El viaje que supone una copa de vino desde la tierra en que es cultivada su uva hasta nuestro paladar, recorre más de una lengua, incluyendo la propia. A veces solo regional, y otra veces extranjera, las «Lenguas del Vino», título de la ponencia que desarrollará Magdalena Paramés, responsable de Programas de Inmersión Lingüística de Serán de Torgo, subraya la importancia del dominio lingüístico para disfrutar, sentir, comerciar y disfrutar del vino en su globalidad el próximo 12 de mayo en la Feria Nacional del Vino, FENAVIN.
«A quienes hacemos vino nos gusta que lo puedan disfrutar personas de otros lugares y que puedan venir. Lo importante es comunicarse con otras personas», afirma Paramés, quien desde su complejo «Serán de Torgo» ofrece inmersiones lingüísticas en Galicia en un entorno rodeado de viñedos.
Dado el carácter internacional de la Feria Nacional del Vino, Magdalena Paramés, quien había disfrutado del evento en las pasadas ediciones como visitante, detectó la necesidad de crear espacios donde se promocionara la necesidad de dominar todas las «lenguas del vino» en un tono relajado, lúdico pero también, que fuera útil. En la ponencia que desarrollará en el marco de actividades de FENAVIN, Paramés pondrá de relieve el éxito de inmersiones lingüísticas para obtener resultados en un corto espacio de tiempo. «A los bodegueros españoles les vendría muy bien en algunos casos sentirse más cómodos utilizando el inglés para exportar sus vinos al público exterior o con otras empresas extranjeras», reflexiona la gerente de «Serán de Torgo» el nombre del complejo en el que organizan las inmersiones linguísticas. Magdalena Paremés remarca que al igual que se exporta e importa el vino, también debe hacerse su cultura y lenguas como parte de un todo, «y disfrutar del vino y del paisaje en cada viaje».
Un viaje que también realizan los visitantes de la Feria, por eso Paramés cree que FENAVIN es el lugar idóneo para darse a conocer, por la diversidad de personas que vienen de todo el mundo, interesados en conocer los vinos españoles. «Es el evento del vino en España; es la feria en la que hay que estar por su repercusión mundial», afirma la conferenciante.
Un lenguaje más técnico
La necesidad de profundizar en un lenguaje que permita a las personas relacionadas con el mundo del vino a valerse dentro de él en cualquier contexto, reside en el tecnicismo obligatorio que exige el sector. «Depende también del nivel de cada uno, pero lo que solemos hacer es un programa a medida y enclavado en el lugar idóneo: si hace falta un dominio relacionado con el viñedo, las clases tienen lugar allí. Si la necesidad viene del sector bodegas, lo hacemos en la bodega», explica Magdalena Paramés.
“Impartimos clases personalizadas para que el lenguaje técnico sea lo menos dificultoso para la persona que decide dar un paso más, aunque a veces, el lenguaje específico no suele ser el mayor problema, sino el hecho de poder soltarse en el ámbito en que se necesita», informa.
En la actualidad, según indica la ponente, hay poca conciencia a la hora de plantearse la necesidad de un idioma, porque «hay apuro en hablar en otros idiomas y nos atrevemos a perfeccionar poco, hay mucho que hacer en ese sentido». Por ello, recomienda que «se deben hablar todas las lenguas posibles, las que nos sirve para comunicarnos, porque esto se trata de transmitir y que disfruten del vino tanto como nosotros».