El alcalde de Campo de Criptana, Santiago Lucas-Torres, el delegado provincial de la Junta de Comunidades en Ciudad Real, Antonio Lucas-Torres, y la directora general de Calidad e Impacto Ambiental, Matilde Basarán, han visitado la nueva Planta de tratamiento de residuos de demolición y construcción, construida por la empresa Intedhor, para dar servicio a toda la comarca.
El delegado ha subrayado que el desarrollo económico no está reñido con la sostenibilidad y la conservación del medio ambiente, ya que a su juicio, “es importante que vayan unidos para poder ser más competitivos, y más aún en este momento en el que estamos creciendo económicamente y es necesario que la creación de puestos de trabajo y el desarrollo de Castilla-La Mancha, sean compatibles con la conservación de nuestro entorno”.
La primera fase de esta nueva Planta tiene una capacidad de unas 230.000 toneladas, que permitirán la restauración ambiental de una cantera de extracción de áridos. Esta primera fase sustituye en Campo de Criptana a la anterior fruto de la colaboración público-privada entre el Ayuntamiento y la empresa Intedhor, que se ha llenado en cuatro años.
En este sentido, el alcalde ha destacado la actividad económica y empresarial existente en Campo de Criptana, y aunque queda mucho por hacer, como ejemplo, ha señalado que este último mes de enero el paro ha bajado en un 4,48 %, y que en el último año haya un 11,04% menos de personas paradas.
Santiago Lucas-Torres ha destacado la mejoría experimentada por el sector de la construcción, con una bajada del paro del 12,91% en enero y de un 32,04% en el último año.
Por otra parte, Santiago Lucas-Torres ha agradecido el trabajo de la directora general y del delegado provincial para hacer posible la apertura de esta nueva Planta de RCD y así contribuir al desarrollo económico, a prestar servicio a las empresas y a la defensa del medio ambiente.
Finalmente, la directora general de Calidad e Impacto Ambiental del Gobierno regional, Matilde Basarán, ha destacado el doble beneficio de esta Planta que “por un lado rehabilita un espacio degradado por una actividad extractiva y, por otro, va a permitir gestionar de manera adecuada un tipo de residuos de difícil gestión”.
