José Valverde (Consejero de Educación)
La educación es imprescindible para lograr una sociedad más moderna, más justa, más culta, más cohesionada y más preparada para afrontar los retos de una vida profesional que requiere una preparación específica para un mundo en permanente cambio. Es preciso que ese misterio que encierra la palabra “aprender”, que literalmente quiere decir apropiarse de algo, del conocimiento, siga presente con fuerza entre todos nosotros, entre quienes conformamos la comunidad educativa y la sociedad en general.
Celebramos el Día de la Enseñanza para dejar constancia pública de la importancia que tiene el hecho de aprender en una sociedad que quiere progresar en el presente y mejorar significativamente su futuro. Y junto al hecho imprescindible de “aprender” se encuentra el no menos importante de “enseñar”. Celebramos la enseñanza y el aprendizaje, siendo conscientes de que estas dos actividades están hoy sometidas a los cambios de nuestra época: a Internet, a las nuevas tecnologías, a los medios audiovisuales, a la movilidad constante de los individuos o a los nuevos horizontes del mundo del trabajo.
Educar ciudadanos y formar personas es ofrecer, con la mejor calidad posible, un bien público fundamental, al que debe tener acceso toda la ciudadanía de manera integral, y que debe ser capaz de satisfacer las necesidades y los intereses de todos, en todos los ámbitos del desarrollo personal y colectivo. Se trata no sólo de educar para aprender, sino para desarrollar las capacidades de seguir aprendiendo a lo largo de la vida y para facilitar a las personas una preparación adecuada para la permanente adaptación a los cambios de una sociedad tan dinámica como la nuestra.
Con esta idea de ofrecer lo mejor para ganar el futuro vamos a seguir insistiendo en la mejora de las dotaciones de tecnologías de la información y la comunicación en los centros, para que todos nuestros escolares, además de los conocimientos propios del currículo establecido, alcancen el dominio funcional de estos nuevos lenguajes tan necesarios.
Y con esta idea, también, vamos a seguir profundizando en el desarrollo de la Formación Profesional, un conjunto de enseñanzas que ofrece al alumnado una excelente cualificación y apuesta con realismo por el desarrollo productivo de nuestra región.
En Castilla-La Mancha celebramos el Día de la Enseñanza porque tenemos confianza en un trabajo educativo que ha sentado las bases que garantizan la igualdad de oportunidades a todos nuestros niños y niñas y a todos nuestros jóvenes, para que se incorporen de forma activa y creativa a la sociedad del conocimiento y, a su vez, tengan conciencia de que, hoy, la vida requiere la profundización en los valores cívicos que facilitan la convivencia, donde igualdad y solidaridad sean verdaderos ejes sobre los que gire nuestro comportamiento.
En Educación trabajamos con confianza, y con optimismo, porque somos conscientes de que el alumnado de nuestra comunidad está siendo educado por un profesorado que sobresale por su capacidad profesional y sabe articular perfectamente la exigencia académica y la disciplina moral para la convivencia, el respeto, el trabajo formativo y el pleno desarrollo personal y social.
Esta confianza se fortalece también en la seguridad que nos proporciona la colaboración con las familias, empeñadas en lograr la mejor formación para sus hijos e hijas, y en el apoyo comprometido del conjunto de la Administración regional que sigue definiendo la Educación como una prioridad fundamental de su Gobierno.
Celebramos el Día de la Enseñanza con alegría y con satisfacción, porque tenemos la certeza de que la comunidad educativa de Castilla-La Mancha está realizando un trabajo solvente, y ésta es la mejor garantía para lograr un futuro mejor.
Agradezco en este día a todas las personas que, con su esfuerzo, su dedicación, su compromiso, su profesionalidad, su confianza, su actitud y su trabajo, están logrando una educación que nos sitúa en un buen nivel en la sociedad del conocimiento y que, esencialmente, nos enseña a vivir.