto Cervantes además destaca el apoyo y defensa que desde la institución siempre se ha hecho de nuestros caldos con presentaciones en muchas de las ciudades del mundo donde tienen sede “como parte destacada en la difusión de nuestra cultura”.

FENAVIN, maridaje perfecto entre negocio y cultura

Para David Pujante una feria en la que “no sólo se piense en el vino como negocio, sino como ocio dice mucho y bien”, y según su opinión “es estupendo porque del ocio activo proviene toda la cultura griega, y sin duda, en lugares donde se habla y se charla con un buen vino hay posibilidades de que salgan buenas ideas y más cultura todavía”.

Por su parte, Martínez Mesanza también valora muy positivamente este maridaje entre negocio y cultura, junto a la poeta Cecilia Quílez para quien la organización de ferias de estas características no sólo le parece oportuno, sino necesario para llegar de otra forma al gran público.

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