Víctor García de Lucas y Azucena Gual, coportavoces de EQUO en Castilla-La Mancha.- En Julio de este año se liberaban ocho Linces en Villamanrique, Ciudad Real, pero como advertían los ecologistas y, lamentablemente demuestra la muerte de tres de ellos en pocos meses, estan aparentemente sentenciados a muerte desde el primer día.
El més de Julio de 2014 era aparente un mes de celebración y esperanza para los Linces de Castilla-La Mancha. Tras un costoso esfuerzo se liberaban ocho ejemplares que podían dar una esperanza a las posibilidades de la especie en la región, sin embargo desde Ecologistas en Acción se advirtió que de no cambiar las condiciones del entorno, el éxito de la reintroducción estaba seriamente comprometido. Lamentablemente los ecologistas volvieron a acertar en sus pronósticos y a la muerte de «Kala» en Septiembre, siguieron las de «Kenitra» en Octubre y «Kairos» ya en Diciembre. Disparos de cazadores o veneno parecen estar tras estas muertes, pero dadas las condiciones del entorno el proximo lince bien podría ser atropellado o caer en una trampa. La cuestión de fondo es si es posible reintroducir animales en un entorno del que han desaparecido si no atacamos antes las causas que les hicieron desaparecer, lamentablemente parece que estamos obteniendo la respuesta.
La transformación drástica de un entorno ejerce una presión sobre los animales que viven en el mismo, cuando esta presión es tal que una especie desaparece no se puede esperar que esta volverá con la simple reintroducción de ejemplares de la misma. Si queremos tener éxito en una reintroducción, previamente hay que retornar a unos parámetros ambientales adecuados del habitat en que se va a soltar al animal. En el caso de los Linces, sabemos que la caza, el tráfico rodado, la framentación del territorio, las trampas físicas y los venenos son, junto con la ausencia de presas, las causas principales de su declive, con lo que si queremos que una reintroducción tenga éxito habrá que solventar primero esos peligros.
Desde EQUO-CLM pedimos a la Junta de Castilla-La Mancha y al Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente que, previamente a la reintroducción de nuevos ejemplares de Lince, se acondicione el habitat de los mismos. Para conseguir este objetivo es necesario un intenso control y limitación de las actividades cinegéticas, del uso de trampas y venenos y de la fragmentación del territorio, sin estos controles preventivos, se pueden seguir realizando costosos programas para la cria y reintroducción del Lice Ibérico, pero no servirán más que para hacerse una foto el día de la suelta y el Lince no dejará de estar sentenciado a muerte en nuestra región.
