La continuidad de los parques. Presentación de ‘Gasset, cien años después’

Las fotografías que contiene este libro el lector puede examinarlas en cualquier orden, en cuanto le apetezca, incluso saltándose esta presentación. Las imágenes reunidas destacan por dos aspectos relevantes. ALUMBRE LOGOPrimero, tienen la vocación de conformar un caleidoscopio, un crisol de miradas sobre la desvencijada memoria que acecha a los espacios verdes y públicos de la ciudad manchega. Deriva de lo anterior es el segundo punto. Las instantáneas proponen un juego cronológico que abarca más allá del siglo de vida del antiguo paseo de Alarcos. En cierta medida, también incluyen a los lectores que en veinte o sesenta años echarán mano de este libro para conocer o recordar las instancias del parque en su primer centenario. No hay duda de que este discurso asociativo ofrece una mirada heterogénea, antioficialista e íntima, que recorre el presente libro.

A mi entender, un acierto del colectivo de fotografía Alumbre radica en escribir con luz el rastro de la gente. Quedaría coja una visión limitada al parque de Gasset como tema única del libro. Destacar la belleza del cemento y sus jardines sin un contexto integrador, esta osadía ya se encargarán de hacerla las instituciones locales que, antes de quedar hundidas en el presente año electoral, harán de esta efeméride tan redonda motivo de fastos y medallismo. Ése será su error. El parque de Gasset no tiene vida sólo por las gestiones de un par de políticos –en este caso, el alcalde José Cruz Prado y el ministro Rafael Gasset–, ni por las modernas fuentes musicales que son más lindas de ver cuando están averiadas. El parque lo hacen las gentes, cuyos trasiegos, dislates y placeres trascurrieron por el quiosco de la música –hoy desaparecido– o bajo el palomar –de construcción republicana–, por citar sólo algunos lugares emblemáticos.

Algunas de estas fotografías guardan estrecha relación con el agua, al igual que el origen del parque, como ponen de manifiesto los dosieres de Álvaro Velasco (“Reflejos”), Francisco G. Cervigón (“Bajo la luna”) y Rubén López (“Aguasset”). La naturaleza irredenta destaca en las “Escapadas” de Mercedes Fernández. Asimismo, Francisco Morales (“Talavera”) incluye el deterioro del espacio público-artístico; mientras que Gemma Núñez de Arenas (“La casa”) y Marta Campillo (“Interiores”) ponen de relevancia el binomio contemporáneo residencia/resistencia. Jesús Monroy y Manuel Ruiz Toribio siguen la senda del pasado que persiste en el presente. Monroy homenajea a quien acude durante media vida al parque y Toribio describe una atmósfera silenciosa, imbuida en la estética de los años veinte y treinta. La atemporalidad de las imágenes es otro modo de decir que el parque también alberga el futuro.

Gonzalo Hernández Baptista

Una mirada al pasado del siglo de vida del parque invita a una reflexión, por ejemplo, de cómo la ciudad ha ido metamorfoseando su fisionomía. Hay que recordar que el emplazamiento en que actualmente está ubicado, era un vertedero de las afueras de la ciudad.

alumbrefanzine
ALUMBRE Colectivo Fotográfico
www.alumbrefotografia.com
Facebook: ALUMBRE
ALUMBREsite, c/ Palma 7, Ciudad Real

Relacionados

ESCRIBE UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí


spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img