Puertollano: Morfina de silencio contra la depresión municipal

Santos G. Monroy.- Ni la inminencia de la campaña electoral es capaz de mover las piezas del juego en la corporación municipal, que ha firmado otra ceremonia de la futilidad durante la sesión plenaria celebrada esta tarde. Parece que la presidencia del pleno no residiera ya en el sillón de la alcaldesa, Mayte Fernández, sino en la silla del secretario accidental, Juan Luis Vázquez Calvo; y que éste no sea mero fedatario, sino que fueran los concejales los que comparecieran ante el funcionario.

Hoy, el grupo socialista ha vuelto a reunirse frente a la mesa del secretario imputado por tres delitos en el caso Plaza de Toros, como temerosos acólitos ante una imagen votiva que escondiera una bomba de relojería. Y Vázquez, a su vez, ha aguantado de nuevo el chaparrón dialéctico sin apenas dirigir la mirada hacia los escaños. En suma, Gobierno y oposición, una vez más, se han presentado como peones de rey inmovilizados en un tablero que los jugadores olvidaran hace siglos en un caserón.

En realidad, a eso se han reducido los últimos plenos: a un quítame allá esas pajas, al margen de las cuestiones meramente protocolarias y administrativas. Desde el pasado mes de octubre, y tras conocerse la ampliación de la imputación del secretario, la petición de suspensión cautelar de funciones del fedatario público por parte de la oposición y la negativa a ello del propio protagonista y del equipo de Gobierno han secuestrado el normal funcionamiento institucional, e incluso se han llevado por delante unos presupuestos municipales, sin que hasta la fecha se produzcan avances. Hoy, la influencia del affaire Vázquez ha llegado hasta su cota más alta, y ha llegado a cercenar una moción registrada en tiempo y forma por la oposición, la relativa precisamente a su cese.

La advertencia técnica

De este modo, y esgrimiendo una «advertencia técnica» avalada por un informe, se ha conocido esta tarde que la alcaldesa, que hoy se encontraba de regreso desde Bruselas,  retiró del orden del día la moción del grupo municipal de IU instando a la regidora a proponer el cese de Vázquez ante las autoridades regionales. En su lugar, Pepi Amaro, como presidenta plenaria, era la encargada de bregar con los portavoces de PP e IU. En su respuesta, Amaro justificó la decisión amparándose en la «advertencia técnica» que apuntaba que la moción de IU (que en realidad se reducía a una mera recomendación de cese), implicaba un debate y posterior votación de una cuestión que por Ley solo atañe a Alcaldía, y que, por tanto, solo era susceptible de incorporarse en el apartado de ruegos y preguntas.

La reacción del portavoz de IU, Florentino López Montero, fue un encogimiento de hombros y una parca despedida: «los políticos ya sobramos si dejamos que los técnicos condicionen el debate político«.  A partir de ahí, la reunión de munícipes fue diluyéndose en el sopor de la morfina del silencio.

Un trabajo que nadie quiere

Previamente, la figura del secretario fue también protagonista durante un rifirrafe dialéctico entre el equipo de Gobierno y la portavoz municipal del PP, María José Ciudad, con motivo del debate de las bases para la provisión, mediante concurso ordinario, de las plazas vacantes de funcionarios del Consistorio con habilitación nacional, secretario, interventor y tesorero. El grupo de Ciudad votó en contra por considerar que esta inclusión en el orden del día se reducía una estratagema, un «engaño político» para ocultar que en realidad no había voluntad de hacer nada «habida cuenta de que no se ha dotado de dinero suficiente para establecer los complementos que hagan atractiva la oferta a los funcionarios habilitados nacionales de primera categoría«. En este sentido, propuso la devolución de las bases a la comisión correspondiente para buscar el consenso entre los grupos , y recriminó al PSOE que durante 20 años se haya mantenido la provisionalidad de estas plazas.

Por su parte, Amaro  defendió la propuesta presentada recordando que en una junta de portavoces celebrada a inicios de legislatura ya se acordó subir las cuantías de los complementos específicos, equiparándolos a los de la Diputación de Ciudad Real, sin que hasta la fecha se haya presentado nadie a pesar de que todos los años se convocan plazas subsidiariamente en el concurso unitario. A juicio del equipo de Gobierno, el problema de la provisionalidad no radica en el Consistorio, sino en el Gobierno, que no saca las plazas suficientes. «Hay más plazas que funcionarios, y este problema lo tienen otros muchos ayuntamientos de nuestro tamaño», subrayó Amaro.

Finalmente este punto del orden del día fue aprobado con los votos a favor de PSOE e IU, que se mostró de acuerdo con las bases por considerarlas de acuerdo a la legislación. Pero el caso es que, salvo sorpresa, el secretario accidental seguirá protagonizando un pulso político sin precedentes en la historia democrática de la ciudad. En la práctica, y de momento, el funcionario gana la partida.