La presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores Cospedal, ha destacado la importancia de apostar por la Cultura “como motor fundamental para el progreso social y económico y para garantizar la prosperidad de una ciudad, una región o un país”.
Así lo ha manifestado durante el acto de entrega de los XVII Premios de la Real Fundación de Toledo, que ha tenido lugar en el Palacio de Congresos de la capital.
En palabras de la presidenta, estos galardones “reconocen a instituciones y personas que luchan por la defensa del patrimonio de la ciudad de Toledo”, al tiempo que “dan ejemplo de lo que somos capaces de hacer cuando trabajamos todos juntos”.
En este punto, Cospedal ha felicitado a la Real Fundación “por su labor de permanente protección y cuidado del patrimonio toledano” y porque “a lo largo de toda su trayectoria, ha sabido entender que la Cultura es un motor necesario para el crecimiento económico y social de un pueblo”.
Memoria de un pueblo
Por otra parte, la presidenta ha apuntado que “el Patrimonio Cultural es la memoria de un pueblo”, de modo que “cuando se van deteriorando los recuerdos, perdemos la identidad y la posibilidad de tener un futuro con sentido”.
Según sus palabras, “el Patrimonio es la herencia colectiva de un pueblo, con un pasado común relacionado con una historia que se enfrenta al presente y al pasado para construir un futuro prometedor”.
Así, Cospedal ha señalado que “el legado patrimonial, artístico, religioso y cultural de la ciudad de Toledo es emblema de lo que es España, de lo que fue y de lo que quiere llegar a ser”.
Para la presidenta, “todos los rincones de la ciudad de Toledo permiten evocar riqueza espiritual; la coexistencia y convivencia de las culturas judía, cristiana y musulmana en uno de los Cascos Históricos más importantes de todo el mundo”.
En este sentido, la presidenta regional ha recordado que Toledo ha sido a lo largo de la Historia “ciudad de castros, romana, corte visigoda, capital alegre para los árabes, ciudad de la corte cristiana con su Escuela de Traductores, importante centro de la vida judía con rabinos, literatos, financieros y hombres de Estado”; pero, sobre todo, “la Ciudad Imperial que acogió e inspiró los sueños llevados a los lienzos del Greco”.