El partido no estaba para sustos. El FC Barcelona se imponía plácidamente al Aspil Vidal Ribera Navarra por 4-0, cuando el portero del equipo blaugrana, Paco Sedano, fue a despejar un balón y, lo hizo con tanto ímpetu, que salió despedido verticalmente como un misil, incrustándose en el mallazo que protege el techo del Quijote Arena. Varios fragmentos metálicos, algunos de tamaño considerable, cayeron sobre el terreno de juego. Los propios jugadores los retiraron del campo y el partido pudo reanudarse sin nuevas complicaciones.
El guardameta del FC Barcelona puso cara de no haber roto un plato, pero no colaba. Habrá que ir preparando otra modificación de crédito extraordinario para el próximo pleno.
El incidente, que no pasó de anécdota curiosa, ha puesto en cuestión la seguridad del recinto y se ha comentado en todos los mentideros deportivos del país.