Eusebio Gª del Castillo Jerez.– Trabajadores y usuarios de la Residencia Asistida para Personas Mayores Gregorio Marañón de Ciudad Real se han concentrado esta mañana a las puertas del centro para protestar por la situación laboral que padecen los primeros. Denuncian que la Junta de Comunidades no cubre las bajas de personal y que sufren carencias de material, lo que repercute negativamente en la calidad del servicio que se presta.
Según ha informado el presidente del comité de empresa, Javier Vozmediano, la Consejería de Sanidad y Asuntos Sociales no cubre las vacantes ni las bajas por enfermedad, por lo que en esta residencia el servicio se presta por entre un quince y un veinte por ciento menos del personal necesario.
La Residencia Gregorio Marañón atiende a 311 personas mayores con personal que trabaja a tres turnos, en unas condiciones «penosas, siempre bajo mínimos y con una sobrecarga de trabajo excesiva». A lo que habría que añadir, puntualiza Javier Vozmediano, la falta de más del doce por ciento de la plantilla del personal de limpieza. «Por más que los trabajadores de la residencia se empeñen en realizar su trabajo en óptimas condiciones, es imposible», asegura.
Según el presidente del comité de empresa, la situación no tiene visos de mejorar, habida cuenta del proyecto de presupuestos de Castilla-La Mancha para el año que viene. «La cobertura va a ser muy escasa», afirma.
Para poder cubrir los servicios se recurre a personal que se encuentra en período de descanso; personal al que «hay que devolverle sus días y pagarle». Por lo que, según Vozmediano, al final del año la Consejería se gasta más dinero en cubrir estas incidencias que en lo que le costaría contratar a nuevos trabajadores, «lo que es una incongruencia».
Lamenta que las consejerías de Hacienda y Sanidad y Asuntos Sociales se echan la pelota una a la otra «y aquí nadie resuelve nada». Por último, avanza que el día 18 de diciembre volverán a concentrarse a las puertas de esta residencia, porque es el centro «más afectado».
Por otro lado, los trabajadores han manifestado sus quejas por el esfuerzo, incluso físico, que requieren las jornadas de trabajo y la falta de medios, como grúas para levantar a los usuarios. Además, han denunciado otras carencias, como la escasez productos de higiene personal para los residentes. «Todo ello deteriora la calidad de la asistencia», aseguran.
Afirman que tienen que trabajar más horas de lo habitual y que se ven obligados a acudir a su puesto de trabajo durante los días de descanso. «Eso se nota en nosotros y se nota en ellos (los usuarios). Cuando haces el trabajo deprisa, porque no hay tiempo, la calidad se deteriora», comenta uno de los afectados. «Te puedes tirar catorce o quince días seguidos trabajando porque te levantan los descansos para cubrir las carencias de personal. Esto sale adelante por la buena voluntad de la gente», concluye.
Me parece bien las reivindicaciones, pero eso no justifica el trato que reciben los asistidos por parte de algunos miembros del personal, los residentes son los menos culpables de la situación, de que por ejemplo, les hayan tocado la extra, tengan que trabajar a tope la jornada y no tengan tiempo para leer la prensa, jugar al candy, ver fotos de wassap etc etc como hacian y siguen haciendo, por lo que cumplan su jornada haciendo lo que tienen que hacer para ganarse la nomina y no paguen sus cabreos con los residentes, se de lo que hablo y tengo pruebas.
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Apoyo las reivindicaciones del personal pero no puedo dejar de lado lo lamentable también del comportamiento del personal para con los ancianos, pues si son pocos para atender, no quita que los que estén atiendan lo mejor que puedan y no adopten desidia,falta de profesionalidad,saña en el maltrato, dejadez en ver a los ancianos meados y demás que no digo, sin limpiarlos, con que se portan muchos de los que se llaman profesionales, la mala comida que les sirven que los cocineros afirman que “para lo que les pagan”, o “son viejos y delicados”, y la máxima de que “a los viejos ni caso”. Muchos de los que aún tienen cabeza comen fuera o se llevan su comida a parte, y parece, en definitiva que eso más que una residencia es un lugar para morir.